lunes, agosto 10, 2009

EL RETROCESO DE LA CAPACIDAD INTELECTUAL por Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura (XXI Duquesa de Medina Sidonia)


Recordamos que la Exposición sobre la Vida de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura (1936-2.008), se puede visitar en el mismo Palacio Ducal de Medina Sidonia, en Sanlúcar de Barrameda hasta el 14 de Agosto. Hoy os presento uno de sus artículos con un contenido de vigencia absoluta de Luisa Isabel sobre el retroceso de la capacidad de pensar. Analiza acertadamente, con su lenguaje habitual, cómo llegamos a tener dirigentes políticos, u otros órganos de poder con muy escasa preparación, y el gravísimo problema que entraña la pérdida de capacidad intelectual también entre la población.



No comprender lo que se lee, no es un problema mecánico. Es de mayor gravedad: la capacidad intelectual del español medio ha descendido, creciendo el déficit de materia de que estamos necesitados, pues permite solucionar problemas, en apariencia indisolubles, sin traumas ni daños "colaterales": inteligencia.



Habría que saber si madre naturaleza, dando un giro inesperado, ha reducido el porcentaje habitual de individuos dotados de partida. O si la lamentable calidad de los que legislan en cuestiones de enseñanza, la rigen o la imparten, han hecho de la escuela obligatoria e incluso de la enseñanza superior, trituradora de cerebros. Me inclino por lo último, dados los antecedentes.



Por tradición, la Iglesia abominó de los que piensan, por adolecer del vicio de hacerlo por su cuenta, acuñando hace siglos frase, que perdura: "doctores tiene la Iglesia, que os sabrán responder", expresión del "que piensen ellos", que está en el origen del atraso español. Del tradicional desequilibrio de individualidades notables, no pocas abortadas sin dejar huella, víctimas de despiadada persecución, en relación con una mayoría afectada de pereza mental, sin remedio en ambiente intelectual que le es favorable.



Tienen estos lodos causa en la selección "al revés", que se impuso en la segunda mitad del siglo XX. Asustados los poderes fácticos y efectivo por la explosión de inteligencia pura, manifestado en el periodo de libertad que siguió a la primera guerra mundial, el afán intelengicida de la Iglesia se extrapoló a toda actividad. En el terreno profesional el superior dejó de promocionar al inferior destacado, los unos por temor a verse desplazados. Y los que no tenían nada que temer, por ocupar el lugar preeminente en propiedad, por la vanidad de no soportar que alguien en su entorno les hiciese sombra, poniendo en evidencia la cortedad de sus alcances.




En minoría objetiva la derecha, obligada a buscar partidarios en sectores sociales, cuyos intereses están en contraposición con los que representa el capital, por serle propios, compensa la contradicción con eficacia, procura reclutar individuos capacitados, a los que permite un margen de libertad, pues la cooptación tropieza con serio obstáculo: afectado la inteligencia, que no es astucia, de profunda empatía hacia la especie racional en su conjunto, dada al análisis empírico de los hechos y de las cosas, adolece de tendencia natural al materialismo filosófico. Apasionada de la libertad, pues para realizarse la necesita, da sin embargo en conclusiones "de izquierdas", porque el problema de los más no puede solventarlo un sistema que pone al hombres al servicio de la economía, en lugar de entender la cuestión a la inversa. Marginados en consecuencia, representan imagen de fracasados, que no incita a la emulación.



El hecho de que la inteligencia sea de "izquierdas", no implica que los dirigentes de la "izquierda", manifestación política y operantes de la tendencia, sean inteligentes. Procedente la militancia de los sectores menos ilustrados de la sociedad, la aplicación del principio Marx de entregar la dirección de las masas a intelectuales, se traduce en la práctica en la presencia de universitarios en puestos de dirección. Prueba el título de haber pasado exámenes, no lo es de capacidad intelectual.



Siendo muchos los que acuden a la izquierda, en la esperanza de que les procure el sitio que les niega la derecha, el temor a la inteligencia dio en el paroxismo de un igualitarismo que negó el derecho a la existencia a la individualidad. Absteniéndose de repasar la historia, por no enterarse de que detrás de todo hallazgo positivo, científico o filosófico, hay un cerebro individualizado, dieron en negar a la unidad racional el derecho a pensar acertadamente por su cuenta, para imponer la elucubración colectiva. El resultado político es conocido: desintegración del comunismo tradicional del que queda Cuba por única muestra; retroceso del socialismo moderado frente a la derecha. Y lo que es peor, pues nos afecta a todos, descenso de la capacidad intelectual colectiva.



No sería difícil enmendarlo. Bastaría que se difundiese la voz del los que conservan la capacidad de pensar, sin dejarse confundir por la matraca del "pensamiento único". No tardarían en sacudir el entorno haciendo que se pusiesen en funcionamiento mecanismos de pensar, en hibernación por el momento. Pero no es probable que se haga. Como el catedrático teme y margina al alumno que le supera en capacidad de análisis, el político teme a una ciudadanía capacitada para juzgar sus decisiones con acierto.


Luisa Isabel Álvarez de Toledo (XXI Duquesa de Medina Sidonia)

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