domingo, febrero 11, 2007

LA GRIPE AVIAR NO DEBE CREAR ALARMA EN LA POBLACIÓN, AUNQUE EXISTE UNA GRAN PREOCUPACIÓN













Toda las medidas que se tomen serán pocas, según la misma Organización Mundial para la Salud (OMS), que afirma que la pandemia de gripe aviar para humanos será cuestión de tiempo. Se deberían aplicar soluciones preventivas más rígidas y estrictas.

El hacinamiento de animales en granjas o en mercados parecer ser que tiene que ver con el ambiente que originan estos brotes epidémicos entre las aves

Ya se va haciendo hasta familiar el hablar de la gripe aviar o de la "gripe del pollo". Y es que un Planeta donde suceden tantísimas cosas en el día a día es normal que surjan estos alarmismos y alertas sobre una posible enfermedad exclusiva de aves de corral, en un principio, pero de la que están demostrando nuestros científicos que se conoce muy poco sobre ella, a pesar de haberse localizado por vez primera en el primer tercio del siglo pasado en Italia, aunque entonces no tuvo mayores consecuencias.
Hoy, a pesar de los adelantos técnicos, la naturaleza se rebela de muy diversas formas, aunque no trato de describir un panorama catastrofista. Pero ahí tienen ustedes que quizá por vivir en la Era de la Información tenemos datos de muchos asuntos que ocurren. Evidentemente siempre ha habido terremotos, inundaciones, tsunamis, huracanes, gotas frías, sequías. Sin embargo, da la sensación como si hubiera que poner un poco de orden ante tantos documentos e informes emitidos desde agencias, instituciones internacionales y otras fuentes solventes.
Precisamente con esto de la gripe aviar ha ocurrido que se van a reunir políticos y autoridades administrativas en vías de una mayor y severa coordinación en un acontecimiento que no es deseable que se vaya de las manos. En estos momentos los laboratorios de las universidades de Franckfurt, Gran Bretaña y otros muchos trabajan a destajo. Unos para confirmar casos que van apareciendo en diferentes países fuera del ámbito geogáfico asiático, y otros para ir preparando posibles vacunas útiles para la población humana ante una probable pandemia mundial. A este respecto, con la compra masiva de antivirales que llevan realizando en estos años
ciertos países, es incomprensible que no estén invirtiendo un mayor presupuesto en la investigación de la patología vírica aviar, a no ser que como algunos apuntaneste virus se haya escapado de algún laboratorio consciente o inconscientemente para sabe Dios qué propósitos. El cambio en la genética del virus que tratamos y su posterior reproducción y dispersión a través de las aves, cerdos y su transmisión al ser humano no se conoce aún, por lo que es ridículo que se trate de prevenir con antivirales genéricos sin conocer antes la naturaleza de la nueva patología en la que desembocará la impredecible mutación.




Cojamos como ejemplo el gen de un virus, que tiene en su interior todos sus datos en el ADN o ARN, y está cubierto por una cápsula o membrana lípida o proteica (parte rosada-rojiza).
Para reproducirse necesita el material de una célula sobre la que se hospeda y a la que le transmite su componente genético. Esta célula huésped puede ser la de un ave, un cerdo o el ser humano. Y ahí comienza el camino de una dispersión al resto de células de un mismo ejemplar de gallina, por ejemplo, y esta a su vez se lo transmite a otra y así sucesivamente. La mutación viene cuando al entrar en contacto con otros elementos genéticos de otras especies surge otro tipo de virus o cepa distinto al original, que es el que no se ha investigado aún porque no se ha producido tal mutación. Ahora mismo sólo se sabe que el ser humano está siendo infectado por el virus de la gripe aviar produciendo algunas muertes. Lo que se espera es que al entrar en contacto de manera masiva el material genético de la gripe aviar con material genético humano surja una nueva cepa vírica en humanos. Entonces ya se podría llamar gripe aviar- humana. De ahí que no se pueda saber aún el tratamiento médico preciso, pues no sé conoce la naturaleza y la reacción posible de esa cepa en el ser humano.


