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martes, julio 31, 2007

HABLAN LAS PAREDES

En los tiempos de hoy encontrar a personas como el Escritor y Periodista Eduardo Galeano, es para mí un lujo. Me acerca mucho más a entender esta Vida que llevamos. Hace tiempo que pensé que recopilando las frases de los grafitis o pintadas en las calles se podía hacer un estudio interesante. Para seguir profundizando en el mundo de los jóvenes, aunque se puede extrapolar a los más adultos, Eduardo Galeano nos ofrece este interesante artículo. Como ya definió Tico Medina, "ese grito en la pared", lo analizamos hoy desde la perspectiva de este uruguayo incansable y trotamundos. Le conocí telefónicamente a través de Arundhati Roy hace dos años y no me canso de seguir sus pensamientos y trayectoria.






Según el diccionario de la Real Academia Española, las frases que manos anónimas escriben en las paredes de las ciudades se llaman grafitos y “son de carácter popular y ocasional, sin trascendencia”. Alguna trascendencia les reconoció, en cambio, Rudolph Giuliani. En años recientes, cuando el alcalde emprendió su cruzada contra el hampa en Nueva York, condenó a los peligrosos autores de palabras y dibujitos, porque “ensuciando las paredes revelan una conducta protocriminal”. En cambio, se supone, revelan una irreprochable conducta las empresas que cubren las ciudades con anuncios de publicidad descaradamente mentirosos. Las paredes, me parece, opinan otra cosa. Ellas no siempre se sienten violadas por las manos que las escriben o las dibujan. En muchos casos, están agradecidas. Gracias a esos mensajes, ellas hablan y se divierten. Bostezan de aburrimiento las ciudades intactas, que no han sido garabateadas por nadie en los poquitos espacios no usurpados por las ofertas comerciales.Somos muchos los lectores al paso. Y diga lo que diga la respetable Academia, somos muchos los que cada día comprobamos que las anónimas inscripciones trascienden a sus autores. Alguien, quién sabe quién, desahoga su bronca personal, o trasmite alguna idea que le ha visitado la cabeza, o se saca las ganas de tomarse el pelo o tomar el pelo a los demás: a veces ese alguien está siendo mano de muchos. A veces ese alguien está oficiando de intérpretes de los sentires colectivos, aunque no lo sepa ni lo quiera.
Aquí va una breve recopilación, dividida por temas, de algunas frases que he leído últimamente en diversas ciudades: en las paredes, que vienen a ser algo así como las imprentas más democráticas de todas.
Tiempos modernos

Si la cárcel está llena de inocentes, ¿dónde están los delincuentes?


Yo no vendo a mi madre. Ya la vendió mi padre.


Oculté tan bien lo que pensaba, que ya no lo recuerdo.


Tanta lluvia y tan poco arcoiris.


¿Y si hay guerra y no va nadie?


En mi hambre, mando yo.
Preguntas

Vivir solo ¿es tan imposible como vivir acompañado?


Los mudos ¿practican el sexo oral?


¿El amor muere o cambia de domicilio?


Un parto en la calle ¿es alumbrado público?


Si María era virgen, ¿Jesús era adoptado?


Cuando yo sea niño, ¿seré poeta?
De ellas sobre ellos

Hombre que no miente es mujer


.Una mujer sin hombre es como un pez sin bicicleta.


El 99 por ciento de los hombres da mala reputación al resto.


Prometen regalos y dan palos.


¿Qué hacen las mujeres antes de encontrar al hombre de sus sueños? Se casan y tienen hijos.


Detrás de toda mujer feliz, hay un machista abandonado.


Si Dios hizo a Adán a su imagen y semejanza, ¿quién nos defiende de Dios?
De ellos sobre ellas

Mujer que no rompe las bolas es hombre.


Cada día mueren dieciocho mil mujeres, y a la mía ni le duele la cabeza.


La mujer en casa y con la pata rota.


Linda como mujer de otro.


Si se callaran un momento, podría decirles cuánto las amo.


Cuando no te lo cobran, te lo hacen pagar.


Si las mujeres fueran necesarias, Dios tendría una.
La Tercera Vía

Happy birthgay.


Iguales, pero diversos.


Somos así porque nos gusta, aunque no les guste.


Lo único contra natura es el voto de castidad.


No tengo miedo de mí.


Yo soy Adán, más Eva.


Si Dios me hizo así, Dios es gay.
Todos

Te amo y no puedo parar.
Morir

¿Por qué tienen muros los cementerios, si los que están adentro no pueden salir y los que están afuera no quieren entrar?


Los muertos no nos dejan vivir, porque no los dejamos morir.


La muerte es un mal hereditario.


Hablaban tan bien de mí, que pensé que me había muerto


.La muerte siempre gana, pero te da una vida de ventaja.


No te preocupes tanto por la vida, porque no saldrás vivo de ella.


Todos los dioses fueron inmortales.


Lo único seguro es que quién sabe.
Zig y zag

Con el tigre delante, no hay burro con reuma.


