domingo, febrero 24, 2008

OTRA VEZ LOS MILITARES




Otra vez los militares.






En la mejor tradición. Ruido de sables a la espera de la bendición del Jefe Supremo, que es el Rey. La política de Zapatero no les gusta. Tampoco al monarca, según tengo oído. Ni por supuesto a la Iglesia, el tercer poder fáctico efectivo. Por eso quieren que gane el PP. Lo necesitan desesperadamente. Y harán lo imposible para conseguirlo, porque en estas elecciones está la última voluntad de la derecha, pero también de una izquierda que por primera vez se aleja de los pactos, enfrentándose incluso a los propios, para poder perseguir la libertad.
A la corona y el PP pertenece el poder judicial. La derecha siempre supo apropiarse de lo ajeno, legalizando robo y estafa con ayuda de los jueces. Aunque no con el descaro de los Albertos, privilegiados como viejos amigos del Rey. No es de extrañar que funcionarios y cuerpos de justicia se echen a la calle, para reventar al PSOE. Estas y otras provocaciones veremos. Sólo nos queda esperar que quienes tienen mucho que ganar, con la victoria de un presidente dialogante, tenga la suficiente inteligencia para contemplar la situación con visión de conjunto, sin dejarse arrastrar por los provocadores de siempre, en especial esos infiltrados, que poniéndose en vanguardia, impulsan al sincero y bien intencionado al desatino.
No se matan moscas a cañonazos. Ni sirve al pueblo y la causa el acto, cuyas consecuencias dan la victoria al enemigo.


Del Candidato
importa el pasado, porque el que fue egoísta y aprovechado en el pasado, lo será doblemente en el poder, a cuenta del dinero público, que al ser de muchos, nadie defiende. El Sr. Pizarro, partidario del liberalismo o capitalismo salvaje, regido por la ley del más fuerte, sabemos que fue estudiante brillante - a la manera de Mario Conde - y de brillantes oposiciones. Funcionario, abogado del Estado, es decir, asalariado bien remunerado, cuando Aznar "privatizó" los servicios básicos, para equilibrar el presupuesto, con el fin de entrar en el euro, vendiendo las empresas de servicios básicos a precio de saldo, por no decir repartiéndolas entre amiguetes, como Villalonga, el que tras volatilizar el capital de Telefónica se largó a Méjico, al tal Pizarro le tocó acomodo en la eléctrica ENDESA.
Principescamente remunerado, dotado de acciones, que pudo vender en cuatro millones de euros, aprovechando información obviamente privilegiada, cuando tocó abandonar el puesto, aceptó indemnización suficiente para garantizar la fortuna de los nietos: 12.000.000 de € (doce millones de euros), que muy naturalmente habremos de pagar los usuarios de la electricidad, a través del recibo de la luz.
Exigir tamaña indemnización, sería un latrocinio. Aceptarla, rasgo de desconsideración y desvergüenza, que puede hacernos suponer de lo que será capaz el muchacho, instalado en el poder, siendo su filosofía, como lo manifestó claramente, en el curso del debate, que la justicia se reduce a servir y apoyar al más fuerte.

Las estadísticas
No es que el PP se acerque al PSOE. El PP. continuador de la España eterna de la cruz y la espada, la intransigencia de las hogueras, el centralismo político, la explotación y la corrupción; de la clase que se considera propietaria del poder, por derecho propio, tiene una base de electores fidelísimos, con vocación de clientes sumisos del superior. Esa base no se ha multiplicado ni ha crecido. Pese al derroche de demagogia, desde el púlpito y la tribuna, desde los micros, los seguidores del PP no crecen.
El discurso repetitivo, agresivo y machacón, asusta. Sumado a la presión de ese poder superior, que representa el Jefe del Estado Coronado, modalidad inédita que ocupa el lugar correspondiente a un "presidente" en democracia, achica, porque no se alarga alcachofa al que pudiera romperlo. Los que desde el principio estuvieron en contra de la paz; de respetar el derecho que asiste a todos los pueblos a dirimir su destino; los que quisieron continuar el eterno enfrentamiento de las "dos Españas", porque el río revuelto da ganancia a los pescadores, silenciaron contra todo derecho a los que tenían argumentos para contradecirles, lanzando su jauría sobre unos políticos, demasiado débiles en lo intelectual, para resistirles.
Mientras Zapatero se mantuvo en sus trece, persiguiendo componenda con la izquierda vasca, en busca del acuerdo, que a cambio de respetar los derechos de un pueblo, terminase con la violencia como amenaza, mantuvo ventaja holgada sobre el PP, porque la mayoría de los españoles nunca fue intransigente. Ni en tiempos de la Inquisición. Pero cuando rota la tregua, adoptó el lenguaje del contrario, con el aplauso de lo barones de su propio partido, que mucho tienen que callar y ocultar, de los tiempos de la corrupción, empezó a perder posiciones.
El último bajón se lo debe, sin duda, a la ilegalización de los 2 partidos arbertzales.

