martes, octubre 31, 2006

JAVIER CASTROVIEJO, LA TENACIDAD DE UN CONSERVACIONISTA DE LA NATURALEZA


"Todo parece indicar que la aridez se impone y la ayudamos mucho"
Javier Castrovejo, uno de los científicos más notables de España
Este gallego reconvertido en marismeño y en un ser humano que pocos rincones del planeta le quedan por recorrer, ha sido un incansable luchador desde su juventud. Director en los años ochenta de la Estación Bólógica de Doñana y compañero de aventuras durante treinta años del inolvidable Félix Rodríguez de la Fuente, viene hoy a nuestras páginas como Presidente del Comité Español del Programa "Hombre y Biosfera" (MaB) de la UNESCO, organismo con quien vamos a llevar a cabo el programa "LAS HUELLAS DE LA MEMORIA", si nos dejan trabajar, y Javier sabe por qué lo digo.
Pero hoy vamos a hablar con Javier de algunas cosas generales. Le conocí en el año 87 y desde entonces ha sido una de las personas que más han influído en mi formación naturalística.

Javier, ¿ en qué momento personal y profesional te encuentras?.

-Las personas sólo somos anécdotas. En cuanto al mundo, al medio, y en concreto a las Marismas de Doñana ya es otra cosa. La Marisma fantástica y dinámica, de un valor biológico y cultural ha desaparecido y no va a volver porque se han encargado de erradicar a las personas que podían mantener ese prodigio cultural. La Marisma hoy es una charca controlada.
Por cierto tuve el privilegio de conocer a personas que conocieron aquello y el disgusto y la pena de verlo desaparecer.
¿ De dónde sigue uno sacando las fuerzas para luchar contra tanta tecnocracia y adversidad?

-Uno es como es. Lo lleva uno dentro, directamente -somos mamíferos- se mama desde la niñez y los estímulos que recibes te impelan a hacer algo. La razón, la cabeza te dice que la posibilidad de parar estos desafueros es escasa, pero otra faceta que llevamos dentro te impele a seguir.
¿Cómo va el programa Hombre y Biosfera?

-Estamos intentando hacer una red española de Reservas de la Biosfera de la Cordillera Cantábrica, desde Roncesvalles hasta Finisterre, que tiene como eje integrador el Camino de Santiago y enlazaría en Astorga con la Ruta de la Plata, que luego moría aquí en Sanlúcar y Ayamonte para ir a la Carrera de Indias. Las Reservas de la Biosfera españolas están en una posición notable, aunque en la de la Sierra de las Nieves han hecho la mayor pista de velocidad de coches del mundo; acabamos de encontrarnos un gran hotel en la reserva de la Biosfera del Cabo de Gata; las minas a cielo abierto que producen un gran impacto ahí en las sierras de León. Pero en general la mayoría de las Reservas creadas es una satisfacción. Hay ya 33 en España, que suman 2 millones de hectáreas.
¿Qué va a pasar con Doñana, también Reserva de la Biosfera, y con un traspaso de competencias del Estado Central a la Junta de Andalucía?

-Vamos a verlo. En un país tan insospechado como el nuestro y tan diverso, tan imprevisible está por ver.
Muchos hablan de que España ecológicamente hablando, con esto del cambio climático se está africanizando. ¿Cómo lo ves?
-Africanización es decir poco. En Africa hay zonas húmedas y zonas secas como el gran Sáhara. Evidentemente, el trasiego fenomenal de personas en situaciones de precariedad decadente, afectados de enfermedades, pueden provocar contagios aquí. La desertización es otro fenómeno común a todo el Mediterráneo y también es imparable el cambio climático que ahí está. Todo parece indicar que la aridez se impone y la ayudamos mucho con la tala de los árboles, con la política disparatada de aguas que hay, que consiste en canalizar y cimentar todos los ríos o desecar las zonas húmedas. Yo creo que del desastre ecológico tampoco se escapa Africa. Pero a nosotros nos toca muy directamente y al sur de España más. Aunque por los fenómenos endógenos. Pero eso no viene de Africa, eso viene por la especulación inadmisible, por el afán de lucro que los políticos no se atreven a afrontar. Como te dije, la destrucción de nuestros humedales no viene de Africa, los ingenieros de las Confederaciones hidrográficas, el haber destruído la vegetación autóctona con una masa de resinosas y eucaliptos. Eso no viene de Africa, se generó aquí y se mantiene aquí .

Manuel J. Márquez Moy