De ello se han quejado los investigadores, ya que se invierte poco dinero en buscar el origen y el desarrollo de este virus. Y como siempre ocurre , ahora todo son prisas. Cuando se conozca la cepa de la mutación y su nueva patología entonces habrá que crear la vacuna adecuada. Y he citado antes al cerdo, porque se tienen claras sospechas de que es uno de los animales transmisores de este virus aviar y otras infecciones, de las aves al ser humano, según se pudo comprobar en las anteriores pandemias de 1.957 y 1.968.
Me remito a los informes de la misma Organización Mundial de la Salud (OMS), que afirma que más tarde o más temprano la cepa del virus de la gripe aviar acabará mutando en no se sabe muy bien qué variedad de patología vírica, ya que la localizada y detectada en Rumanía, Turquía Gran Bretaña o la Rusia europea es precisamente de las 15 que se conocen la única que puede transmitirse al ser humano. Mientras tanto se disponen a aconsejar a la población las medidas a tomar para prevenir su extensión al resto de la geografía europea y otros continentes. Aparte de los consejos útiles del lavado de las manos y otras medidas que están al alcance de la población, personalmente me preocupa esa descoordinación que pueda existir. Porque aunque la cuestión es hacerle un cerco a los lugares donde han brotado los primeros casos, sólo en aves, para que no se disperse a otros lugares, se me ocurre que esto es una empresa harto difícil y bastante complicada.

Son las heces, deposiciones, salivas y secreciones nasales principalmente de las aves de corral los vectores relacionados con los primeros casos, no sólo en pollos (pavos por ejemplo, ánsares), por lo que se extrema la vigilancia en las granjas, como ya ha empezado a realizar Alemania. Recordemos e insistimos que el problema para el ser humano vendría con la mutación de la cepa, que todavía no se ha producido, pero que es difícil que no lo haga, aunque para ello transcurra un mes o quince años.. De ahí la importancia primera de controlarla en las aves. Se me ocurre, y no ha sido al primero, pues ya hay noticias divulgadas en distintos medios, que ante el desconocimiento científico que hay sobre esta gripe aviar, va a resultar complejo verificar los medios de dispersión por las mismas aves que en este periodo de tiempo emigran por ejemplo hasta las Marismas del Guadalquivir. La Consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Fuensanta Coves, ya ha afirmado que se van a realizar muestreos y análisis a unas trescientas especies en el área de Doñana. Pienso que queda un trabajo duro por delante, porque las especies migratorias se mueven a través del Estrecho de Gibraltar y del Estrecho del Bósforo, en Turquía, hacia África. Turquía sabemos que ya tiene casos de gripe aviar hechos públicos.
Qué quiero decir con todo esto. Que es muy complicado controlar a tantas aves en movimiento migratorio, incluso sin saber cuáles son las especies más sensibles a esta gripe aviar. De cualquier modo, la SEO (Sociedad Española de Ornitología) cree que podría ser difícil que un ave enferma recorra largas distancias, pero me temo que la cuestión es que se convierten en portadoras y pueden llegar a lugares con menos recursos sanitarios, casos de África Septentrional, o el área Subsahariana, destino conocido de paseriformes y aves superiores, con lo que las situaciones pueden ser bastante problemáticas.


A pesar de que se lleva trabajando intensamente durante estos tres últimos años en los laboratorios, todavía se sabe muy poco acerca de la gripe aviar y las mutaciones que puede realizar afectando a otras especies silvestres que están en periodo de migración.







Por otro lado, echo de menos una mayor información sobre los riesgos para la alimentación, aunque ya se ha dicho que toda cocción a 60 o 70 grados evita problemas, ya que los casos de muerte humana en Asia , no se han confirmado que sea debido al consumo, aunque es aconsejable no comer estas carnes poco hechas.
Para terminar, no es cuestión de que nos saturen con todos los datos que podamos entender y que debamos asumir la población en general, sino de que se extremen los controles de granjas, ferias, concursos avícolas y sus respectivas importaciones y exportaciones entre países y, por supuesto, abrir un programa de cooperación con los países asiáticos y rusos ya afectados.
Evitar el contacto, aunque al parecer sólo se transmite por inhanalación frecuente con deposiciones de aves. Los mismos ornitólogos y estudiosos de las aves, cazadores, granjeros, tienen que tener su propia cautela. En fin, todo sea por minimizar una más que probable pandemia e incluso tras la probable mutación de la cepa gripal aviar en una variedad mortal para el ser humano, ya que ésta según los datos aportados por los expertos no tiene por qué afectar a todos, pues tampoco se conocen con certeza cómo se transmiten de una persona a otra. Nos encontramos, por hablar alto y claro ante un gran reto.


Manuel J. Márquez Moy


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