lunes, agosto 13, 2007

HAY QUE BLINDAR EL CASCO HISTÓRICO





















Plano de Sanlúcar del s. XVI (arriba a la izda.), abajo
detalle de la murralla y antigua Torre del Castillo de las Siete Torres aparecida en la Plaza de la Paz; estado en el que quedó el derrumbe de la Calle Almonte y Cuesta de Ganado.

La iglesia más primitiva que hubo en el núcleo de población de Sant Lucar estuvo situada en la actual calle Santiago. De hecho Santiago siempre tuvo una especial vinculación con el núcleo primitivo amurallado, de ahí también el Castillo de “Santiago”. Pero no me quiero perder en recovecos históricos que merecerían todo un libro, basado en pruebas documentales-archivísticas y arqueológicas. La cuestión es que cuando Guzmán “El Bueno”, norteafricano mercenario al servicio de la Corona de Castilla recibe la donación de Sant Lucar, parecer ser que ya había un núcleo de población amurallado. Quizás Guzmán “El Bueno”, sólo se encargó de ampliarlo y mejorar la estructura. Se encuentra con el Alcázar árabe y según unos u otros científicos el Castillo de las Siete Torres, lo complementa él mismo aprovechando las estructuras árabes anteriores. Las Torres se conocen prácticamente su ubicación, todas desaparecidas, a excepción de la base del campanario de la Parroquia de la O, que fue torre del castillo, y probablemente la Torre del Homenaje.

Detalles de estado en que quedó el derrumbe del relleno y caída del almizcate, que dejó al descubierto parte de arcos pertenecientes a las antiguas murrallas de Sanlúcar, pendiente aún del estudio necesario.
Todo esto viene a colación por el reciente derrumbe de parte de la barranca en la zona que divide la calle Almonte y la Cuesta de Ganado. Aparecen unos arcos curiosos, que sin lugar a dudas tenía que ver con esa villa amurallada, que por ese lugar se extendía hacia el Arco de Rota. El mar no andaba lejos del lugar donde han aparecido dichos arcos, en el siglo XV. Bien es cierto que hablan del derrumbe de un relleno, de un almizcate, pero sea lo que fuere esto es un ejemplo de las muchas imprudencias que se cometen con nuestra memoria histórica reflejada en centenares de ocasiones en los sucesivos derribos y desapariciones del patrimonio. No se cumplen las leyes. No se realizan dentro del casco histórico las catas pertinentes. Los arquitectos desde sus despachos no se preocupan de estudiar la vinculación que tiene ese terreno donde se proyecta construir o derribar con la historia de la ciudad. En este caso concreto ni sabía el arquitecto, o no quiso saber que existían restos de murallas que podían aparecer, como ya había ocurrido en casas colindantes. No se preocuparon de saber por qué a la calle Molinillos, se le llama así, por los afluentes del antiguo Arroyo de San Antón, posteriormente de San Juan, que pasaba por las cercanías en tiempos remotos y donde se situaron antiguos molinos de agua; pues si bien la iglesia más primitiva de Sant Lucar fue la de Santiago, también lo fue la ermita de San Antón (s. XIV), en el actual cementerio, si no nos vamos a otros núcleos habitados en los albores de la historia de Sanlúcar de Barrameda.
Los estudios Geotécnicos tienen también que decir algo en todo esto. En definitiva, la ciudad amurallada va desapareciendo por días, al igual que las propias murallas y sus arcadas. Seguimos sin darnos cuenta que Sanlúcar de Barrameda es su historia y su memoria. Se agradece que la inmobiliaria promotora del edificio nuevo que existe junto al Conservatorio de Música “Joaquín Turina”, hayan dejado en pie una parte de las murallas más primitivas que han aparecido en Sanlúcar en estos últimos años. Aunque un pico y una pala ingenua, dejémoslo así, se haya tragado una parte importante donde pudo estar, casi con toda seguridad otra de las torres de primitivo castillo.


Situación lamentable en la que han dejado el descubrimiento en los noventa de la parte más primitiva de la muralla de Sant Lucar y una de las Torres del Castillo en la Plaza de la Paz.
Hay que blindar lo que nos queda, y ya está bien que por imprudencias, por maledicencias, por depredación, nos vayamos quedando sin el patrimonio histórico. Aquí el que pida licencia para actuar en el casco histórico, hay que vigirlarle hasta las últimas consecuencias, al igual que al licitador y al político responsable en materia de patrimonio. Y a los arquitectos, por favor, se les exijan conocimiento en restauración e historia donde tocan, que después las casas resulta que se derrumban porque están construídas sobre dunas o arroyos. No son entes, pues los irresponsables, tienen nombres y apellidos.



Manuel J. Márquez Moy



1 comentario:

  1. Anónimo1:16 a. m.

    Hola Moy.

    ¿Hasta qué punto crees que es real que ese Arco pertenezca a esa muralla. Hace poco, expuse esa tesis en el foro y un arquitecto la rechazó.

    Felicitaciones de DR.

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