La calle Después lleva a la plaza Nunca.


Soñé que tenía insomnio.


Yo camino con ojos en los pies.
Eduardo Galeano, es colaborador del Programa de Investigación "Las Huellas de la Memoria"

domingo, julio 29, 2007

LOS "ENCUENTROS EN LA PAZ" DIERON COMIENZO CON UNA CONFERENCIA DEL SACERDOTE JAVIER BAEZA




Manuel María Gil (IU) junto al sacerdote Javier Baeza










El pasado Jueves 26 de Julio daban comienzo un año más los clásicos “Encuentros en la Paz” que organiza IU en Sanlúcar de Barrameda en el Centro Cultural de la Victoria. Para esta primera ocasión se había invitado al sacerdote Javier Baeza, uno de los responsables de la Parroquia San Carlos Borromeo del Barrio de Vallecas de Madrid. Javier Baeza vino con las ideas muy claras sobre algo con lo que una mayoría de la ciudadanía general se sienten identificados. El Evangelio hoy. Se sienten identificados en cuestionarse las razones por las que la Iglesia Católica Institucional parece que sigue anclada en el medievo, sin dar respuestas claras y demostrativas a los problemas que acusan actualmente los jóvenes, padres, con las dificultades que se les presentan hoy día con los sueldos irrisorios muchas veces para llegar a final de mes, o cientos de cuestiones de todo tipo. Si Jesucristo marcó un antes y un después, independientemente de que se le quiera divinizar o humanizar en mayor o menor medida, fue por su mensaje. Un mensaje recogido en los Evangelios, cuestionados en razón de la autoría, desde el punto de vista de científicos racionalistas, algo que no vamos a tratar aquí, que sigue estando vigente. Un Jesucristo que dio respuestas para todos los tiempos, pero que la Jerarquía eclesiástica católica se empeña en tergiversar.
Javier Baeza, al igual que sus dos compañeros sacerdotes de Parroquia en Madrid, no han hecho más que obrar según el mensaje de Jesucristo. Baeza explicaba en su conferencia amena y sencilla que su acercamiento al mundo de los excluidos, toxicómanos, madres, ateos, inmigrantes, jóvenes de hoy, les ayudó a cuestionarse las costumbres que había heredado de las enseñanzas más ortodoxas de la Iglesia Institucional, alejada en demasía de los problemas de la calle. Javier Baeza y sus compañeros no hicieron más que responder a lo que todos cuestionamos en cierta medida actualmente con respecto a la Iglesia católica del presente. Su boato, su rígida liturgia, su poder económico, no es comprendido por la juventud de hoy, que se aleja de esos patrones retrógrados. Y respondieron poniéndose a trabajar con las manos abiertas dispuestos a escuchar lo que la sociedad requiere de la Iglesia Católica. Una iglesia próxima a los problemas, comprometida con las injusticias sociales, pero lejos de la caridad, porque los pobres también tienen su dignidad, sino cercana y conviviendo con los excluidos de esta sociedad sus realidades dramáticas.

El problema surge cuando los propios sacerdotes de San Carlos Borromeo, cuestionan en su denuncia social además de las injusticias cometidas con toxicómanos, presidiarios, prostitutas, a la propia jerarquía eclesiástica, más atentas a estar próximas al poder económico que a estas realidades del día a día. Esto al Arzobispo de Madrid, Rouco Varela no le gustó para nada, cómo no se ceñían a la liturgia del ritual romano, y las catequesis, que según él no son las homologadas. Según el Concilio Vaticano II, al que se han atenido los sacerdotes de San Carlos Borromeo dice en uno de sus puntos, según Javier Baeza, que ”Es responsabilidad de los curas y de las comunidades ante la feligresía que tengamos animar y encontrar formas de actualizar nuestra expresión litúrgica”. Y eso es lo que han hecho. Cuenta que una madre que había tenido que sufrir la pérdida de tres hijos víctimas de las drogas, con todo lo trágico que eso supone, cuando no hacía un año que había enterrado a su último hijo, y se había esforzado en seguir hacia delante en esta Vida, al ser una persona educada en un pueblo, elaboró con sus propias manos un pan a la antigua usanza y pidió si se podía bendecir para utilizarlo en la Eucaristía, por lo que los tres sacerdotes de la Parroquia entendieron que eso merecía un respeto hacia esa mujer que había recompuesto sus heridas y dolor expresando con su mejor fe ese ofrecimiento de ese pan para la celebración del Domingo.



