jueves, enero 24, 2008

UNA GRAN SUPERFICIE CON CALZADOR






¡Menuda la que está cayendo y lo que nos queda!. Evidentemente estamos ante uno de los momentos más difíciles desde el punto de vista económico, como ya afirman algunos expertos, desde la II Guerra Mundial. Hay evidentemente un aspecto relevante de coyuntura con la Reserva Federal de EE.UU y otros Indicadores bursátiles mundiales. El petróleo y las materias primas marcan un estadio alarmante. Pero además de la crisis bancaria, que nació fruto de la desconfianza y la incertidumbre entre las entidades financieras mundiales sobre la especulación de la mayor o menor liquidez entre unos y otros, se ha destapado por fin la recesión económica real que trataba de ocultar el gobierno estadounidense. Y ya no son los créditos basura, sino una falta de liquidez incluso de las aseguradoras bancarias, el desplome de grandes empresas, la subida del paro y el efecto en la zona euro.
Mientras todos los parqués bursátiles reducen los tipos de interés, el Banco Central Europeo prefiere no tocarlos para reconducir la inflación y la volatilidad que ha existido desde hace unos años en las entidades y cajas de ahorros. Parece un suicidio, porque eso está haciendo daño y seguirá haciéndolo, pero permitir mayor volatilidad económica por el Banco Central Europeo sería una crisis mucho peor si no se controla antes la inflación.
A España esto le supone una sangría y por mucho que el Gobierno achaca todo a la coyuntura internacional de desaceleración y recesión, tiene parte de culpa en no haber controlado los precios, como han venido haciendo otros países de la zona euro. La cuestión es que estamos en precampaña electoral y eso es una medida antipopular, porque iría contra los intereses de muchas empresas. La cuestión está también en que las cajas y bancos terminarán reventando ante la morosidad, la falta de liquidez, el desplome por seguir invirtiendo en el sector inmobiliario y eso ahora se paga caro. El paro aumentará en la construcción principalmente, y muchas promociones inmobiliarias se quedarán sin terminar.

El caso de Sanlúcar y la arqueología

Si aquí no hubiera sido porque muchas empresas inmobiliarias, no todas, evidentemente, no vivieran del narcotráfico, no hubiera existido esta expansión en la construcción que se ha llevado lo mejor de nuestra cultura. Por cierto, en el casco histórico ha habido una gran cantidad de irregularidades en cuanto a la carencia de las excavaciones arqueológicas pertinentes que hay que realizar antes de construir, como recoge el Reglamento de Excavaciones Arqueológicas. Curiosamente el resultado de esas excavaciones de Sanlúcar tendrían que estar publicadas en el Anuario de Arqueología de la Consejería de Cultura, y la única que aparece en los últimos años es la de una piscina de una casona de la Calle Luis de Eguilaz.
¿Dónde han ido a parar las piezas arqueológicas de excavaciones que se han hecho en nuestro casco histórico?. ¿Por qué no están publicadas las memorias en los Anuarios de Arqueología, como recoge la Ley?. Sólo una memoria de una sola excavación? ¿Cuántos derribos han habido y construcciones sin que sepamos nada de la arqueología de nuestro casco histórico?. ¿Qué tienen que decir los promotores y arquitectos? ¿Que no se han hecho las excavaciones pertinentes? ¿Y la Gerencia Municipal de Urbanismo, no ha controlado nada?.

La Gran Superficie
Ante el lío que se está formando con el acceso de las carreteras a nuestra ciudad, que si ahora sólo se hace un tramo de la Carretera del Puerto para que se pueda entrar en la Gran Superficie, que hasta el verano no se comienzan el resto, que Tomás Olivo paga la parte que se comenzó hace unos días, en fin, la cuestión es inaugurar el edificio antes del 9-M. Nadie he visto que haya citado para nada que el principal hándicap es que no va a estar a tiempo la subestación eléctrica, pues ello conlleva un año como mínimo de trabajo.
Visita de la Alcaldesa y la Gerente de Urbanismo a la Carretera del Puerto de Santa Mª

Pero, todo sea por abrir la Gran Superficie. Se ha llegado a un acuerdo con Endesa para que instale grupos electrógenos externos. Es decir, serían los que generarían la electricidad a la Gran Superficie. Y otro grupo electrógeno de emergencia sería el que estaría instalado en el interior de los locales comerciales, para el caso de que fallara los externos, contar con los de emergencia. Ya quisieran muchos pequeños y medianos empresarios contar con toda las facilidades que se le da a esta inversión, pero no olvidemos que estamos hablando del mismísimo Tomás Olivo.


Manuel J. Márquez Moy

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