martes, octubre 02, 2007

ENTRE ALGARROBOS Y LAS LETRAS DE MANOLO VIDAL



Desde 1.988 existe un incumplimiento plenario del Auntamiento de Sanlúcar de Barrameda, que se comprometió con la Federación de Amigos de la Tierra y la Comunidad Europea, por unos fondos recibidos a realizar un inventario de todo el arbolado de interés para conservar del término municipal de la ciudad. Hay cientos de incumplimientos plenarios. Pero a lo que me quiero referir, y a lo que últimamente ha hecho mención Ecologistas en Acción de Sanlúcar es hacer escrupulosamente un Catálogo de todas las especies arbóreas de interés de todo el término municipal urbano, rural y natural y dotarlos de la máxima protección. Desde las araucarias, a eucaliptos vetustos, frutales viejos y árboles autóctonos, por supuesto. Pero además de ese catálogo, este otoño que acaba de empezar y el invierno, el Ayuntamiento, junto a la Delegación Provincial de Medio Ambiente, Diputación y todos los organismos públicos debe volcarse en hacer una repoblación masiva y planificada de arbolado, en jardines, espacios abiertos y rincones donde el gris mortecino ha ido devorando al verde frugal

Hace unos años, en 1.991-92 se hizo una campaña de repoblación exitosa, que no le costó al Ayuntamiento ni una peseta, excepto el camión para el transporte de árboles de Viveros de la entonces Agencia de medio Ambiente. La campaña me encargué de coordinarla, y no hubo que montar tanta parafernalia, sólo informar a la población que con unos sencillos trámites podían adquirir gratuitamente dos o tres árboles para los centros escolares, para campos agrícolas, para parcelas privadas, y para espacios naturales. Se plantaron más de dos mil árboles, todos autóctonos, adaptados a nuestros suelos, a nuestro clima, para no tener excesivos problemas con enfermedades, plagas, o debilitamiento por estrés hídrico.

Encinas, acebuches, algarrobos, quejigos, pinos piñoneros, árboles del amor, eran los árboles que utilizamos. No hay ningún impedimento para que este año se vuelva a hacer. Llenar todos los alcorques vacíos, jardines abandonados, avenidas, calles.
Paupérrima imagen de los jardines de la Calzada del Ejército de Sanlúcar

Vamos a ver si salimos aunque sea en este asunto de la desidia que existe en muchos aspectos. Árboles, árboles por todos lados. Ya se irán rodeando de matorrales. Dejémonos a estas alturas de delicateces y apostemos por lo autóctono, no como seña de identidad – que también si queremos cabe- sino por pura lógica. Son los más resistentes, son los más apropiados para sujetar los suelos y evitar la desertificación, no necesitan mimos, aportan también belleza al paisaje de clima mediterráneo. No esperemos tampoco al Día Forestal Mundial o Día del Arbol del 21 de Marzo. Hay que empezar ya, y si acaso el día 21 de Marzo se deja para culminar la gran campaña de todos. Son árboles que también ayudan a crear suelo. Si el suelo es pobre en nutrientes es capaz de dárselo e ir enriqueciéndolo en minerales.

Un apunte en cuanto a la tala del viejo naranjo de la Plaza de Madre de Dios. El Hermano Mayor de la Hermandad de la Esperanza, Antonio Rondán antes de que se talara el árbol me preguntó qué problema había porque le molestaba para no sé qué de la “virgen”. Yo le dije que cortándose un naranjo no se acababa el Planeta, pero aún así que lo consultara con Ecologistas en Acción. Cuál ha sido mi sorpresa que se tala un viejo naranjo, y más sorpresa aún para realizar y situar en el lugar una presunta imagen de la “Virgen de la Esperanza” con motivo de Su Coronación. Respeto la fe de cada cual, pero que cada uno la ejerza de puertas para adentro, en su casa o en la Iglesia. Lo que no podemos asistir es a una invasión católica de nuestros espacios públicos y un servilismo de nuestra Institución Pública, o sea, del Ayuntamiento. El cambio de rótulos de las calles llevo denunciándolo hace dos años. Aquí cada Hermandad y Cofradía Católica no puede estar llenando nuestras calles y plazas con los nombre de sus imágenes titulares, borrando el nombre de calles históricas que llevan siglos incluso con esos nombres que han sido sustituidos en nuestra memoria colectiva. Y ya que se ha cortado el naranjo en Madre de Dios, o bien se vuelve a plantar uno de igual tamaño o si me apuran se hace un homenaje con un monumento a un hijo ilustre de Sanlúcar de Barrameda como fue el afable Manolo Vidal Arias, escritor, guionista, actor, crítico taurino, que vivió sus últimos años precisamente en dicha Plaza. Manolo Vidal Arias fué siempre hombre inquieto, embajador de nuestra tierra atrajo a decenas de amigos de sus correrías por España hasta Sanlúcar de Barrameda. Muy respetado en los círculos teatrales, donde tanto años trabajó junto a la gran Nuria Espert, o en los círculos taurinos y cinematográficos. Sus letras merecerían un auténtico homenaje de sus paisanos y por él bien merece que un naranjo haya desaparecido, algo que él hubiera denunciado hasta las últimas consecuencias.
Y es que ya está bien de tanto mojigaterío a costa de las Hermandades en nombre del Catolicismo. Yo soy cristiano, seguidor de Jesucristo, no de la Iglesia Paulina posterior, y los respeto, pero mi fé la vivo en mi interior. Que a una talla del Cristo de la Expiración la nombren Alclalde Perpétuo, o las consiguientes insignias de oro a tal o cual imagen de la ciudad por parte del Ayuntamiento es algo incomprensible desde una Institución Pública como es el Ayuntamiento, otra cosa bien distinta es que se promueva dentro de los cultos de la propia Iglesia.




Manuel J. Márquez Moy

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