miércoles, octubre 10, 2007

"EL SECUESTRO DE JESÚS POR LA IGLESIA CATÓLICA" por Manuel J. Márquez Moy




A Jesús de Nazaret se le ha atribuído numerosos sucesos, muchos de ellos tergiversados o basados en la simple tradición oral. Ello ha inspirado también a artistas cinematográficos y pintores, imagineros y arquitectos.




Me parecía oportuno reflexionar en estos momentos sobre algo que para mí es de crucial importancia. Me considero seguidor de Jesús de Nazaret y tengo la satisfacción de contar con grandes amigos católicos, especialmente monjas de diversas órdenes religiosas, dominicos, franciscanos, en fin, y sacerdotes. A lo que me quiero referir hoy es a la enorme tergiversación por parte principalmente de la Iglesia Católica Apostólica Romana de la figura de Jesucristo.


No me baso en la lectura de un día, o de un libro específico. Llevo años interesado en la Antropología Religiosa y me parece absurdo que los Jerarcas de la Iglesia Católica continúen mercadeando con Jesús de Nazaret. Todo fue más sencillo si nos acercamos a los estudios basados en legajos de la época. Hay un silencio cómplice enorme en torno a ello, y no me estoy metiendo en terrenos del ocultismo ni la pseudociencia, sino en la racionalidad primera de unos hechos suficientemente contrastados, eso sí, desde el punto de vista científico, por bastantes autores que han estudiado manuscritos originales de la época de Jesús, con textos en arameo, siríaco, griego primitivo y otras lenguas. No voy a contar aquí lo que esas fuentes dicen en cuanto al Jesucristo histórico en el seno de una corriente de un Judaísmo entre primitivo, del siglo VI a. de C. y otro Judaísmo del siglo I después de Cristo, con influencias helénicas.



Hasta donde se puede saber hasta ahora, Jesucristo fue impulsor de unas ideas “revolucionarias” dentro del contexto social en que le tocó vivir, con ese aura de mesianismo que queda relegado para la fe de cada cual. Lo que los científicos serios han dejado claro desde hace ya unos años es que Jesucristo no tuvo nada que ver con la Iglesia Católica Apostólica Romana. Fue esta Iglesia la que utilizó fundamentos de Jesucristo para crear su propia corriente Teológica construída a partir de Paulo de Tarso, pero el cristianismo ya tuvo diferentes facciones con anterioridad proveniente de diferentes culturas primitivas. El cristianismo que triunfó, en lo que nada tuvo que ver Jesús de Nazaret, fue el de Paulo de Tarso y otros autores que utilizaron la Crucifixión, la Resurrección y la divinización para crear esa Teología reinterpretada sucesivamente por otros exégetas hasta el día de hoy.

Existen todavía costumbres en la Iglesia Católica que se remontan a la época medieveval. La Semana Santa católica es una tradición que tiene su plasticidad y toda una cultura en torno a ella que se comparte con el pueblo, pero existen otro tipo de cultos que sólo deberían quedar para la intimidad de los feligreses.










Otro planteamiento sería la Biblia, como documento histórico y teológico con diferentes objetivos. Desde el Pentateuco, de mayor influencia Judaica primitiva y el Nuevo Testamento, donde sólo Santiago conserva quizás el espíritu más cercano a un cristianismo más primitivo, de las tantas corrientes cristianas aparecidas en los tres primeros siglos después de C.



Lo denunciable para mí en este caso es cómo una Iglesia ha venido comercializando, mercadeando, tergiversando, falsificando hasta nuestros días la figura de Jesucristo, que si bien se sabe poco sobre su vida, se va reconstruyendo seriamente poco a poco su contexto social, su época, sus conocidos, sus coetáneos. La divinidad, la Crucifixión y Resurrección, es algo que debe quedar en la intimidad de la fe de cada uno, aunque entiendo que esa fe se quiera compartir en grupo, pero nunca arrogándose la potestad de manipular o utilizar a su antojo la figura de Jesucristo para imponerle a los demás un estilo de vida, amedrentándoles, acusándoles, torturándoles y asesinándoles por pensar de forma diferente, como han hecho a lo largo de la historia.



En definitiva, evolucionaríamos mucho más si nos preocupáramos de buscar las raíces de Jesucristo, que poco o nada tienen que ver con lo que predican o han predicado durante siglos oscuros la Iglesia Católica Apostólica Romana, aunque ello haya aliviado a los que sufren, a los desesperanzados, pero eso sería otro largo asunto a tratar dentro de la sociología religiosa a lo largo del tiempo.

Manuel J. Márquez Moy, Director de "La Aventura Humana" 

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