El pasado viernes, día 23 de abril 2010, se estrenó la película de Emilio Ruiz Barrachina, “El discípulo” simultáneamente en 60 salas de toda España. Como bien saben los lectores de este blog, he participado en el guión como asesor científico para la época en general y para el personaje, Jesús y su entorno, en particular.
Quizás sepan también que la película trata de las últimas semanas de Jesús desde una perspectiva historicista, es decir, de lo que -según el director y guionista, Ruiz Barrachina- pudo ser muy bien el Jesús de la historia por contraposición con lo que la investigación de hoy denomina el Cristo de la fe, que –como saben los lectores- no siempre coinciden.
Por encargo del propio Ruiz Barrachina, escribí para el guión del film una pequeña serie de diez escenas, que transcurren unos cincuenta años después de la muerte de Jesús, con tres personajes: el evangelista Lucas, un antiguo discípulo de Jesús (que aunque se llame Juan no es necesariamente del grupo de los Doce, sino uno –por ejemplo- de los 72 que Jesús envió a misionar a diversas poblaciones anunciando la inmediata llegada del reino de Dios y la necesidad del consiguiente arrepentimiento, y un escriba, que toma nota cuidadosa de todo, llamado también Juan. Al final, tendrá este escriba una misión sorprendente.
Ruiz Barrachina tomó estas escenas, las corrigió –yo no tenía, ni tengo idea como guionista de cine-, las transformó, las complementó y las insertó, en mi opinión genialmente, en el guión.
Tanto que ahora la película tiene dos niveles narrativos:
1. Lo que ocurrió con Jesús y los suyos, según Barrachina.
2. La interpretación del evangelista que los ve con otros ojos cincuenta años después.
A medida que avanza la acción del film por las últimas semanas de Jesús se interponen muy breves escenas en las que se muestra la discusión entre Lucas y el discípulo de Jesús sobre lo que ocurrió realmente y su sentido.
He visto ya la película dos veces, una en inglés –que es el idioma de rodaje, pensada el película también para el mercado de otros países (en España se presentará en versión original, con subtítulos), y la doblada al español, en unos momentos en los que el montaje no estaba absolutamente terminado y faltaban algunos detalles.
Yo no entiendo de cine de modo técnico, pero a mí personalmente, la película me ha parecido interesantísima como espectador, bien sea para participar y disfrutar con la perspectiva ofrecida sobre Jesús y sus ideas o para oponerse a ella. Se trata de un film con un cierto sabor documental, pues las escenas están llenas, como es lógico, de textos evangélicos, la acción es directa y escueta, y los deseos de informar son evidentes. El ritmo de la película es rápido y no hay la menor ocasión de aburrirse.
La interpretación de los actores tanto ingleses como españoles (hay tres entre los principales, Juanjo Puigcorbé = Pilato; Rut Gabriel = María de Magdala; Joaquín Perles = Santiago/Jacobo, hermano de Jesús) me ha parecido excelente. Yo me he quedado emocionado con la interpretación de Jesús (Joel West) y de su madre, Marisa Berenson (una de las actrices protagonistas de “Barry Lindon”, y en función más secundaria de “Cabaret” y “Muerte en Venecia”). Debo confesar que desde antiguo soy un decidido partidario de esta actriz.
Igualmente debo decir me han encantado los paisajes y la ambientación escogida, situados íntegramente en Baza, Granada. La fotografía y su colorido pastel, propio de un cuadro al óleo de los siglos XVI y XVII (de hecho cuadros famosos han ayudado para formar las escenas) me ha parecido muy satisfactoria.
Es posible que los técnicos en cine me tachen de iluso y de poco entendido. Ciertamente, es bien posible. Ellos encontrarán defectos a la película y a sus planeamientos, pero pienso que el espectador normal se sentirá en líneas generales encantado, independientemente que sea de su agrado o no cómo se representa a Jesús en la película. El atrezzo y el ambiente está formado en parte, por ejemplo en cuanto a las vestimentas, a base de lo utilizado en la película Gladiator, que se rodó parcialmente en España, atrezzo que hoy se conserva en grandes almacenes de ropa de época en Madrid, que se dedican al alquiler de tales complementos.
Pienso que al ser yo parte interesada, no puedo ser totalmente objetivo, pero expreso lo que siento después de haber visto la película detenidamente y haber disfrutado con ella. Pienso que algo tendrá el film cuando ha sido admitida al festival de Cataluña (Lérida y Barcelona), está en el de Málaga, que se celebra ahora, y va también al Festival de Cannes (a la sección comercial, ya que a la competitiva no es posible, pues la película se concluyó después de plazo; se supone que el año que viene) y al de Montreal y Los Ángeles, que yo sepa y por ahora.
Por otro lado, y después de ver el esfuerzo derrochado para la realización del film, siento también como un poco de angustia ante la respuesta del público. Es el miedo escénico y el síndrome ante la posible butaca vacía, como cuando se presenta un libro y se ignora la respuesta de la gente. Como la película se ha hecho sin apenas presupuesto (quince veces menos que “Ágora” por ejemplo), ni siquiera hay dinero para montar una fuerte propaganda. La cinta tiene que valerse por sí misma.
Pero como ocurre ahora con los libros, los primeros días de exposición ante el público son decisivos y a la vez crueles. La norma es: se divide el número de espectadores durante los tres primeros días de representación (viernes, sábado y domingo, del 23 al 25 de abril) y si no se alcanza una cierta cuota, se retira de inmediato la película de la circulación y pasa al ámbito de los DVD y videoclubs, etc. Ni que decir tiene que las televisiones, tanto públicas como privadas, compran luego la cinta según esta misma cuota de pantalla durante esos tres primeros días.
Así que animo cordialmente a los lectores a que, si les parece bien, se enteren en dónde exhiben la película –normalmente doblada al español- y se animen a verla a partir del pasado viernes día 23. Luego vendrá el “boca-oreja” para bien o para mal, y las discusiones sobre la propuesta acerca de Jesús que ofrece el film.
En los próximos días también comentaré algo sobre el tema “Jesús y la política de su tempo” que es un ensayo escrito por mí para acompañar, al final de un libro -que es el guión de la película transformado en novela-, editado por Ediciones B, que ya se está distribuyendo. La fotografía que acompaña esta postal es la de la cubierta del libro y pertenece a un plano de Jesús que aparece en la película.
Ver trailer de "El Discípulo" (Pulsar en el subrayado)
Antonio Piñero es Catedrático de Filología Griega, Especialista en Cristianismo Primitivo, Escritor, Colaborador del Programa de Investigación "Las Huellas de la Memoria", y Asesor Científico de la Película "El discípulo"