viernes, febrero 03, 2012

OBITUARIO DR. JOSÉ AYARZAGÜENA SANZ por Javier Castroviejo

Arriba, José Ayarzagüena en la Reserva del Frío y abajo un
Cocodrilo del Orinoco, a los que dedicó gran parte de su vida



Aunque ha pasado un tiempo de su muerte, hemos querido recordar a uno de nuestros científicos más importantes que hemos perdido recientemente.

El pasado 28 de diciembre, a los 59 años, falleció en Madrid el Dr. En Biología por la Universidad Complutense, José Ayarzagüena Sanz.


Desarrolló la mayor parte de su actividad científica en Iberoamérica, especialmente en Venezuela; comenzó en 1977 en la Estación Biológica El Frío (Llanos del Orinoco), adonde llegó recién licenciado para realizar su tesis doctoral sobre el caimán de anteojos o baba (Caiman crocodilus). Con todo, sus primeros trabajos los realizó mientras finalizaba la carrera sobre micromamíferos y reptiles ibéricos.

No es fácil, abrumado por su muerte, aintetizar la labor de Ayarzagüena como científico conservacionista.

Exploró sistemáticamente los desconocidos tepuis (gigantescos afloramientos rocosos del precámbrico que surgen en la selva de la Guayana venezolana), a los que dedicó memorables expediciones en helicóptero con sus discípulos del Museo de Ciencias Naturales de La Salle. Fruto de este intenso trabajo y otra serie de exploraciones por todo el país, fue la descripción, nada menos, que de 9 géneros y 30 especies de anfibios y reptiles nuevas para la Ciencia.

Se trata de una aportación colosal al conocimiento y conservación de la Biodiversidad, solamente al alcance de muy pocos científicos. Por otra parte, tres especies nuevas de anfibios y reptiles fueron bautizados con su nombre, en justo homenaje a su labor. Se trata de una aportación colosal al conocimiento y conservación de la Biodiversidad, solamente al alcance de muy pocos científicos.

Contribuir a la ciencia de la Zoología con la descripción de decenas de especies de vertebrados en los albores del siglo XXI reviste una importancia difícil de calibrar.

En el área de la Conservación sus logros no se quedaron a la zaga. Reintrodujo, con éxito, al cocodrilo o caimán del Orinoco (Crocodylus intermedius) en la Estación Biológica El Frío hasta conseguir una población estable de cientos de adultos que se reproducen ya en libertad.

El cocodrilo del Orinoco, que llega a los siete metros y sobrepasa la tonelada de peso es, junto con el del Nilo y el poroso de Australasia, una de los cocodrilos mayores del mundo que no hace asco a la carne humana. Debido a la calidad de su piel había sido cazado hasta casi el exterminio por compañías peleteras inglesas y estadounidenses. Sólo, y apenas sin medios, Ayarzagüena recogía algunos huevos de las escasos nidos que encontraba en libertad, sobre todo en el caño Cojedes, los incubaba y liberaba a los jóvenes de 1 a 1,5 metros (de uno a dos años de edad), cuando su talla los ponía a resguardo de los muchos depredadores de la sabana y las estrictas medidas de conservación de la Estación Biológica El Frío impedían la acción de los humanos.

Sus publicaciones con Álvaro Velasco que hicieron posible la acertada gestión y captura racional del caimán de anteojos en Venezuela, garantizaron la conservación de la especie y la aparición de una nada desdeñable fuente de ingresos para las comunidades campesinas del Llano. Sus métodos se aplican en los restantes países iberoamericanos.

El Dr. Ayarzagüena dirigió con acierto la Estación Biológica El Frío, que sirvió de escuela a más de una generación de científicos y conservacionistas de España e Iberoamérica y en la que se realizaron innumerables tesis de licenciatura y doctorales, publicaciones y documentales cinematográficos hasta su incautación en el año 2009, sin justificación alguna, por el gobierno bolivariano de Venezuela. Acción que puedo dar fe, le afectó profundamente.

Dirigió no pocas actividades científicas, entre las que destaca la tesis doctoral del hoy Dr. Rafael Antelo sobre el cocodrilo del Orinoco, indispensable para conocer y conservar la especie. Según mis conocimientos publicó unos 40 trabajos científicos y unos 6 de divulgación. Fue el primer especialista español en cocodrilos y herpetologís del Neotrópico.

Por otra parte, tres especies nuevas de anfibios y reptiles fueron bautizados con su nombre, en justo homenaje a su labor.

Era Ayarzagüena sencillo, austero y generoso hasta unos extremos difíciles de describir. Alejado de la ciencia oficial ha marcado un antes y un después en la Herpetología y conservación de la Naturaleza. La deuda que tenemos con este científico, profundo conocedor y enamorado de los Llanos de Venezuela es impagable. Espero que cuando alguien se ocupe del papel de los zoólogos españoles en el Neotrópico durante el último cuarto de siglo le reserve el lugar que se merece-



El Dr. Javier Castroviejo es Científico y fue Director de la Estación Biológica de Doñana

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