miércoles, enero 17, 2007

¿SEQUÍA O CRISIS HIDROLÓGICA?


Todo se deja para el final.
La mayoría de las personas que estamos relacionadas de una u otra manera con el campo sabemos que existen ciclos de sequía cada cuatro o seis años (según a los estudios que se remitan). No trato de aburrir con cifras de hectómetros cúbicos y un listado de cifras que se conocen desde la Administración Pública en general. El caso es que a última hora la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona -supuestamente versada en estas lides por sus anteriores cargos administrativos y políticos-, nos alegra estos días advirténdonos que aunque llueva durante el otoño-invierno, casi con toda seguridad tendremos restricciones porque los embalses no se llenarán lo suficiente.
Los embalses se están quedando secos a un ritmo vertiginoso.

¿Tan difícil es escuchar a nuestros expertos en Hidrogeología?. Ahí tienen ustedes al profesor Ramón Llamas Madurga, uno de los más prestigiosos en su disciplina a nivel mundial, vallisoletano. Este hombre, que me honra conocerle y al que le agradezco sus enseñanzas, lleva casi toda su vida alertándonos de la "esquizofrénica" gestión del agua en nuestro país. Y claro que existen períodos de sequía. Pero las hay climatológicas e hidrológicas. La primera de ellas, la climatológica , es todo un enigma para los propios profesionales de la cosa, pero la hidrológica es fácilmente corregible, aunque no ahora deprisa y corriendo.
Por mi formación desde casi niño en gestión ambiental, ya uno ha visto y experimentado mucho a lo largo de mi dilatada vida. El que haya inundaciones no tiene que significar que no haya sequía, pues esa agua normalmente forma escorrentías y van a parar al mar, sin que dé tiempo a que se filtre y es más bién agresiva porque destroza cultivos, y no digamos ya viviendas construídas en lugares muy inoportunos.Así que no es un secreto que tendríamos graves problemas de escasez de agua y las consiguientes restricciones, por lo que no entiendo cómo los técnicos en la materia que tienen las competencias no son capaces de darse cuenta y de advertir que el agua se estaba acabando en los embalses. ¡Y menos mal que tenemos Guadalcacín en la provincia de Cádiz!, porque los Hurones es ya casi terreno de lagartos y lagartijas. Espero que la Administración local, que tiene competencias para ello no espere a que el embalse de Guadalcacín siga secándose y ponga remedios para el municipio sanluqueño cuanto antes (eso que se llama Planes de Emergencia).
Por ejemplo crear pequeños embalses, que no son tan costosos para diferentes áreas del municipio, y no tener que acudir a los megaproyectos de embalses que dan trabajo a las grandes empresas constructoras y destrozan el medio.
Y tampoco estaría mal que nos dieran información puntual de la calidad del agua que está saliendo por nuestros grifos. En cuanto a la sequía climatológica yo sigo pensando que es imprevisible las consecuencias. Las aguas del mar están demasiado calientes y eso no es nada bueno, porque te puede salir este invierno lluvioso y tormentoso con numerosos problemas de inundaciones o que nos quedemos todos mirando un cielo claro y azul todo el año.

Manuel J. Márquez Moy

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