Hubo bastante participación por parte del público asistente
Y así sucesivamente fueron entregando su vida parroquial a estas personas excluídas, acogiendo a todo tipo de personas con graves problemas sociales y asistidos de forma excepcional por abogados, que sacaban tiempo para colaborar con ellos. Recibieron apoyos de todo los puntos de la geografía mundial. Africa, América...”Cuando doy de comer me llaman santo, pero cuando pregunto por qué no tienen qué comer me llaman comunista”. Según Baeza, ahí radica principalmente el trasfondo de la problemática surgida en el seno del Arzobispado de Madrid. Porque esa sociedad excluída son el resultado de unas razones complejas. Lo positivo de todo esto es que este debate se ha sacado de nuevo a la sociedad, cuando la Iglesia católica Española Institucional guarda silencio, y no recibe a ningún medio de comunicación, sino que se remiten a un escrito que hicieron público hace unos meses y esa ha sido la única respuesta oficial al conflicto, además de intentos de desautorizar y suspender a los tres sacerdotes de su oficio. Pero Rouco no se ha atrevido a tanto.
Manuel J. Márquez Moy

sábado, julio 28, 2007

JESUCRISTO HABITA EN LA CALLE




Javier Baeza es uno de los sacerdotes que están al frente de la Parroquia de San Carlos Borromeo de Entrevías en Vallecas. Hemos conversado con él de algunas cuestiones relativas a la Iglesia Católica de hoy. Al Evangelio de hoy. En su Parroquia se vive el Evangelia de manera diferente a como nos han acostumbrado la Jerarquía de la Iglesia Institucional. Por la labor de hace años, desde la época en que Enrique Tarancón era Cardenal de Madrid en 1.981 la Parroquia no ha dejado de trabajar y aproximarse al submundo en el que están viviendo desde hace décadas muchas familias españolas. Ateos, agnósticos, musulmanes, inmigrantes, comparten la misma mesa para comprender a través del mesaje de Jesucristo la Vida que les rodea diariamente. Hace un tiempo fueron protagonistas de portadas de telediarios y periódicos por querer sencillamente compartir el evangelio con la realidad de la calle, lo que les ha traído problemas desde el Arzobispado de Madrid, con Rouco Varela a la cabeza. Para mí ha sido también una satisfacción reencontrarme con una antigua alumna, hoy ya una notable abogada que ayuda desinteresadamente en cuestiones judiciales a la Parroquia, la letrada Amanda Meyer Hidalgo.


-Javier Baeza, el Evangelio que practicáis es muy diferente al que estábamos acostumbrado desde niños dentro de la educación católica que hemos recibido durante decenios. Saltáis a la palestra informativa precisamente porque chocáis con el catolicismo más ortodoxo institucional , que es el que poco tiene que ver con el de la Biblia.
- El evangelio está ahí, es el que proclamamos diariamente. A mí me parece que el problema que tenemos ahora, yo creo que es quizás que nos hemos alejado mucho del Evangelio. Entiendo que la Iglesia institucional muchísimo, porque parece que se ha acercado más a un mundo de influencias, de poder y, por tanto, ha dejado a ese Dios que se ha hecho uno de tantos, que dice las cartas de los apóstoles. Yo creo que la vigencia del Evangelio hoy sigue siendo absoluta, y yo pretendo vivirla con mis torpezas o nuestras torpezas. Que la vigencia del Evangelio hoy sigue siendo cierta porque es un compromiso y una llamada. Pero siempre una invitación, no como imposición a dejarnos encontrar por el mundo de la exclusión social, y de ahí, pues si quieres, la Iglesia más institucional o más jerárquica yo entiendo que tiene serias dificultades para poder vivir esa pasión y esa frescura del Evangelio aunque efectivamente le excite mucho.
- Siempre andamos etiquetando a las personas.¿ Os molesta que os relacionen con la Teología de la Liberación?
- Para nosotros es un orgullo. Quiero decir, que la Teología de la Liberación es tan diferente y lo que nos vincula a ella es esa explicación de cómo el Dios de Jesús hoy está presente o cómo podemos encontrarnos con el mismo Jesús de una manera evidente y novedosa en el mundo de la expresión social, como ellos hablan, como dice la Teología de la Liberación, que fuera de los pobres no hay salvación. Pues nosotros aquí en este cuarto mundo, dentro de este primer mundo capitalista y rico, pues diríamos también que fuera de la exclusión social hemos descubierto que no hay salvación. No por lo que nosotros aportemos o demos al mundo de la exclusión social, que eso sería la caridad mal entendida, sino tanto por la capacidad que tiene el mundo de la exclusión social de acogernos y enseñarnos, que a mí me parece que es la lectura que hacemos y que vivimos desde la realidad de los chavales, de la emigración, de la prisión, que es lo que estamos viviendo
- A la Conferencia Episcopal que es lo que realmente le ha molestado, el que no se atengáis a las normas de la liturgia clásica o que ayudéis y se relacionéis con una comunidad de personas marginadas, pues en este último caso tendríamos que hablar de la Madre Teresa de Calcuta.
- Pero hay una diferencia, con todo el respeto, y es que Teresa de Calcuta con toda su obra y su sacrificio y compromiso personal que yo no le discuto en absoluto, sin embargo sí que hay una gran diferencia. Y es que el movimiento de Teresa de Calcuta nunca cuestionó las estructuras que creaban aquellos que ella atendía, que es por lo que yo no creo válido como sistema o propuesta la obra de Teresa de Calcuta, porque me parece que lo que no podemos es restar o callar ante esas estructuras que el propio Concilio Vaticano II definió como esas estructuras de pecado que hoy siguen existiendo. Cuando nosotros hemos denunciado a los partidos políticos, al capital económico, al mundo de la cultura vendida o del deporte, eso la Iglesia se nos ha agradecido, se nos ha acompañado y se nos ha acogido. Cuando en esa denuncia del poder metemos también a la institución jerárquica de la Iglesia es cuando ésta ha rechinado. Y de ahí entendemos, no por fastidiar, sino porque creemos o hemos experimentado que desde el poder es casi imposible pronunciar la buena nueva de Jesús. Y ahí entendemos que la Iglesia también es responsable, bien por colaboración o bien por el silencio. Estamos esperando esa fogosidad que ponen los obispos en manifestaciones contra los matrimonios de personas del mismo sexo, o esa campaña fogosa que están montando ahora en contra de la asignatura de la Educación para la Ciudadanía. Yo estoy esperando con la misma fogosidad que denuncie nuestra Iglesia española el tráfico de personas en la prostitución, España tiene un grave problema con las mujeres prostituídas, que denuncie, que se oponga y chille ante ese cementerio marino que tenemos y que asumimos ya sin ninguna pena con más de 3.500 muertos en el Estrecho, que denuncie y se oponga a esas repatriaciones ilegales con nocturnidad y alevosía por la noche de niños de centro de menores. Eso no lo están haciendo los Obispos, ¿eso no son problemas?. No han dicho nada respecto a esa vendetta de la especulación inmobiliaria. ¿Eso no son problemas de nuestra sociedad?. Parece que los problemas de nuestra sociedad siguen siendo única y exclusivamente los que son de cintura para abajo o los ideológicos. En ese sentido la Iglesia institucional tiene también una responsabilidad muy grande respecto a lo que está ocurriendo en nuestra sociedad.







