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Miguel Ängel Losada abajo con la ex Ministra de Medio
Ambiente Cristina Narbona (Foto "El País). Arriba, antes
de empezar la conferencia, durante la entrevista que mantuvimos
en Sanlúcar de Barrameda |
Nos encontramos con Miguel Ángel Losada (Salamanca, 1947), Catedrático de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Granada, con numerosos reconocimientos a lo largo de su trayectoria a nivel internacional y una de las personas que han coordinado científicamente el trabajo realizado durante algo más de dos años para diagnosticar la situación del Estuario del Guadalquivir antes de un probable dragado de la Autoridad Portuaria de Sevilla para aumentar el calado de entrada de embarcaciones mayores, mercantes y navieras hasta el remozado y ampliado Puerto de la capital andaluza. Dirige el Centro Andaluz de Estudios Ambientales de Granada. Acaba de presentar los resultados del diagnóstico de las afecciones que tiene el Estuario del Guadalquivir en el Palacio Ducal de Medina Sidonia en Sanlúcar de Barrameda. Ha sido el Guionista de la serie "Las riberas del mar océano" que tras un intento de censura por el propio Gobierno socialista que se la encargó cuando era Ministra Cristina Narbona, y bajo la dirección del desparecido Julio de Benito, se llegó a emitir en TVE el año pasado.
Si me permite, ¿estudió esta profesión en su día porque no había otra opción, por causas circunstanciales o por pura pasión?
- Por referencia y por pasión. Mi mundo siempre ha sido el mar, mi mundo ha sido el mundo marino, he hecho de todo en el mar, he pescado, he navegado, he disfrutado de la costa, para mí el mar siempre fue objeto de atracción, y así elegí mi carrera de estudios y así seguí con mi profesión después. A eso después le he ido añadiendo la componente terrestre, porque al mar llegan nutrientes, suelo, y luego agua de la tierra, y a eso le añadí la atmósfera, la hidrosfera, porque el motor del viento llega de la atmósfera y al final te das cuenta que está todo interrelacionado. Uní agua, atmósfera y tierra. Y eso es lo que hacemos en el Centro de Estudios de Medio Ambiente en Granada. Y con esa manera de ver la Tierra, el sistema tierra, enseñamos, hacemos las tesis, las investigaciones, colaboramos con la Administración, publicamos, es decir, con una visión integrada del sistema tierra como ninguna carrera, excepto los master oficiales que tenemos ahora con el Plan Bolonia, en lo que hoy llamamos Hidráulica Ambiental.
Decía el prestigioso Geólogo español Juan Gavala Laborde, pues tuve a un discípulo suyo como maestro mío en mi camino como autodidacta, que los lugares más complicados de estudiar desde el punto de vista geológico, y que era y es un quebradero de cabeza para los meteorólogos, son las provincias de Cádiz y Asturias. Asturias desconozco las razones, pero me consta que el Golfo de Cádiz siempre ha sido muy complejo.
- Es complicado, pero por dos razones fundamentales, una porque las escalas de los procesos es un todo, porque participan desde escalas milenarias en el tema atmosférico hasta escalas semidiurnas de las mareas astronómicas, más las escalas de las borrascas con el paso que tienen de tres-cuatro días. Están todas las escalas y todas ellas intervienen, interfiriendo entre ellas para modelar el territorio que vemos. Claro, eso es endemoniado. Porque por donde empezamos, por la escala lejana geológica o empiezas por la gota de agua que acaba de caer y arrastra un poco de sedimento. El poner todo en su sitio y transferir de una a otra el efecto que tienen e integrarlo para decir que esta es la imagen que vez ahora y mañana verás esta otra es lo que hace la dificultad. El proceso nos mantiene muy ocupados, es muy complicado, pero yo me divierto muchísimo.
La intervención antrópica con la construcción de presas, embalses, cortas, canales, tienen una parte positiva porque ha retenido agua para evitar desbordamientos que lleguen a los núcleos poblacionales de la ribera del Guadalquivir, aunque a veces se permite construir casas donde no se debe, la Confederación Hidrográfica se ha excedido en el número de presas previstas en la cuenca…, lo que al final ha convertido el río en una zona muy castigada. A donde quiero llegar es que estamos manipulando demasiado la Naturaleza para nuestro antojo, como un caso límite de estos días en los sucesos de Japón.
-Es un poco la Historia de la Humanidad, es la historia de los egipcios con el Nilo en la Prehistoria o más actualmente con la Presa de Asuán. Sabéis que la historia de la humanidad se construye en cómo transformo la tierra pensando en unos intereses de sociedad evolutiva para generar riqueza, bienestar y calidad de vida. El problema es que todo eso se ha hecho esencialmente sin conocer las consecuencias que tenían. La diferencia de este siglo XXI o el XX con respecto a cuando los egipcios ya utilizaban el Valle del Nilo es esencialmente que ahora podemos predecir una parte sustancial de las consecuencias que se tienen. Por tanto, ya las reglas del juego han cambiado. Han cambiado para la gestión, y han cambiado para la toma de decisiones. Los políticos ahora tienen que decidir sobre el pronóstico que podemos hacer los científicos de lo que van ha hacer. Eso es también muy grave porque los políticos tendrán que conocer lo que se dice y no podrán tomar decisiones en función de los votos. El tema de Japón es un dato más. Estamos en cambio de ciclo, estamos en cambio de actitud de la sociedad frente a la Tierra, estamos en un cambio absolutamente diferente y tan dramático, o quizás mayor que el que ocurrió con la década de los setenta cuando el barril de petróleo pasó de 30 céntimos a treinta euros, y nos empezamos a dar cuenta que aquello se acababa y que había que tener cuidado o el cambio cuando la Revolución Francesa. Es un cambio realmente donde interviene todo el Planeta Tierra por primera vez en su conjunto, una sociedad interrelacionada en su conjunto, un concepto de emigración desde donde los que vivimos bien, los demás también quieren venir otros y hay que generar riqueza para todos. Y entendemos lo que pasa. Es decir, si cerramos el Guadalquivir por poner una presa en la Isla Mayor, sí, está bien, pero mire usted lo que pasa. Entonces, eso ahora, son las nuevas reglas del juego y , por tanto, sociedad y toda su estructura desde políticos, sindicatos, empresarios, los ciudadanos de a pie, han cambiado. El estudio del Guadalquivir pienso que en ese sentido es el primero que pone el pie en esa nueva plataforma y todos dicen uy, uy, esto es otra historia ya, hay que cambiar.
