Desde que la luz de Sanlúcar de Barrameda penetró en mis ojos cuando por vez primera me asomé a este mundo, no he dejado de curiosear, de descubrir cada día el entorno que me rodea. Los recuerdos de mi infancia son de atardeceres en la Algaida, de paseos solitarios perdido por las callejuelas del Barrio Alto y de pacientes contemplaciones del solar marismeño subido a la atalaya del cortijo de Évora. Desde aquellos primeros años de mi vida no han dejado de sorprenderme los pequeños y grandes acontecimientos que han ido forjando la historia de esta antigua ciudad. Y hoy, no sé porqué extraña inquietud sigo preguntando al entorno las razones de mi existencia entre este conjunto de herencias culturales. Diálogos con la Naturaleza es la música, la sonoridad, la plasticidad, las vibraciones y la poesía del entorno sanluqueño. Es el diálogo entre el hombre y su tierra.
Reencuentros
“Así duerme Tartessos desde hace 2.500 años en la soledad de la marisma, donde todavía, como en la época del Rey Gerión pacen hermosos toros El viajero que recorre aquellos parajes solitarios ve en su espíritu la imagen de la antigua ciudad comercial y reina de los mares que antaño convirtiera este desierto en un foco de cultura. Entre las dunas y en la orilla del río la mirada busca indicios de la magnificencia perdida. ¡En vano.! Parece que no queda más que el recuerdo y el paisaje. El río, como hace 2.500 años, vierte lentamente en el mar infinito sus aguas amarillentas, y hasta donde la vista abarca, las olas del Océano resbalan sobre la playa, coronada por rojizas dunas interminables y desiertas como el mar”. (Adolf Schulten-“Tartessos”)
Si nos acercamos a un paisaje sanluqueño tan popular como las marismas y contemplamos su extensión reaccionaremos de diferentes formas según nuestras características personales y otros muchos factores.
No hace mucho tiempo me llamó la atención un trabajo que consulté acerca de las visitas turísticas a los parques nacionales españoles. Este interesante estudio dirigido por la Bióloga Marta Múgica, discípula directa del Ecólogo ya desaparecido Fernando González Bernáldez, llegada a unas conclusiones bastante significativas para reflexionar sobre los planes de conservación de la naturaleza que se están llevando a cabo en nuestro país.
Entre otras muchas cuestiones, Marta Múgica afirmaba que de las aproximadamente 4 millones de personas que visitan los parques nacionales españoles, una inmensa mayoría acuden especialmente en busca del espectáculo, en busca de paisajes frondosos, exuberantes de vegetación y con agua abundante; sin embargo, los paisajes áridos, por mucho interés ecológico que contengan, no son apreciados ni valorados, siendo el Parque Nacional de Doñana y el del Teide los que provocan una mayor decepción entre los turistas que los visitan, principalmente en época veraniega. Estos resultados hay que señalar que son de 1.996, pero eran tan significativos, que confirmaban de algún modo los estudios que hacía algunos años yo venía realizando en el mundo de la educación ambiental.
Reflexionar
Desde aquí se podrían plantear bastantes reflexiones sobre las relaciones del hombre y la naturaleza, del significado que tienen en nuestra sociedad moderna los llamados parques naturales o nacionales, en definitiva, espacios naturales que se protegen por distintas razones y para un objetivo aparentemente claro, como es el de conservar un trocito de naturaleza mínimamente alterado por el hombre y donde todavía se pueda respirar algo de vida sin demasiados trastornos urbanos. Desde aquí se podrían plantear reflexiones sobre la importancia que realmente tiene el medio ambiente para nuestra sociedad; que después de hablarse tantos años,- especialmente en las últimas décadas-, de naturaleza, de un planeta herido por mil enfermedades y del medio ambiente, qué rumbos son los que nos debemos marcar.
¿ Ciertamente nos interesa la naturaleza?. ¿Nos preocupa lo que ocurre en el planeta y a nuestro alrededor?. ¿Hemos sabido calibrar la importancia que el medio ambiente tiene para nuestras vidas, o aún más, entendemos lo que es el medio ambiente, lo que es la naturaleza?.
Información no nos ha faltado en estos últimos años sobre tantas y tantas cuestiones referidas al medio ambiente, pero, ¿en qué medida hemos progresado con toda esa información.?
Momento del diálogo
En definitiva, creo que ha llegado el momento de mirar a nuestro alrededor y analizar nuestros modos de vida, de mirar a nuestro interior y escuchar lo que nos susurra nuestro espíritu. Creo que ha llegado el momento del reencuentro del hombre con la naturaleza, del diálogo con la naturaleza.
Como decía Antonio Gala: “mirar a nuestro alrededor, fundirnos y confundirnos con él, tratar de recuperar el barro de nuestros pies y la última verdad de la naturaleza. Olvidemos de cuando en cuando nuestra racionalidad, las obsesiones y las desgracias que nos trae a cada uno y a la comunidad –encarnizada- que formamos; olvidemos los ecos de la pesadumbre y de la muerte, y echémonos en brazos de la hermosura que nos rodea; el placer de las sensaciones, la sombra en el calor y el calor en invierno, la flexibilidad de los cuerpos, el gorjeo de los pájaros, el matiz mudable de los cielos, las declinaciones de la luz, la inefable vibración de la vida y su inmortal renuevo. Si no somos personalmente responsables de las catástrofes que nos sobrevienen a nosotros y a nuestros semejantes, después de haber luchado contra ellas, abandonémonos a los elementales litigios de la Naturaleza, a sus inocentes y perennes reencarnaciones. Somos parte de ella y la vida transcurre por nosotros. "(El barro de nuestros pies. “El País Semanal 1996).
Por esta razón fundamental quiero invitaros a dialogar con la naturaleza, porque creo firmemente que el reencuentro del hombre con la naturaleza no es sólo una cuestión de ecologismo, sino de supervivencia espiritual.Dialogar con la Naturaleza, aunque no sólo con la mirada.
Manuel J. Márquez Moy es el creador del Programa de Educación Ambiental "Diálogos con la Naturaleza" que se está realizando desde 1.989.