La letrada Amanda Meyer Hidalgo, que presta sus servicios de manera desinteresada en la Parroquia de San Carlos Borromeo, después de su jornada de trabajo, aun siendo atea practicante,














- ¿El ultracatolicismo del Papa Ratzinger y su cúpula está realmente acabando con lo que era el Concilio Vaticano II?
- Yo creo que el Concilio Vaticano II está en el congelador, pero además si estamos en un momento muy preocupante en cuanto a que uno de los últimos escritos de Benedicto XVI dice que hay que revisar el Concilio vaticano II. Si revisar el Concilio Vaticano II es para ver ese miedo de la Iglesia que no ha sido capaz de mantener las ventanas abiertas aquel al que tildaron el Papa Bueno, Juan XXIII, revisemos el Concilio Vaticano II. Pero yo creo que tenemos síntomas o ejemplos que quizá vaya por otro lado esa revisión. Tenemos por ejemplo la autorización a la hora de las misas en latín. Parece que es una vuelta bochornosa, vergonzante y que yo no entiendo ni acepto de ninguna forma atrás, pero no atrás a las fuentes del Evangelio, sino atrás a un momento muy caótico y tenebroso de la Iglesia. Y yo creo que eso no es aceptable.

-Pepe Chamizo , Defensor del Pueblo Andaluz declaró que la Iglesia Institucional había secuestrado la figura y el espíritu de Jesucristo y que se habían dedicado a mercadear y negociar con ella
-Si, yo creo sin lugar a dudas que la Iglesia Institucional Católica, desde luego la española sin lugar a dudas, y desde luego la Romana, sí creo sinceramente que está haciendo un momento eclesial, ya el Teólogo alemán Ranel en el siglo pasado decía que se vivía en un Invierno Eclesial, a mí me parece que a pesar del calor que tenemos aquí, el Invierno se está alargando en exceso. La Iglesia sigue pensando que es puerto de llegada, y como dijo un obispo francés defenestrado, dijo que la Iglesia tenía que ser faro. En tnto en cuanto sigan actuando de esa manera yo pienso igual que Chamizo que están velando el auténtico mensaje de Jesús en los Evangelios.
El Cardenal Rouco Varela con los Príncipes de Asturias