¿Y en el Guadalquivir cabe todo y a la vez?
-Son dos palabras que a mí me gusta utilizar, simultaneidad y compatibilidad. Simultaneidad es en el tiempo que haya dos, tres, cinco cosas a la vez, pero compatibilidad es con intensidad de vida, pero para no anular al otro, porque si yo estoy poniendo una presa en Isla Mayor estoy anulando la navegación hasta Sevilla. En cambio, si permito que naveguen, permito que descarguen por llanos mareales y pesquen, estoy haciendo algo compatible, la inteligencia, el desarrollo social ambiental conjunto, no uno contra el otro, se basa fundamentalmente en conseguir simultaneidad y compatibilidad para que todos ganen.
¿Por qué hoy todo es ecológico y sostenible?, una palabra que surgió en la Cumbre de Río de Janeiro en 1.992 y que hoy se utiliza para todo, se abusa de esa terminología.
-Si, se abusa, pero lo mejor es poner la otra palabra, economía o entorno sostenido. Sostenido que significa cosa de consumir los tres elementos básicos que tenemos, consumir agua, suelo y energía. Entonces en Andalucía, España, en el mundo suelo, agua y energía son escasas y por tanto hay que gestionar la escasez. El mundo tiene que saber que sus recursos son escasos y que hay que compartir. Por eso es un cambio de ciclo. Tenemos que ser conscientes que este planeta no da más, necesitaríamos otros planetas para seguir viviendo en la opulencia, y como no lo hay, pues señores, aquí hay que repartir, ya no puede haber tanta diferencia entre un país y otro y no puede gestionarse las cosas con la arbitrariedad de decir siempre que hay que crecer. El paradigma que para tener más hay que crecer económicamente es rigurosamente falso y, si no lo es tiene que serlo porque el Planeta no da más de sí.
Hace unos días publicamos un reportaje sobre las investigaciones de Joaquín Rodríguez Vidal, de la Universidad de Huelva, que usted conoce. Él afirma que en la zona de lo que hoy es Doñana, Huelva y Esturio del Guadalquivir hubo hace unos 2.200 años un tsunami. ¿ Realmente se puede componer ese rompecabezas analizando yacimientos arqueológicos de la zona y capas de sedimentos?
Si, con incertidumbre porque la ciencia no da certezas, pero sí con un grado de aproximación muy alto, porque los datos de Joaquín coinciden también con otros datos sobre tsunamis, la arqueología ha sido capaz en Baelo Claudio de poner de manifiesto que el siglo I, siglo III hubo dos tsunamis que arrasaron la ciudad. En el siglo I , cuando acabó, la reconstruyeron y en el siglo III la abandonaron. Y tenemos el terremoto de Lisboa. Simplemente en datos históricos relevantes que se encuentran en nuestros yacimientos o en los libros o en los escritos de la antigüedad se sabe que esta es una zona de tsunamis. ¿Qué pueden venir tsunamis?. Son hechos menos probables que en Japón, pero que no los podemos ignorar con sus consecuencias devastadoras en la línea de costa, en los estuarios y en nuestras propias debilidades y flaquezas, que tenemos muchas.
Y siguiendo con los interesantes estudios de Joaquín Rodríguez Vidal, curiosamente coincide con otro autor con el que no ha tenido relación, como es Loic Menanteau, que ya investigó concienzudamente esta misma área, y donde por ejemplo Ramón Corzo Sánchez, en sus excavaciones en el Tesorillo de la Algaida de Sanlúcar de Barrameda, viendo la estratigrafía, ya predijeron que algo anormal había ocurrido durante la época que indica Rodríguez Vidal.
-El hecho real digamos que terremotos con epicentros en el mar y maremotos son el mismo suceso. En todas las dorsales que existen en el Atlántico y que bordean este posible epicentro es normal que haya maremotos . Ese hecho oceanográfico, relacionado en este caso con un forzamiento sísmico es posible y ha ocurrido varias veces. La Historia nos lo dice y los arqueólogos en cuanto tiran dicen aquí parece que ha pasado como un tsunami. Pues eso, es en lo que estamos de acuerdo.
¿Le ha supuesto muchos quebraderos de cabeza durante estos dos años el estudio del Estuario del Guadalquivir?.
- No, la verdad es que todas las administraciones nos han dejado entera libertad y la gente han sido muy respetuosas, tanto grupos ecologistas, asociaciones cuando nos han llamado les hemos explicado hasta donde hemos llegado, y hasta donde estamos avanzando. La verdad que ha sido una maravilla. Yo ha sido los trabajos de investigación donde menos han interferido, sólo lo imprescindible de cómo íbamos en ciertos momentos. Yo agradezco a todas las administraciones el respeto que han tenido por el trabajo científico, tanto de Javier Ruiz, Maria José Polo, como los otros muchos que han participado
Gracias
Manuel J. Márquez Moy
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