Hace un tiempo que quería escribir sobre esto. De nuevo, aprovechando estos días que se celebra el Día del Orgullo LGTBIQ+ quería relatar cómo en los años en el colegio en 8º de EGB con unos 14 años me sentía maricón, con perdón de aquí en adelante. Ahora me sigo entendiendo más por muchas razones., que creo que es lo más importante en la vida. Y pido perdón por la expresión "maricón" porque suele ser ofensivo, pero en este caso era más ilustrativa. Además he sido llamado así yo mismo durante casi toda mi vida por mi sensibilidad creativa u otras razones.
No sé la razón exacta, pero se debió correr entre la clase mi orientación sexual de gay, entonces no se decía tal término. Digamos que mariquita porque ya tan joven me atraían los chicos y no las chicas, como ya expliqué en el artículo "Ser gay y no renunciar a uno mismo" (Ver enlace bajo este artículo). En una acampada que realizamos la clase con tiendas de campaña uno de los días tres chicos de mi clase entraron en la tienda de campaña en la que yo estaba. Sin problemas se recostaron junto a mí dos de ellos, pues yo estaba tendido en el interior en una colchoneta y me bajaron los pantalones y calzoncillos y ellos también, me penetraron analmente dos de ellos, pero yo les dí mi cosentimiento, como se diría ahora, mientras el tercero me pedió que le masturbara cuando se bajó también el pantalón y los calzoncillos. Yo realmente disfruté de aquello. Para nada me sentí violentado, ni humillado. Sí es cierto que esto confirmaba mi atracción por los chicos. Curiosamente en la clase había un compañero que sí tenía fama de marica, según decían, pero nunca llegué a saberlo. El caso es que se tuvo que ir propagando por el colegio lo de mi orientación sexual y no sé si cierta facilidad para relaciones sexuales. Todos estaban en plena maduración sexual. En una visita que hicimos la segunda etapa de EGB al cine al yo pasar por un pasillo entre las butacas uno de los alumnos más adultos me cogió de la mano y me la llevó a sus genitales. Y me dijo: "Esto es lo que te gusta a tí, no, Moy?". Yo le respondí,¡ pues sí!. "Pues aquí tienes", me respondió, apretándome aún más la mano en sus genitales. Una vez más no me sentí violentado, tanto es así que no se lo dije a ningún profesor.
Mi vida continuó y yo notaba que me atraían las costumbres de las chicas hasta el día de hoy. Eso me hizo pensar y sentirme que yo era maricón, o si realmente yo quería ser mujer o me sentía mujer. Lo que sí es sentirme a veces mujer. Posteriormente en mi vida entrevisté en la Televisión Local a un mariquita que conocía desde niño porque era vecino de mi barrio, además de otro más, Antonio "El Cojito", que falleció hace poco tiempo. La naturaleza humana siempre me ha interesado y al entrevistar a uno de ellos, Francisco González, "Paquiqui", me contó cosas sobre su vida. Con ambos tenía amistad, aunque con "Paquiqui" tenía más confidencias sobre su vida personal. Un programa que fue nominado a unos premios de la RTVE de Andalucía. Eran programas muy intimistas y humanos. "Paquiqui" era una persona muy trabajadora y conocida en la ciudad porque trabajaba en los cines proyectando las películas, pero se vio envuelta en los problemas de la adicción a la droga, de la que consiguió rehabilitarse, pero tras recaer, se complicó con los problemas de la muerte de su madre y terminó falleciendo en 2.006.
Me contó cosas entre muchas otras que ella se había sentido rechazado por la sociedad, pero que poco a poco estaban cambiando las cosas, aunque muy lentamente. Cuando le pregunté por su orientación sexual me dijo: "¿Tú me ves a mí?. Yo tengo cuerpo de hombre, pero por dentro me siento mujer. Eso es ser mariquita... y nosotros tenemos también nuestro corazoncito", me dijo. A mí me atraían y me atraen las costumbres de las mujeres, pero no hasta el punto o extremo de querer ser mujer. Al menos en ese tiempo.
Más tarde conocí, aunque en la distancia y con las que me escribo a personas transexuales. Sin entrar en cuestiones políticas las he ido entendiendo. Han tenido sus problemas, pero superados. La que más cariño le tengo es a Enith Sebastien, Livia Dochez, Lía Sánchez Carballo y la gran acriz Karla Sofía Gascón, que ha recibido numerosos premios internacionales.
De vez en cuando, ya como bisexual, a veces sigo sintiéndome más gay. Ya dije que ese aspecto se da en los bisexuales. Hay épocas en los que te atraen más las mujeres, no todas, y otras, los hombres, no todos, tampoco. Quería con este artículo dar mi homenaje a estos mariquitas o trans. Yo podría haber pedido en Reyes cuando niño una muñeca,en vez de un balón, como le pasó a "Paquiqui", o haber terminado queriendo ser mujer. Hay que destacar que muchos maricas acababan en lugares marginales, prostituyéndose o en adicciones.
Lo que sí tengo claro es que nunca renunciaré a mi lado femenino y a todo lo que he aprendido de las mujeres y lo que sigo aprendiendo de ellas a lo largo de mi vida. E insisto que aún a veces me siento mujer. Quizás eso es lo que me ha hecho entender más todas las mujeres con la orientación sexual que sea y tener más amigas que amigos y reivindicar los derechos feministas siempre que puedo y los derechos de igualdad. Y si todo esto es ser maricón, pues lo soy. Por esta razón podía haber terminado fusilado en otras épocas como mi admirado siempre Federico García Lorca, o con una paliza en las calles de cualquier ciudad más recientemente.
Manuel Jesús Márquez Moy, Guionista y Periodista
"Ser gay o renunciar a uno mismo"