-Y ya como última cosa a la que hemos hecho referencia. ¿Tan problemático es llevar a cabo una asignatura como la Educación para la Ciudadanía y que sea evaluable?. Muchos se apartaron de la Iglesia Católica con la Democracia y pienso que nos faltan valores para la convivencia social y que los jóvenes puedan debatir libremente sobre temas de actualidad como los expuestos anteriormente. ¿Qué tiene de malo esta asignatura?
- Qué tiene de malo, no. A mí me parece, qué tiene de bueno. Es decir, yo creo en primer lugar no podemos sustraer a las instituciones civiles y desde luego al Estado de una responsabilidad fundamental que es educarnos en valores, más en una sociedad que afortunadamente ya no es la sociedad anclada en el nacionalcatolicismo, sino que es una sociedad más diversa. Afortunadamente también los creyentes tenemos que dar razón de nuestra fé, como decía Pablo, frente a otra propuestas, otras creencias, otras filosofías. De ahí que me parezca oportuno y necesario de ejercitar la responsabilidad que tienen éste u otros gobiernos que a todo esa chavalería o juventud que pasa por las escuelas, que es diversa culturalmente con la cantidad de emigrantes que hay, que es diversa en las diferentes creencias. Para mí entiendo que es una responsabilidad tremenda por parte de la Administración que se de unos mínimos valores a toda la sociedad. Otra cosa es cómo se haga. Pero entiendo que eso es una propuesta que implica a todos los ciudadanos, porque evidentemente yo no puedo pretender que a quien no le implique el Evangelio pedirle responsabilidades del Evangelio. Entiendo que se me tiene que pedir a mí que me autoproclamo creyente, aunque entiendo que tiene que haber unos mínimos de valores civiles y éticos que nos tienen que vincular a toda la ciudadanía. Incluso es una asignatura que llega un poco tarde.
-Felicidades por vuestra labor
- Gracias a tí
Manuel J. Márquez Moy

jueves, julio 26, 2007

CUANDO EL PLANETA PONE LOS LÍMITES

Todavía hay muchos ciudadanos y responsables políticos que no se toman en serio estos asuntos, es como si esto sólo afectara a otros lugares lejanos de donde uno habita. Según los últimos Informes emitidos por algunos científicos de profesionalidad contrastada el Golfo de Cádiz está expuesto a posibles corrimientos de tierra y posibles maremotos, algo aún muy discutible, además de los cambios con mayores olas de calor en el Sur de España. 



Imagen alegórica de la vida sobre un bosque quemado, símbolo de la esperanza.
Llevo unos días dándole vueltas al asunto del cambio climático. Hace decenios que se viene hablando de ello, pero ahora es como si hubiera una especie de consenso político, científico y social sobre algo que está produciendo muchos quebraderos de cabeza. Hasta hace poco todavía muchos se podían permitir la licencia de dudar sobre este suceso planetario, que altera el biorritmo de la Tierra, para desgracia principalmente del ser humano y ciertas especies animales y vegetales que van a salir perjudicada de los cambios en los diferentes lugares del Planeta: Atmósfera, mar y tierra. Porque el Planeta Tierra seguirá su curso y seremos nosotros los que tendremos que entrar en una etapa de pura supervivencia, de adaptación a nuevas circunstancias y adoptar nuevas costumbres.

Aunque quiero advertir de los siempre oportunistas que aprovechan la ola de información para publicar los más variopintos libros con tesis extravagantes y curiosas. De ahí que recomiendo que se contraste mucho, si quiere informarse bien de lo que ya es una realidad en las alteraciones del equilibrio de nuestra Biosfera, para no terminar enfrascado en las más peregrinas teorías catastrofistas y alarmistas. Hay que reconocer que el cambio climático es asunto serio, pero hay que tomárselo con relativa calma.

El problema es que hemos llegado tarde para atajar los numerosos problemas que tenemos encima y los que se avecinan que son imprevisibles. Los numerosísimos síntomas han necesitado décadas y décadas de estudios minuciosos. Después ha habido mucho silencio por parte de los grandes poderes fácticos que rigen la economía planetaria. Se han pagado grandes cantidades de dinero a afamados científicos para tergiversar informes, para silenciar, maquillándolos con intereses económicos y políticos. Se ha prostituído demasiado la información pública salpicando a los grandes medios de comunicación. Todo con tal de silenciar, restar importancia a los que alertaban de la insostenibilidad de nuestro ritmo de vida consumista y desarrollista.





Ciertas organizaciones no Gubernamentales, caso de Greenpeace se ha caracterizado por alertarnos constantemente de los peligros que se ciernen sobre el los habitantes del Planeta








Llevamos muchos años viviendo por encima de las posibilidades de lo que la Naturaleza es capaz de soportar y hemos maltratado y seguimos haciéndolo a los recursos naturales de manera caprichosa y peligrosa.

El aumento de la temperatura de la Tierra muchos lo han venido interpretando con mayor calor. Lo que sí se sabe que esa subida de temperatura altera de tal forma todo que se vuelve caótica la situación en cualquier lugar del mundo. El aumento de la temperatura significa lluvias torrenciales, mayores temporadas de fríos o de calor. Es una cuestión de extremos, nada de templanza en el clima. Predominarán cada vez más situaciones extremas en todos los fenómenos meteorológicos. Si hay calor, seran temperaturas elevadas en un punto de la Tierra, si es frío, situaciones bajo cero alarmantes, si es lluvia, con enorme aparato eléctrico en forma de rayos , si es viento, pues huracanes y tornados. La verdad que puede parecer apocalíptico, pero es la factura que nos devuelve la Naturaleza.
Inundaciones en Oxford


