El otro día dábamos la información que según fuentes consultadas, el gasto público del Estado habría podido alcanzar los 100.000 millones de € que de manera acelerada el Gobierno español está tratando de emitir en deuda pública. Aun así, el último informe realizado por el BBVA, advierte de los graves problemas a los que se enfrenta el Gobierno, ya que la recaudación pública será algo superior al 36,4% del PIB, en el mejor de los casos.
La Ministra de Economía y Vicepresidenta del Gobierno español, Elena Salgado
Pero si nos vamos al gasto público, seguirá subiendo en porcentajes desproporcionados. Tras consultar infinidad de informes emitidos por analistas serios, los diagnósticos hasta ahora no son nada favorables para la economía española. Como afirmamos en el titular, muchos gastos previstos de obras públicas, se tendrán que dejar para otro momento, incluso podemos estar hablando del 2.012.
Según informa concienzudamente “El Confidencial”, el servicio de estudios del BBVA ha analizado las probabilidades que tiene el Gobierno de situar el déficit público en el 3% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2012. Y su conclusión no puede ser más contundente. Si la vicepresidenta Salgado quiere cumplir el compromiso alcanzado con Bruselas (que ya le ha abierto un expediente a España por déficit excesivo), deberá reducir el gasto público en una cantidad equivalente a cinco puntos del PIB. O lo que es lo mismo, en 50.000 millones de euros.
La cantidad es verdaderamente importante y surge a partir de un primer planteamiento. Frente a lo que piensa el Gobierno, la capacidad recaudatoria del Estado es muy limitada, incluso en un escenario de recuperación económica, por lo que lo relevante es actuar sobre el gasto público. Los datos son estos. En el mejor de los casos, los ingresos públicos representarán este año el 36,4% del PIB, pero como sostiene el BBVA “cabe la posibilidad de que este porcentaje sea incluso menor a final de año, por lo que el déficit publico también podría ser sensiblemente mayor”.
Por el contrario, y frente a la caída de los ingresos, el gasto público escalará hasta el 45,9% del Producto Interior Bruto, lo que supone un déficit presupuestario -la diferencia entre ingresos y pagos- equivalente a 9,5 puntos del PIB. Pues bien, dice el BBVA, teniendo en cuenta que “sin subidas de impuestos” los ingresos públicos sobre el producto aumentarán 1,5 porcentuales, “sería necesario reducir el gasto en más de cinco puntos porcentuales del PIB para volver a situarse en el 41%”. Es decir, los 50.000 millones de euros citados anteriormente.
El argumento central del BBVA es que la potencia recaudatoria del Estado es reducida, salvo que se opte por una fuerte subida de la presión fiscal, lo cual se desaconseja. Según sus cuentas, cabe esperar un ligero aumento de los ingresos del IVA como consecuencia de la desaparición de los efectos sobre la recaudación del adelanto de las devoluciones de este impuesto aprobado en 2008, ligeramente superior al 0,5% del PIB en 2009.
Difícil recuperación de los impuestos
De igual manera, sostiene el BBVA, es posible que una parte de la caída del Impuesto sobre Sociedades se recupere en los próximos años, pero “es muy difícil pensar en una recuperación de otros ingresos en los próximos cuatro años”.
Igualmente, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria reducirá de forma permanente buena parte de los ingresos por la compra-venta de viviendas. Mientras que el desapalancamiento de las economías domésticas y el aumento de su tasa de ahorro darán lugar a una disminución del consumo respecto al PIB, por lo que una parte de los ingresos del IVA tampoco se recuperarán.
“Por lo tanto”, aseguran los economistas del BBVA, “parece razonable esperar que la posible recuperación de los ingresos públicos durante los próximos cuatro años no sea superior a un 1,5% del PIB, por lo que en 2012 los ingresos públicos se situarían ligeramente por debajo del 38% del PIB, salvo que se optase por alcanzar un porcentaje mayor mediante subidas de impuestos”.
Es decir, que teniendo en cuenta que los ingresos públicos se situarán en el 38% del PIB en 2012, y que el déficit fuese del 3%, se estaría hablando de un 41% de margen de gasto, pero ocurre que en estos momentos, y según las últimas previsiones del propio Gobierno, el gasto público se situará al acabar el año 2009 en el 45,9% del PIB, lo que significa que la distancia a salvar son esos cinco puntos del PIB de los que habla el informe del BBVA.
¿Y cuál es la solución?, se preguntan los autores del estudios, los economistas Rafael Domenech y Virginia Pou. Pues todo menos subir los impuestos. En su opinión, la literatura económica ha demostrado en los últimos años que “que casi todas las consolidaciones fiscales que han fracasado en el pasado han descansado casi exclusivamente (hasta un 88%) en aumentos de impuestos, mientras que las que han tenido éxito han puesto el énfasis en la reducción del gasto público no productivo”.
