DURANTE SU PARTICIPACIÓN EN EL SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE LA GESTIÓN DE LOS ESPACIOS NATURALES EN UN MUNDO CAMBIANTE QUE SE DESARROLLA EN SEVILLA
El investigador de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) Miguel Delibes ha opinado que en la actual crisis "es más importante que nunca" recordar que los espacios naturales protegidos "no son herencia del pasado sino promesas de futuro".
Miguel Delibes de Castro
Delibes, quien ha participado en el seminario internacional sobre la gestión de los espacios naturales en un mundo cambiante, organizado en Sevilla por la Junta de Andalucía y que clausurará el consejero andaluz de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, se ha confesado "pesimista" sobre las políticas conservacionistas.
"Jamás esperaba que la crisis tuviera tanta potencia destructiva del reconocimiento de los valores ambientales", ha confesado.
Aunque ha reconocido que "ya no quedan ecosistemas naturales" porque todos los espacios protegidos son "artificiales y están afectados por la acción humana", ha enfatizado que al defenderlos no sólo se defienden especies vegetales o animales sino, también, al hombre y a las generaciones futuras.
Ha censurado que se intente aprovechar la crisis para rebajar la protección de los espacios naturales, "porque debería ser más bien al revés", y ha citado un reciente estudio sobre 306 espacios protegidos de 45 países que revela que sus municipios colindantes han captado población y han crecido económicamente. Precisamente en esa línea es la que venimos trabajando con el propio Miguel Delibes y otros científicos conservacionistas, en el Programa de Investigación "Las Huellas de la Memoria". Y Delibes nunca ha sido precisamente un extremista de la conservación, pero sí entiende que en estos tiempos la presión sobre los espacios naturales protegidos aumenta y se necesita realizar un mayor esfuerzo por la Administración y otros organismos el hacer comprender al entorno social que convive junto a estos espacios que pueden ser un motor para el desarrollo, y no un impedimento, como viene percibiendo hace años la ciudadanía . Muchos empiezan a ver de manera grave estos espacios naturales como un lastre complicado de gestionar y mantener, y no todo lo contrario.
"Los espacios naturales han enriquecido a los municipios de su entorno, que han resistido mejor la crisis e incluso con muchos menos corrupción que los demás municipios, quizá porque son territorios donde hay más control", aseveró ayer Miguel Delibes.
Delibes ha opinado que "el conflicto" entre la preservación de los espacios naturales y las presiones desarrollistas de los entornos "es inevitable", y ha considerado que "la obligación" de los poderes públicos es "resistir" estas presiones y defender "sin complejos" estos valiosos ecosistemas.
"El conflicto es inevitable y cuanto mejor gestionemos un espacio natural más atractivo será para la gente, que demandará más servicios, por lo que tendremos que hacer más esfuerzos para mantener su protección y resistir a las presiones", ha explicado.
En su opinión, a los beneficios que estos ecosistemas prestan secularmente, como la depuración del aire o del agua, o la captura de CO2, se debe de unir ahora su papel de agentes "que modulen y mitiguen" los efectos del cambio climático y los del "cambio social" que ha generado un modelo económico insostenible.
Ha rebatido el concepto "socioecosistema", defendido por algunos ponentes de este seminario y que primaría los intereses de los entornos sociales sobre los ecosistemas, y ha aseverado que "lo más cambiante es la parte "socio" y lo que interesa es que la parte ecosistema cambie poco".
"Los espacios naturales protegidos deben modular y mitigar el cambio social y no adaptarse a él", ha apostillado.
El ex consejero andaluz de Medio Ambiente y representante en el comité MAB de la UNESCO, Juan Manuel Suárez Japón, ha recordado las dificultades vividas en los últimos veinte años para consolidar una protección medioambiental que abarca el treinta por ciento del territorio y ha pedido que la revisión de la legislación que se plantea en este seminario no suponga "un solo paso atrás" en los niveles de protección alcanzados.
Ha abogado por que los espacios naturales protegidos sean "elementos de desarrollo, pero no de cualquier tipo de desarrollo", y ha destacado "la componente ética" de las relaciones entre el hombre y la naturaleza, porque, "además de ser un bien económico de primer orden" también es "un patrimonio que hay que preservar para las futuras generaciones".
Manuel J. Márquez Moy/EFE
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario