jueves, octubre 02, 2008

CARTA ABIERTA A MARGARET CHAN, DIRECTORA DE LA OMS, A PROPÓSITO DEL ESCÁNDALO DE LA LECHE TÓXICA CHINA


Directora General Organización Mundial de la Salud Avenue Appia, 201211 Ginebra 27 - Suiza

París, 1 de octubre de 2008


Señora Directora General,



En varias ocasiones usted ha ratificado públicamente la importancia de la libre circulación de la información sobre los problemas de salud pública. Ahora, nuevas revelaciones en el escándalo de la leche tóxica china demuestran claramente que el sistema de censura que el Estado impone en China Popular ha tenido un impacto desastroso en la salud de decenas de miles de recién nacidos en China, y en otros países a los que se importaban los productos.



Muchos niños se han intoxicado porque algunos periodistas e investigadores no han hecho pública la información que poseían. Es cierto que un cargo oficial de su organización ha insistido en los medios de comunicación acerca de la importancia de la "cultura de apertura e informes rápidos" en este tipo de crisis. Por su parte, usted ha asegurado que las mujeres asiáticas deberían optar por la lactancia materna, en lugar de utilizar leche en polvo, pero esa reacción no parece estar a la altura del trágico acontecimiento.Porque, ¿cómo aceptar que la OMS no haya sido informada de la toxicidad de los productos hasta el 11 de septiembre de 2008, cuando las informaciones llevaban circulando desde septiembre de 2007? En julio pasado, He Feng, periodista de investigación de un semanario del sur del país, consiguió informaciones precisas sobre la oleada de hospitalización de niños. Pero las autoridades chinas, a través del Departamento de Propaganda, impusieron la prohibición de publicar informaciones negativas de escándalos alimenticios antes, y durante los Juegos Olímpicos.



La jerarquía superior de He Feng decidió no publicar la información, por temor a sanciones de las autoridades.Es necesario recordarlo: justo antes de los Juegos Olímpicos, el Departamento de Propaganda envió a las principales redacciones una lista de 21 temas prohibidos, y entre ellos el de la seguridad alimenticia (punto 8). "Todos los temas relacionados con la seguridad alimenticia, como el agua mineral causante de cáncer, quedan fuera de los límites autorizados", podía leerse en dicho documento.Las autoridades llegaron incluso a retirar de Internet el testimonio del redactor jefe del periódico que se negó a publicar la investigación: "Me temía que eso desembocara en un enorme problema de salud pública", dijo entonces Fu Jianfeng en el artículo censurado. Hoy está siendo presionado por las autoridades.Pensábamos que las autoridades chinas, y la Organización Mundial de la Salud, habrían sacado consecuencias de la crisis del SRAS que las autoridades chinas ahogaron durante varios meses, censurando a la prensa.Lo sentimos mucho, pero las autoridades de Pekín siguen imponiendo la censura en temas de salud pública. Ahora le pedimos que eleve públicamente su voz en contra de esas prácticas liberticidas y peligrosas, ya que están perjudicando la salud de los ciudadanos chinos y de la población de los países vecinos.Su organización ha hecho públicas unas cifras que demuestran la amplitud de los daños causados por el escándalo de la leche tóxica: más de 54.000 niños han recibido tratamiento médico, 12.000 han tenido que ser hospitalizados y al menos cuatro han muerto.



Al mismo tiempo, la OMS se ha felicitado públicamente por su capacidad de reacción a la crisis, y la colaboración en todos los terrenos de las autoridades chinas, proporcionando "actualizaciones frecuentes". ¿No sería mejor amonestar severamente al gobierno chino, que se obstina en preferir el control de la información a la salud de sus conciudadanos?Conociendo su compromiso con la libertad de prensa, le pedimos que hable de este asunto, lo antes posible, con las autoridades de Pekín.
En espera de su respuesta le ruego, Señora Directora General, reciba la expresión de mi mayor consideración.


Jean-François Julliard

Secretario general de Reporteros Sin Fronteras

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