Uno de los autores, Rafael Domenech, es el director del Servicio de Estudios del BBVA para España y Europa, y durante algún tiempo fue el número dos de la Oficina económica del presidente del Gobierno.
Carlos Sánchez/ Manuel J. Márquez Moy
Según informa concienzudamente “El Confidencial”, el servicio de estudios del BBVA ha analizado las probabilidades que tiene el Gobierno de situar el déficit público en el 3% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2012. Y su conclusión no puede ser más contundente. Si la vicepresidenta Salgado quiere cumplir el compromiso alcanzado con Bruselas (que ya le ha abierto un expediente a España por déficit excesivo), deberá reducir el gasto público en una cantidad equivalente a cinco puntos del PIB. O lo que es lo mismo, en 50.000 millones de euros.
La cantidad es verdaderamente importante y surge a partir de un primer planteamiento. Frente a lo que piensa el Gobierno, la capacidad recaudatoria del Estado es muy limitada, incluso en un escenario de recuperación económica, por lo que lo relevante es actuar sobre el gasto público. Los datos son estos. En el mejor de los casos, los ingresos públicos representarán este año el 36,4% del PIB, pero como sostiene el BBVA “cabe la posibilidad de que este porcentaje sea incluso menor a final de año, por lo que el déficit publico también podría ser sensiblemente mayor”.
Por el contrario, y frente a la caída de los ingresos, el gasto público escalará hasta el 45,9% del Producto Interior Bruto, lo que supone un déficit presupuestario -la diferencia entre ingresos y pagos- equivalente a 9,5 puntos del PIB. Pues bien, dice el BBVA, teniendo en cuenta que “sin subidas de impuestos” los ingresos públicos sobre el producto aumentarán 1,5 porcentuales, “sería necesario reducir el gasto en más de cinco puntos porcentuales del PIB para volver a situarse en el 41%”. Es decir, los 50.000 millones de euros citados anteriormente.
El argumento central del BBVA es que la potencia recaudatoria del Estado es reducida, salvo que se opte por una fuerte subida de la presión fiscal, lo cual se desaconseja. Según sus cuentas, cabe esperar un ligero aumento de los ingresos del IVA como consecuencia de la desaparición de los efectos sobre la recaudación del adelanto de las devoluciones de este impuesto aprobado en 2008, ligeramente superior al 0,5% del PIB en 2009.
Difícil recuperación de los impuestos
De igual manera, sostiene el BBVA, es posible que una parte de la caída del Impuesto sobre Sociedades se recupere en los próximos años, pero “es muy difícil pensar en una recuperación de otros ingresos en los próximos cuatro años”.
Igualmente, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria reducirá de forma permanente buena parte de los ingresos por la compra-venta de viviendas. Mientras que el desapalancamiento de las economías domésticas y el aumento de su tasa de ahorro darán lugar a una disminución del consumo respecto al PIB, por lo que una parte de los ingresos del IVA tampoco se recuperarán.
“Por lo tanto”, aseguran los economistas del BBVA, “parece razonable esperar que la posible recuperación de los ingresos públicos durante los próximos cuatro años no sea superior a un 1,5% del PIB, por lo que en 2012 los ingresos públicos se situarían ligeramente por debajo del 38% del PIB, salvo que se optase por alcanzar un porcentaje mayor mediante subidas de impuestos”.
Es decir, que teniendo en cuenta que los ingresos públicos se situarán en el 38% del PIB en 2012, y que el déficit fuese del 3%, se estaría hablando de un 41% de margen de gasto, pero ocurre que en estos momentos, y según las últimas previsiones del propio Gobierno, el gasto público se situará al acabar el año 2009 en el 45,9% del PIB, lo que significa que la distancia a salvar son esos cinco puntos del PIB de los que habla el informe del BBVA.
¿Y cuál es la solución?, se preguntan los autores del estudios, los economistas Rafael Domenech y Virginia Pou. Pues todo menos subir los impuestos. En su opinión, la literatura económica ha demostrado en los últimos años que “que casi todas las consolidaciones fiscales que han fracasado en el pasado han descansado casi exclusivamente (hasta un 88%) en aumentos de impuestos, mientras que las que han tenido éxito han puesto el énfasis en la reducción del gasto público no productivo”.
Uno de los autores, Rafael Domenech, es el director del Servicio de Estudios del BBVA para España y Europa, y durante algún tiempo fue el número dos de la Oficina económica del presidente del Gobierno.
Carlos Sánchez/ Manuel J. Márquez Moy