He dedicado casi toda mi vida a la Educación Ambiental. Sólo me frenó el fallecimiento de mis padres y el ictus que sufrí, del que ya estoy recuperado, sólo con algunas secuelas. Mis primeras experiencias me impulsaron a descubrir el entorno natural de Sanlúcar yendo a observar con excursiones solo o a veces con algunos amigos la flora y la fauna. Este entorno está hoy incluido en el Espacio Natural de Doñana. Obviamente como casi todos en aquéllos años, la motivación vino de la mano del inolvidable Félix Rodríguez de la Fuente.
Recuerdo cuando me perdía por la Algaida de Sanlúcar de
Barrameda, un pinar de monte mediterráneo que lindaba con un buen espacio de
marismas y unas salinas, continuación
junto a la desembocadura del Guadalquivir del paisaje del Parque Nacional de
Doñana. Como las especies no entienden de límites territoriales
administrativos, la fauna de Doñana, el mítico Parque Nacional, se movían por
el entorno sanluqueño o las zonas del otro lado del río indistintamente. En esas primeras incursiones por los espacios naturales
descubrí no sólo la fauna, sino la interesante vegetación y la geología del
terreno. Hay que resaltar que todo el paisaje había evolucionado geológicamente conjuntamente desde la hacía más de 18.000 mil años glaciación würmiense. También era
importante el paisanaje, los guardas, cazadores, pastores, furtivos, agricultores. Todos me
iban enseñando a conocer el entorno donde me movía casi a diario.
Cuando hice mi primera entrevista a Miguel Delibes de Castro en 1.992, entonces Director de la Estación Biológica de Doñana, gran amigo hasta hoy
Entonces empiezo a descubrir que no todo era idílico entre amanecidas y atardeceres, sino que ese entorno con el que disfrutaba estaba amenazado por multitud de problemas. Empiezo a preocuparme y a ocuparme de transmitir lo que descubría a través de los medios de comunicación, televisión, radio y prensa escrita. Pero no era suficiente. Y con la ayuda de muchas personas claves llevo proyectos de Educación Ambiental al Ayuntamiento para volcarme en los colegios. La mayoría de la población, profesores incluidos, desconocían la existencia de esos espacios naturales de la ciudad. Todavía eran tiempos en que hablar de medio ambiente era algo casi inexistente. Mi actividad comienza una etapa en un grupo ecologista que de manera incipiente trataba de abrirse paso en la población. Nace el Grupo Ecologista “Milvus”, asumiendo su presidencia durante dos años muy intensos de trabajos. Conseguimos cierta autoridad moral y respeto en toda la provincia e incluso a nivel nacional.
La investigación del medio se convierte en mi actividad habitual en todo el entorno de Doñana, implicando a jóvenes colaboradores
Paralelamente no dejo mis actividades educativas en los colegios. Me desvinculo
de la disciplina de los grupos ecologistas y me rodeo del mundo científico de
entonces y busco el asesoramiento de los mejores: Miguel Delibes de Castro,
entonces Director de la Estación Biológica de Doñana, Javier Castroviejo,
Miguel Ferrer Baena , Tono Valverde, gracias a él Doñana se convirtió en Reserva
Biológica, germen del posterior Parque Nacional de Doñana, una de las grandes joyas ecológicas de Europa, hoy con numerosísimos problemas. El inestimable apoyo de Ramón Margalef, y de Fernando González Bernáldez, primeros creadores de la Cátedra de Ecología en España, Antropólogas también como Cristina Cruces
Roldán, y así hasta sesenta personas de
diferentes disciplinas, Historiadores, Arqueólogos, Geólogos, Biólogos,
Químicos Ambientales, Fisiólogos Marinos y todos contribuyen a llevar la Educación Ambiental, no
sólo a los colegios e institutos, sino a la población en general. Había
habitantes que nunca habían pisado Doñana, o el Palacio Ducal de Medina
Sidonia en Sanlúcar de Barrameda. Y como algunos piensan aún, la Educación Ambiental no se limita únicamente
al patrimonio natural, sino al medio rural, y al urbano, con todo su enorme
patrimonio cultural. Comienzo mi programa educativo “Diálogos con la Naturaleza”,
donde con técnicas de Interpretación de Paisajes se pretende que toda la
población general, niños y adultos se aproximen
a todos esos medios.
Dos de las portadas de especiales dedicados a la Educación Ambiental que escribí para la prensa
Paralelamente a todo esto, continúo con mi actividad en los medios de comunicación divulgando la importancia del Planeta conociendo el entorno más próximo con diferentes series ecológicas y culturales. Puntalmente denuncio con otros organismos las numerosas agresiones al entorno, sea natural, rural o urbano. Realizo numerosas excursiones a diferentes lugares de la sierra gaditana, Doñana y la campiña y acampadas con numerosos grupos de personas, jóvenes y adultos.
Las primeras experiencias que hicimos con colegios en Educación Ambiental con salidas al entorno natural de Doñana en 1.989
Otro factor importante que observo que mejoraría la educación ambiental es el conocimiento de la naturaleza humana, por lo que siempre conté con Psicólogos, Psiquiatras, Sociólogos. Eso hace que algunos me atribuyan que ejerzo un ecologismo humanista. Independientemente, tras 30 años ininterrumpidos donde se movilizan en numerosas actividades a más de 10.000 habitantes, viendo los tiempos de hoy advierto que la Educación Ambiental en 2.023 aún es una asignatura pendiente. No se trata de saturar con información de carácter ecológico a la población, sino además, conseguir una vinculación emocional con el medio natural, rural y urbano. Esa será la única manera de conseguir una verdadera conciencia ambiental. La conciencia ambiental bien hecha se traduce necesariamente en pasar a los hechos y no en una casi total indiferencia ante tanta problemática de resíduos, contaminación de mares, pérdida de biodiversidad o deterioro y destrucción del patrimonio histórico. De ahí que La Educación Ambiental sigue siendo imprescindible en la sociedad actual. Últimamente, y para finalizar han supuesto desde hace muchos años una motivación contar con la amistad de Odile Rodríguez de la Fuente (hija de Félix), Sol de la Quadra Salcedo (hija de Miguel), Sebastián Álvaro (“Al filo de lo imposible”) y un innumerable número de personas.
Manuel J. Márquez Moy, Periodista y Especialista en Educación Ambiental