miércoles, agosto 27, 2008

UN MAMUT EN EL BARRIO ALTO






Si nos lo propusiéramos en serio, con sus técnicas adecuadas, seríamos capaces de hallar restos de mamut en algunas de las calles que levantan en el Barrio Alto, o ya puestos, en los arreglos que van a hacer en el Pinar del Espíritu Santo nuestro Ayuntamiento, donde van a quitar el albero existente, para poner mejor una capa de cemento. Es más económico y así no hay que estar pendiente de regar y realizar esas labores tan insidiosas para nuestros gestores políticos. Espero que no sigan cementando los jardines y parques en barbecho que existen por Sanlúcar, porque el calentamiento global de Sanlúcar va a subir unos cuantos grados impredecibles. Entre ese sol dando todo el día en el cemento, y no en tierra suelta y húmeda y la poca arboleda que todavía no entiendo por qué no incrementan con especies autóctonas por todos lados, que no cuesta dinero ni atenciones, pues son especies adaptadas a la sequía, vamos a crear nuestro propio efecto invernadero.

Francisco Giles ha excavado en muchos lugares del mundo, y especialmente en la zona que hay entre el Guadalquivir y el Guadalete y hace tiempo me comunicó las apariciones de restos de hipopótamos, elefantes, osos, rinocerontes y otras muchas especies en los yacimientos arqueológicos.
Hace poco tiempo apareció en Siberia una cría de mamut congelado en el hielo de aquel desierto gélido. Aquí en el sur, en la Costa Noroeste, hubo mamuts también, en las zonas donde existía tierra firme hasta la última glaciación würmiense, hace unos 18.000-10.000 años. También se han hallado restos en nuestras campiñas sanluqueñas, en las lomas terciarias, restos óseos de elefantes y rinocerontes (Diego Ruiz Mata-Francisco Giles). Los osos pardos anduvieron hasta hace unos 1.500 años por estos parajes; donde mejor está documentada la presencia del úrsido es en las Rocinas de Doñana. Y más recientemente, hasta el siglo XIX los lobos (canis lupus signatus) corretearon tras las presas por las marismas y los montes sanluqueños.
Sería interesante que aparecieran unos cuernos (colmillos) de Mamuts por la Calle Dorantes o la de Mesón del Duque, y al menos saldríamos por un tiempo de la anodina y soporífera vida sanluqueña, pudiendo los diarios dar una noticia en condiciones que no tenga que ver con alcaldesas, mantones con olor a naftalina y una reiterativa realidad secuestrada por el consistorio municipal. Hay más vida sin Ayuntamiento en esta ciudad. Por eso, “restos de un mamut aparece en el barrio alto sanluqueño”. No llegaríamos a montar un negocio como Atapuerca, aunque por unos cuernos se empieza. Tampoco vendría mal indagar y sacar a la luz las numerosas historias suficientemente documentadas de capítulos históricos de nuestra ciudad. Pero yo apuesto por el mamut, porque los dinosaurios ya nos quedan más lejos, en Teruel o Castellón más recientemente, sin olvidar nuestro saurio particular y autóctono, que aún sobrevive, el camaleón.





Manuel J. Márquez Moy

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