martes, julio 24, 2007

"ACEPTAMOS PULPO COMO ANIMAL DE COMPAÑÍA"





Irene García en un reciente acto junto a José Manuel Caballero Bonald









La gestión del nuevo Equipo de Gobierno del Ayuntamiento sanluqueño se está poniendo demasiado cuesta arriba, a pesar que el tesón de Irene García, le permite ir sorteando obstáculo tras obstáculo. Es como una carrera de fondo, donde todos han partido con más ilusión y cierta voluntad que otra cosa. Es pronto para calibrar una gestión general del Ayuntamiento. El asunto del litoral ha sido el protagonista del primer periodo del gobierno municipal. Muchos esfuerzos en tan poco tiempo. Pero con una primera deuda reconocida aproximada de 80 millones de euros pone contra las cuerdas a Irene García.
La oposición aún no se ha pronunciado, aunque poco se espera de ella hasta finales de agosto, o de la temporada veraniega. Y me dá la sensación que la ciudadanía está dando esa tregua igualmente. Entonces es cuando se empezará a exigir responsabilidades de gobierno. Aquello de “qué hay de lo mío”.
Cierto es que algunos ya han perdido la paciencia y no auguran un buen porvenir a la gestión, pero me parece precipitado y fuera de lugar, aunque legítimo, evidentemente.
Ahora son asignaturas pendientes, las botellonas, a las que les estamos dedicando una serie de reflexiones desde esta revista, el ruido, el tan traido y llevado tráfico, los contratiempos de facturas por pagar, y un agotamiento del inevitable rédito hacia la mala gestión del equipo de gobierno saliente. Y digo agotamiento, porque recurrir a la gestión del pasado y las deudas pendientes es algo que no va a poder ser por mucho más tiempo el argumento que justifique la capacidad de gobernar en el presente, por muy pésima y escandalosa herencia dejada por los populares.






Una golondrina en una casa de vecinos del Barrio Marinero, una estampa que ya va desapareciendo de muchos lugares. Simbolo para mí de que todavía podemos reaccionar para solventar numerosos problemas.








Eso los ciudadanos lo están permitiendo, con cierta paciencia, pero insisto que al finalizar el verano la gente querrá ver realidades.
Aún así yo no dudo que las habrá, se están dando pasos, se están poniendo los cimientos sobre los que construir proyectos ilusionantes, pero la exigencia en cualquier traspié será inapelable en el juicio de la ciudadanía, por el hartazgo y el empacho de escándalos políticos-financieros.
También habría que decir que esta legislatura se va a convertir en determinante para que de una vez se plasmen proyectos que se han ido eternizando desde casi el primer periodo democrático. Y me estoy refiriendo a clarificar asuntos como las viviendas sociales, asuntos medioambientales, a los que se les une medidas sobre el cambio climático que tendrán que adoptar todos los municipios, el desarrollo y la busca de inversiones de empresas serias, exentas de sospechas mafiosas, un plan de choque real contra el deterioro del patrimonio histórico-artístico material e inmaterial, la auditoría externa, no cabe duda, y la revisión a fondo de los sectores primarios de la ciudad, la agricultura y la pesca, además de supervisar la situación del sistema sanitario. Existen, no cabe duda, muchos asuntos, pero ya es hora de clarificar estos aspectos citados y avanzar con una buena promoción de la ciudad.


La calle Mesón del Duque, representando la importancia del casco histórico-artistico. La destrucción de este a pasos agigantados ha soliviantado bastante a los ciudadanos en los últimos años



Y algo muy importante, desde mi punto de vista y desde el de otros muchos ciudadanos, invertir en educación en su más amplio sentido. Hay preocupantes sectores de población con una cultura demasiado primaria que hay que atender. Invertir en ello solucionaría muchos problemas que derivan de esta situación de un porcentaje elevado de ciudadanos sin planificación familiar, y con un alto índice de analfabetismo. Esa para mí es la gran política social de un ayuntamiento. Y no podemos seguir ironizando que ciertas conductas de la población obedecen a la idiosincrasia del vulgo, del pueblo. Toda una familia en un ciclomotor camino de la playa con todo el equipaje puede resultar simpático, pero creo que hay que evolucionar. Es sólo un pequeñísimo ejemplo.




No seré yo quien apunte aquí las medidas a tomar, pero me parece un asunto muy serio, por el profundo calado de humanismo que tiene el que mucha gente no se le ayude a acceder a una cultura más variada y útil para cumplir con su derecho a una calidad de vida respetable.
En definitiva, una mayor y mejor educación para todos.
Al finalizar el verano las cosas empezarán muy en serio, no con ello estoy diciendo que lo hecho hasta ahora no sea una gestión válida, pero como que suena a lo de aquél anuncio de os aceptamos el periodo de adaptación y rodaje en este juego político, incluyendo que consideréis al pulpo como un animal de compañía.








Manuel J. Márquez Moy

No hay comentarios:

Publicar un comentario