viernes, abril 10, 2009

REPORTEROS SIN FRONTERAS RECUERDA A BUTEFLIKA LAS CARENCIAS DE ARGELIA EN LIBERTAD DE EXPRESIÓN


El reelegido Presidente argelino Buteflika
Reporteros sin Fronteras (RSF) ha dirigido una carta al presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, dando por segura su reelección en los comicios de hoy y recordando los compromisos en materia de libertad de expresión adoptados después de su victoria en 2004, cuando afirmó su “determinación de vigilar la libertad de expresión” en Argelia, para señalar que “desde aquel momento pocas cosas han cambiado en la buena dirección”.



Por ejemplo, dice la carta firmada por Jean-François Julliard, secretario general de RSF, algunos delitos de prensa siguen pudiéndose castigar con penas de cárcel, y multas. En efecto, el artículo 144bis del código penal argelino (en vigor desde 2001) establece penas de cárcel que van de dos a doce años y multas, para cualquier declaración considerada difamatoria. El encarcelamiento amenaza a todos los periodistas, y a los directores de las publicaciones. Se multiplican los procedimientos contra ellos y los tribunales no dan a basto. “Una situación que no se corresponde con los compromisos que usted suscribió, y que no es digna de un país como Argelia”.
Por otra parte el gobierno argelino conserva el dominio de la impresión y la difusión, a pesar de que en 1989 terminó el monopolio de la prensa.



Es cierto que El Khabar y El Watan han conseguido crear una sociedad independiente que gestiona dos imprentas, así como una red independiente de distribución, pero únicamente se benefician de ellos esos dos diarios. Los demás periódicos dependen totalmente de las imprentas estatales. El hecho de que, en julio de 2008, el Ministerio de Comunicación creara un holding de sociedades de impresión, no ha hecho más que reforzar el control del Estado en ese terreno. Y, en consecuencia, dice Julliard, “un sistema así reduce cualquier margen de maniobra de los periódicos que quisieran tener una visión crítica de la sociedad, y la vida política argelina”.
La situación es idéntica en lo que se refiere a la distribución de los periódicos: dejando aparte El Khabar y El Watan, que han logrado crear una red independiente, las demás cabeceras siguen siendo tributarias de las sociedades estatales de distribución. Con el monopolio de la importación del papel, las autoridades argelinas completan su dominio.




Y además disponen de un arma económica suplementaria contra los recalcitrantes, a través del monopolio de adjudicación de la publicidad. Desde abril de 1968, la Agencia Nacional de Edición y Publicidad (ANEP), creada en diciembre de 1967, distribuye la publicidad de administraciones y empresas en función de las líneas editoriales, recompensando en primer lugar a los periódicos cercanos al régimen.


“Y lo que es más grave para un país que reivindica su apertura democrática, agrega Julliard, es que el Estado controla totalmente la radio y la televisión. El sector audiovisual está en manos del poder. Solo tienen derecho a actuar los canales privados extranjeros que emiten por satélite”.
Además, y de manera regular, se agrega en la carta, en cada una de las elecciones presidenciales los periodistas extranjeros, ya sean franceses o de otra nacionalidad, encuentran dificultades para conseguir un visado de entrada en Argelia. A la periodista tunecina Sihem Bensedrine, invitada por la Liga Argelina de Defensa de los Derechos Humanos a participar en programa de monitoring de los medios de comunicación, la expulsaron cuando, el pasado 4 de abril, llegó al aeropuerto de Argel.


Julliard concluye que “esos arcaísmos deben desaparecer para dejar lugar al pluralismo informativo en Argelia. Reporteros sin Fronteras le exhorta ahora a poner en marcha sus promesas electorales. Los argelinos tienen derecho a disponer de una información libre e independiente”.


P-ES./Manuel J. Márquez Moy (Reporteros Sin Fronteras)

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