miércoles, julio 11, 2007

RUIZ MATEOS, EL HOMBRE QUE NACIÓ BAJO UNA BOTA DE VINO

Ruiz Mateos el día de su excarcelación hace escasas semanas


Le conocí personalmente en 1.997. Compartimos toda una tarde en Rota, su ciudad natal, a solas en su despacho. Habíamos quedado para una entrevista para la TV, dentro de la Serie “Quijotes” que yo dirigía y presentaba. Entrevistas con cierto tono intimista. José Mª se presentó como un hombre rejuvenecido, aparentaba fortaleza y buen estado de forma. Bromeamos sobre el Rayo Vallecano, pues eran sus tiempos en los que él presidía el club de fútbol madrileño.
Había sido capaz de remontar el estropicio que hicieron con él y con Rumasa en el año 1.983, después de todo un calvario de penalidades y vejaciones. La justicia debe ser igual para todos, pero algo me hacía ver que con este hombre se habían cebado por cuestiones que se han dado en llamar conspirativas. Me comunica un amigo economista que aquello de la expropiación de Rumasa fue evidentemente un acoso y derribo contra un holding, que si bien entrañaba graves riesgos para la estabilidad económica del país, no fue la forma apropiada. Quizás se debía haber actuado en ciertas empresas y esclarecer ciertos asuntos turbios que podían estar constituyendo un delito al fisco. Pero de ahí a la expropiación completa del holding fue una actuación exagerada y desproporcionada, como después se demostró ante la Comunidad Europea.
El día de mi entrevista con José María Ruiz Mateos en su despacho en Rota para la serie de TV "Quijotes".

José María Ruiz Mateos había ya creado en 1.996, lo que ha llegado a ser su nuevo holding, Nueva Rumasa, con más de 700 empresas, superando incluso al número que le expropiaron aquella fatídica noche del 23 de Febrero de 1.983.

En la entrevista dejó claro sus firmes convicciones religiosas, como practicante. Su amor a la madre y al conjunto de la familia. Su innata intuición de emprendedor empresarial. Su tenacidad y su gran calidad humana. Aclaró, que él realmente nació en Rota (14 de Abril de 1.931), aunque la gente se empeñaba en llamarle “empresario jerezano”, algo que no le molestaba en absoluto.

Evidentemente había críticas de los que fueron sus trabajadores en Rumasa, por distintas razones, algo que no hay que obviar, pero un hombre que es capaz de resurgir y volver a crear 700 empresas, es significativo por su don para tales menesteres. Los medios de comunicación y él mismo se convirtió en un personaje mediático, a su pesar, pero no le quedaba más remedio para que el escándalo de Rumasa no quedara en el olvido. No tuvo más remedio que acudir a sus populares puestas en escena ora de Superman o de mujer con tacones y cualquier otro disfraz extravagante para un hombre que siempre había sido reconocido por su seriedad en el trabajo y en el mundo empresarial. No era fácil aquello, me comentaba. Tenía que tomarse algún lingotazo de güisqui para poder salir a la calle vociferando sus reivindicaciones.

Aprendió incluso mucho, según me contaba, de su paso por las cárceles, Alcalá Meco y Alemania, donde se convirtió en confidente y consejero de algunos presos.

Le lanzó un guante a Sanlúcar de Barrameda en aquella entrevista que nadie supo recoger, pues estaba dispuesto a invertir en alguna empresa seria que hubiese en nuestra localidad.

El más alto Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, había sentenciado el 23 de Junio de 1993 a favor de los Ruiz - Mateos, condenando al Estado español por una doble violación de los Derechos Humanos. La primera porque la causa no fue vista en plazo razonable y la segunda, por no ser oído ni concederle audiencia a Ruiz - Mateos en la causa de inconstitucionalidad sobre la expropiación, aparte de darle un varapalo al gobierno y Justicia española al reconocer la desproporcionada duración del proceso judicial.
Pero, ¿qué había pasado con todo lo expropiado, empresas de todo tipo, bancos, como el Banco Atlántico, grandes superficies como Galerías Preciado?. El caso es que los tribunales le dieron la razón a Ruiz Mateos para que se le indemnizara y devolviera las empresas. Empresas que se habían liquidado ya por el propio Estado, vendido a precios ridículos, o a amigos del ex Presidente del Gobierno Felipe González, los hermanos Cisneros, entre otros, según indicó el propio Ruiz Mateos. Según Ruiz Mateos, si Felipe quería ganar las elecciones del 82 y tener el apoyo de la Banca, debía a cambio emprender una reconversión industrial, entrar en la OTAN, monopolizar las compañías hidroeléctricas y quitar de enmedio a RUMASA. Esa fué la maniobra en pocas palabras, aunque con razones de intereses de la Banca española de mayor calado.

Nos encontramos ante una situación esperpéntica, desde mi punto de vista, cuando vemos hace unas semanas volver a la cárcel un ya envejecido Ruiz Mateos, después de tantos años sufriendo y habiendo ya recuperado al menos la verdad que se escondía tras el caso RUMASA. Lo sorprendente de todo esto es que nadie dice nada de los Albertos, por ejemplo (Alberto Alcocer y Alberto Cortina), y cuando se ensañan nuevamente con los Ruiz Mateos, realmente alguna sombra de sospecha aparece sobre la noticia de su vuelta a prisión, aunque resuelta a la semana al concedérsele el tercer grado por su estado de salud.

Algunos pensarán que yo tengo negocios ahora con José Mª Ruiz Mateos. Bien es cierto que no hemos perdido la amistad desde entonces, desde aquel año de 1.996, pero aunque el capitalismo y las cuestiones económicas no son mi devoción particular, rarezas de uno, no puedo dejar de dudar que realmente Miguel Boyer propiciara todo este extenso capítulo de la Historia de España por el bien de la democracia, como adujo en su momento. Me decía José Mª, que cuando pasaban revista a los reclusos por las mañanas, él cada día cuando formaba fila como uno más, recordaba voz en grito: “¡¡falta Boyer!!”.
Manuel J. Márquez Moy

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