Nos hemos alejado demasiado de nuestro hábitat natural. Hemos renunciado a nuestro entorno vital a cambio de encerrarnos en ciudades con demasiado cemento y asfalto. Hemos deforestado y arrancado a la tierra su fertilidad, sobreexplotando los suelos agrícolas y acuíferos, sembrando contaminación por todas partes. Muchos inconscientemente y muchos otros conscientemente. Hemos cometido un Ecocidio, precisamente el título de uno de los libros  que sí analiza seriamente nuestro comportamiento agresivo con el entorno.
La Climatología, ya de por sí, es una ciencia relativamente moderna, nueva, con poca vida científica todavía para predecir fenómenos meteorológicos o para conocer su funcionamiento. Si a eso le añadimos que lo hemos alterado todo, los climatólogos están enfrentándose a un reto muy exigente. Algunos miran hacia atrás, para ver algo de luz en otros períodos de cambios climáticos, otros observan glaciares, otros se apoyan en la Fenología (el calendario natural de los acontecimientos normales de la Naturaleza). Otros miden la calidad del aire, del mar, del río.
En definitiva, que al final hemos llegado a unos niveles de intoxicación informativa, que va a requerir por nuestra parte un gran desarrollo del sentido crítico.
Habría que empezar por cumplir el Protocolo de Kyoto, los de Copenhague (olvidados) ó los de París finalmente a nivel internacional y otros muchos compromisos que se han obviado y eludido por los Estados, por las grandes empresas, por los grandes mercados financieros. Al ciudadano de a pie le coge todo esto a estas alturas con el pie cambiado. Aun así, desde los municipios se pueden tomar muchas medidas.  Llevamos años sin poner eficazmente en marcha la Recogida Selectiva de Residuos Sólidos Urbanos. El rio Guadalquivir en su desembocadura o los fondos marinos los estamos convirtiendo en auténticos basreros. La agricultura ha sucumbido en manos de las multinacionales sembrando auténticas bombas de relojería en los campos agrícolas e invernaderos.
El número del parque de coches para muchas ciudades  es desproporcionado. No nos hemos preocupado en dejar zonas verdes interurbanas amplias que permita al suelo airearse. Ahora con tanto cemento, edificios, aires acondicionados la temperatura de la ciudad adquiere mayor grado de calor por la gran bolsa de aire caliente que se concentra dia tras día en la ciudad. Las arboledas hubiesen servido de transpiración. Y no digamos si llueve torrencialmente, porque construímos en cualquier sitio, sin miramientos de las salidas naturales de manantiales y arroyos. Y así podíamos seguir y seguir. Y en cuanto al consumismo, hemos adquirido comodidad a cualquier precio. No un frigorífico cualquiera, sino el de mejor marca, sin pensar que quizás ese frigorífico utiliza recursos naturales agotables, o el mobiliario, o materiales de construcción. Siempre utilizamos a lo largo de nuestra historia evolutiva los recursos de la tierra, pero no a los niveles de los últimos decenios. Por cierto, existen informes de prestigiosos científicos que han alertado de ciertos riesgos dentro del Golfo de Cádiz sobre corrimientos de tierra y posibles maremotos.  Y en cuanto a España, los incendios forestales aumentarán con las sequías y olas de calor más prolongadas y con mayores temperaturas.

Por ello debemos ir adaptándonos a los nuevos desafíos del Cambio Climático, imprevisible. Bien es cierto que hoy se tienen más medios para los hombres y mujeres, Climatólogos o Meteorólogos que nos informan diariamente en los espacios de noticias.



Para terminar esta reflexión, indicar que el clima lo que hace es responder a las alteraciones de la Biosfera con sus recursos de tal forma que lo que pretende es volver a un equilibrio en el que para nada contamos nosotros. Un equilibrio que desconocemos sus parámetros y lo que la Naturaleza -con mayúsculas- necesita para ello. Y no es más ni menos lo que ocurre. Si la Naturaleza necesita buscar su propio equilibrio no sabemos ni el tiempo que empleará en ello ni cómo lo hará. Sabemos los síntomas, pero cuando la Naturaleza dice aquí estoy no entiende de ciudades, porque en el engranaje somos sólo una especie egocéntrica que pensamos que todo lo podíamos controlar. Y aquí, nos guste o no, la Naturaleza es la que pone los límites.






Manuel J. Márquez Moy, Especialista en Educación Ambiental y Periodista.

martes, julio 24, 2007

"ACEPTAMOS PULPO COMO ANIMAL DE COMPAÑÍA"





