viernes, junio 01, 2007

AQUELLAS TERTULIAS ESPONTÁNEAS EN LA PLAZA DEL CABILDO

Día del derribo del edificio del antiguo Ateneo de Sanlúcar en la Plaza del Cabildo. En las afueras se celebraban estas amenas tertulias.



Era común en todo el año las largas tertulias que de manera espontánea se celebraban en la Plaza del Cabildo, al socaire del Bar los Martínez y el viejo Ateneo sanluqueño. Siempre trataba de buscar un hueco para compartir las historias de Francisco Bejarano, Juan Barba Mora, Emilio Chulián, Gonzalo Martínez Sadoc, Miguel Parro, Domingo Ramírez, Julio Asquerino y Nicolás Becerra “Pancaro” Era como estar ante un variopinto noticiario sanluqueño, cada uno con sus experiencias, con una poesía nueva en la faltriquera o el recorte de algún periódico antiguo con alguna curiosa crónica.
A veces el noticiario se tornaba en sesión plenaria, con ironías, con piques, porque cada uno contaba a su manera la siempre recurrente Guerra Civil, pues ellos fueron los adolescentes y jóvenes de aquella época trágica que cada uno la vivió como pudo y los dejaron marcados para toda la vida. Lo curioso es que quizás algunos estuvieron en frentes distintos y la edad les hicieron ver que las situaciones de entonces para cada uno fue puro accidente y ahora eran tiempos de confidencias. Miguel Parro, Gonzalo Martínez , "Pancaro", todos, mantenían viva la llama de sus ideales, pues el primero por aquél entonces era del PSOE de Sanlúcar (Partido de toda su vida) y Gonzalo era hombre con una vasta cultura , fundador de las Juventudes Comunistas en Sanlúcar antes de marcharse a Madrid. Ya todos superaban los 70 años.

Camino del exilio a Francia de los republicanos durante la Guerra Civil española, el mismo que recorrió Gonzalo Martínez Sadoc.
Asistir casi cada día a esos ratos de tertulias te hacía ver y valorar los tiempos que uno disfrutaba compartiendo esos momentos inolvidables. A veces eran como niños, pues dos de ellos podían hasta dejarse de hablar durante dos días por algún comentario que hería la sensibilidad de su compañero de mesa. Siempre había asuntos que tratar. Hubo un tiempo que la tertulia se trasladó al Bar la Jaula, en la Calzada. Por último era para mí una visita placentera ir a echar un rato diariamente con Gonzalo que se había quedado un tanto desubicado en el tiempo cuando la vista le fallaba demasiado y ya conocía a pocos de su generación. Fui rapsoda suyo durante años de su particular poesía. Gonzalo, Domingo Ramírez y Miguel Parro fueron los que vivieron la Guerra Civil y la Dictadura franquista con mayores dificultades. A Gonzalo la Guerra le pilló al servicio del Gobierno de Martínez Barrios en Madrid, con toda una odisea escapando hasta Valencia, Aragón y Barcelona, viéndose obligado a tomar el camino hacia el Campo de Concentración en Saint- Cyprien en Francia y el posterior exilio en Méjico que le salvó de acabar en los campos de concentraciones nazis. Domingo Ramírez "El del Barato" pasó también sus calamidades escapando de los campos franceses y recorriendo sorteando la muerte contínuamente.
Miguel Parro también sufrió la cárcel, pero en distintos lugares de España, aunque tras mucho sufrimiento consiguió sobrevivir a las hostilidades de la Dictadura. Miguel Parro era paisano de Dolores Ibárruri “La Pasionaria”, de Gallarta (Vizcaya). Hombre de firmes principios socialistas que después de tanto sufrimiento vivió la Democracia y tuvo que convivir con los socialistas de nuevo cuño, con los escándalos de Sanlúcar en etapas atrás en los ochenta y noventa en el seno de su partido de toda la vida. Hombre de fuerte caracter y extraordinario conversador.
En definitiva, no voy a negar que tengo nostalgia por estas personas que me enseñaron tanto, y hoy echo de menos sus sabias palabras, y cuántas preguntas les hubiese tenido que hacer en estos tiempos que corren.
Manuel J. Márquez Moy

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