El Martes americano
Hillary rebosa ambición. No hay más que verla. Como su marido, por cierto. De sus inicios en despacho de abogados, sobre el que planean escándalos inmobiliarios, a la Casa Blanca, fue una buena carrera para el presidente pacifista.... de la guerras de Yugoslavia. Se trataba de liberar a bosnios, chechenios y kosovares de malos tratos de los serbios. Sensibilizados todos por una prensa, que no hablaba de otra cosa, el aprobado a la guerra fue general. Luego se dijo y hasta probó, que hubo noticias "de guardarropía". Y el hecho es que los "liberados" siguen soportando la presencia de tropas de ocupación. No sabemos si para mantener en el poder a unos "electos" indeseados. O para mantener en paz a la etnias. Sea como quiera, si la intención no fue ocupar el territorio para instalar bases, engaño colectivo que entra en lo posible, habremos de declarar la operación un fracaso.
No es Clinton quien se presenta a la presidencia, aunque podría. Cede el paso a su mujer, que está por estrenar y lo supera. En inteligencia, teatralidad y astucia. A su tiempo, el matrimonio se plegó a la política de Bush. La secundó, votó a favor de todas las guerras y recogió la esperada cosecha. Porque Hillary es el candidato de los neocon. La prefieren al que se dibuja como candidato republicano. Menos dúctil y manejable, Hillary no cambiará un ápice la dirección que imprimen a la política, aunque aparente cambiarlo todo. Consecuente, pues siempre adoptará las decisiones y postura que mayor beneficio le reporten, a Hillary le sobran tablas y recursos, para servirse del estado, aparentando que sirve al pueblo. Por eso es la figura más adecuada para tumbar a Obama.


El negro es el riesgo. Diputado de Illinois, con reputación bien ganada de íntegro y honesto, portador de valor probado, pues se cuenta entre los pocos que se opusieron a los atropellos de Bush de punta a punta, postura que a su tiempo, a más de ostracismo implicaba riesgo, no duda en denunciar la extinción de la democracia americana, a la que se propone regresar, restableciendo las libertades y los derechos humanos.

El duelo Hillary, a la que los tales derechos le traen al fresco, aunque diga lo contrario, ha multiplicado la afluencia de votantes, como en Francia el duelo Sarkozy - Segolene. Siendo Sarkozy signo de continuidad, debidamente probado, era lógico suponer que el superávit de votantes acudían con intención de forzar el cambio, dando clara victoria a la izquierda. Pero el hecho es que contra toda lógica, ganó Sarkozy, victoria de la que a muy pocos meses de las elecciones, están arrepentidos los electores. Y cierto es que nunca tuvo Francia presidente tan gastoso y pintoresco.
Lógicamente, el superávit de concurrencia a las elecciones americanas, debiere apuntarse a Obama, pues ni a un tonto escapa que el estilo Hillary, diga lo que quiera, es continuidad de lo ya sabido. Sin embargo Obama no termina de despegar. Y hasta es posible que gane la Clinton. De suceder, habríamos de concluir que el carisma de la minoría, beneficiaria del sistema, arrastra a las mayorías. Aún marginadas o excluidas, prefieren mantener el sistema, acogiéndose a la posibilidad de rampar, luchando por el favor del poderoso, a enfrentar la responsabilidad que implica vivir en sociedad abierta, que brinde a cada cual la posibilidad de alcanzar el lugar que merezca, por su trabajo, capacidad y bagaje de conocimientos.
De no ser la causa este absurdo, habría que empezar a preguntar y seriamente, quiénes controlan el recuento de los votos y por qué sistema lo realizan, así como los medios de control, que tienen a su alcance los candidatos. No vaya a ser que al ocuparse de la tarea individuos asalariados del sistema, tenga oportunidad de asegurar la continuidad, arrimando votos a su "sardina".






Luisa I. Álvarez de Toledo (Duquesa de Medina Sidonia)

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