Irene García en un reciente acto junto a José Manuel Caballero Bonald









La gestión del nuevo Equipo de Gobierno del Ayuntamiento sanluqueño se está poniendo demasiado cuesta arriba, a pesar que el tesón de Irene García, le permite ir sorteando obstáculo tras obstáculo. Es como una carrera de fondo, donde todos han partido con más ilusión y cierta voluntad que otra cosa. Es pronto para calibrar una gestión general del Ayuntamiento. El asunto del litoral ha sido el protagonista del primer periodo del gobierno municipal. Muchos esfuerzos en tan poco tiempo. Pero con una primera deuda reconocida aproximada de 80 millones de euros pone contra las cuerdas a Irene García.
La oposición aún no se ha pronunciado, aunque poco se espera de ella hasta finales de agosto, o de la temporada veraniega. Y me dá la sensación que la ciudadanía está dando esa tregua igualmente. Entonces es cuando se empezará a exigir responsabilidades de gobierno. Aquello de “qué hay de lo mío”.
Cierto es que algunos ya han perdido la paciencia y no auguran un buen porvenir a la gestión, pero me parece precipitado y fuera de lugar, aunque legítimo, evidentemente.
Ahora son asignaturas pendientes, las botellonas, a las que les estamos dedicando una serie de reflexiones desde esta revista, el ruido, el tan traido y llevado tráfico, los contratiempos de facturas por pagar, y un agotamiento del inevitable rédito hacia la mala gestión del equipo de gobierno saliente. Y digo agotamiento, porque recurrir a la gestión del pasado y las deudas pendientes es algo que no va a poder ser por mucho más tiempo el argumento que justifique la capacidad de gobernar en el presente, por muy pésima y escandalosa herencia dejada por los populares.






Una golondrina en una casa de vecinos del Barrio Marinero, una estampa que ya va desapareciendo de muchos lugares. Simbolo para mí de que todavía podemos reaccionar para solventar numerosos problemas.








Eso los ciudadanos lo están permitiendo, con cierta paciencia, pero insisto que al finalizar el verano la gente querrá ver realidades.
Aún así yo no dudo que las habrá, se están dando pasos, se están poniendo los cimientos sobre los que construir proyectos ilusionantes, pero la exigencia en cualquier traspié será inapelable en el juicio de la ciudadanía, por el hartazgo y el empacho de escándalos políticos-financieros.
También habría que decir que esta legislatura se va a convertir en determinante para que de una vez se plasmen proyectos que se han ido eternizando desde casi el primer periodo democrático. Y me estoy refiriendo a clarificar asuntos como las viviendas sociales, asuntos medioambientales, a los que se les une medidas sobre el cambio climático que tendrán que adoptar todos los municipios, el desarrollo y la busca de inversiones de empresas serias, exentas de sospechas mafiosas, un plan de choque real contra el deterioro del patrimonio histórico-artístico material e inmaterial, la auditoría externa, no cabe duda, y la revisión a fondo de los sectores primarios de la ciudad, la agricultura y la pesca, además de supervisar la situación del sistema sanitario. Existen, no cabe duda, muchos asuntos, pero ya es hora de clarificar estos aspectos citados y avanzar con una buena promoción de la ciudad.


La calle Mesón del Duque, representando la importancia del casco histórico-artistico. La destrucción de este a pasos agigantados ha soliviantado bastante a los ciudadanos en los últimos años



Y algo muy importante, desde mi punto de vista y desde el de otros muchos ciudadanos, invertir en educación en su más amplio sentido. Hay preocupantes sectores de población con una cultura demasiado primaria que hay que atender. Invertir en ello solucionaría muchos problemas que derivan de esta situación de un porcentaje elevado de ciudadanos sin planificación familiar, y con un alto índice de analfabetismo. Esa para mí es la gran política social de un ayuntamiento. Y no podemos seguir ironizando que ciertas conductas de la población obedecen a la idiosincrasia del vulgo, del pueblo. Toda una familia en un ciclomotor camino de la playa con todo el equipaje puede resultar simpático, pero creo que hay que evolucionar. Es sólo un pequeñísimo ejemplo.




No seré yo quien apunte aquí las medidas a tomar, pero me parece un asunto muy serio, por el profundo calado de humanismo que tiene el que mucha gente no se le ayude a acceder a una cultura más variada y útil para cumplir con su derecho a una calidad de vida respetable.
En definitiva, una mayor y mejor educación para todos.
Al finalizar el verano las cosas empezarán muy en serio, no con ello estoy diciendo que lo hecho hasta ahora no sea una gestión válida, pero como que suena a lo de aquél anuncio de os aceptamos el periodo de adaptación y rodaje en este juego político, incluyendo que consideréis al pulpo como un animal de compañía.








Manuel J. Márquez Moy

DE OFICIO, MASÓN




Siempre ha habido una leyenda negra en torno a la masonería. En Sanlúcar hubo masones y los hay hoy día. Ahora que están de moda los libros y la literatura pseudocientífica y ocultista, traigo a colación un artículo de mi buen amigo Luis Miguel Fuentes, precisamente sobre la masonería. ¿Secta?. El caso es que para nada la masonería ha sido una secta en su sentido estricto, hasta donde llega mi información de los propios masones incluida, sino una forma de sacar, suscitar el máximo rendimieto del intelecto del ser humano, para no andarnos por las ramas. Os recomiendo los libros "la Masonería al descubierto" de Pepe Rodríguez, y "La Masonería" de Tariq Ali. Aun así se se seguirán escribiendo ríos de tinta sobre la masonería.





Típica escuadra y compás, simbolo de una de las logias de la masonería



Recuerdo que Antonio Burgos evocaba aquí mismo en su día esa “Sevilla que pudo haber sido y no fue” hablando de sus masones, que “con Diego Martínez Barrios a la cabeza, protagonizaron la aventura imposible de la pequeña burguesía sevillana hacia las libertades”. Como liberal de Cádiz que es, al maestro Burgos le parecía de justicia rendir memoria a esos “benéficos hombres de progreso y de orden” ahora que algunos piensan que no quedan masones o son el aquelarre que se inventó con ellos el franquismo. Tanto ha olvidado Sevilla su tradición masónica que muchos no saben que hoy hay tres logias en la ciudad, y menos que una de ellas ha dado toda una Gran Maestra (ex Gran Maestra ya), Ascensión Tejerina, que esta tarde va a presentar en la Casa del Libro de Sevilla su obra “De oficio, masón”. Masones hubo y hay aquí, aunque no se les miente. No recuerdo que en ningún 28-F, ese día en el que los políticos y las banderas van a la peluquería, se le haya ocurrido a nadie mencionar que Blas Infante era masón, como lo fueron Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez. Claro que eso no ocurre sólo en Andalucía. Hemos leído últimamente muchos artículos sobre Ramón y Cajal o Clara Campoamor en los que su condición de masones era igualmente ignorada. Y sí, yo también soy masón, para que luego digan que vamos escondiéndonos ésos que creen que somos alacranes. Ahora están de moda los libros sobre masonería, pero la lástima es que suelen estar escritos por indocumentados malintencionados (el de César Vidal sólo era un libro de juguete hecho en el tiempo que le dejan otros libros de juguete) o concebidos desde el morbo. Afortunadamente, aún quedan los libros de los verdaderos historiadores de la masonería (en España, uno de los mejores es el jesuita Ferrer Benimeli), o los que, como el de Ascensión Tejerina, nos muestran la Orden desde la propia experiencia (“oficio”) de ser masón.









Logia montada por el Archivo Histórico de Salamanca, según Pepe Rodríguez, con elementos requisados por el franquismo.



















De la masonería dijo Krause que era “la única institución histórica que tiene como finalidad y razón de ser el cultivo del hombre en su pura y completa humanidad”. El paso de un gremio de constructores a una sociedad filosófica que sustituye la obra en piedra por el edificio simbólico de la Humanidad es a mi parecer una de las transformaciones más fascinantes de la historia. Su método, que intenta a través de alegorías y símbolos educar en una ética de tolerancia e igualdad, en la libertad de conciencia, en el hecho de que los seres humanos pueden tratarse fraternalmente a pesar de profesar diferentes opiniones o creencias, es un tesoro antropológico y moral. Esto apenas se conoce en España, mientras que en Estados Unidos o Francia ser masón es un honor y se pone en el currículum. El acierto del libro de Ascensión Tejerina está en definir el papel actual de la masonería como escuela de ciudadanía y de tolerancia y como método para que el ser humano salve esa aparente contradicción que se da entre el individuo y la sociedad, constituyendo un metasistema que no es una ideología, que no es una “doxia”, sino una “praxis”. No hay un pensamiento masónico, sino un comportamiento masónico. En mi logia hay católicos, mormones, agnósticos y ateos; gente de izquierda y de derechas; republicanos y monárquicos. Pero, como escribía Kipling en aquel poema, Mi logia madre, “fuera nos decíamos sargento o señor; salud o shalom; dentro, en cambio, Hermano, y así estaba bien”. En una Sevilla tan dada a olvidar su historia, una masona hablará hoy de ser masón. Ojalá la entiendan, por fin.







Luis Miguel Fuentes, es colaborador del Programa de Investigación "Las Huellas de la Memoria"







sábado, julio 21, 2007

MARCHANDO UNA DE SEROTONINAS por Manuel J. Márquez Moy

En la imagen se muestra lo que es una sinapsis, la descarga de información de una neurona a otra, en este caso de Serotonina, donde aparecen también los receptores de esta sustancia básica

















Gracias a nuestro Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal y a sus grandes descubrimientos de los sistemas neuronales hoy se pueden producir muchos avances científicos que nos permiten diagnosticar y conocer las razones de ciertas patologías. Algo que no entiendo bien es el por qué con la que está cayendo, respecto a los numerosos problemas de adicciones y otras patologías derivadas del consumo de sustancias tóxicas, drogas en general entre la población, no se termine por divulgar al menos cómo funciona o altera estas sustancias que se consumen de manera abusiva el funcionamiento del cerebro.

Cada vez que se me presenta la ocasión en distintos foros educativos, en conferencias, o cursos, aprovecho cuando viene a colación explicar de manera muy didáctica, sin entrar en demasiados tecnicismos el funcionamiento del cerebro. Es un asunto apasionante, y no cabe duda que nuestro cerebro es una gran mecanismo natural perfecto.

Cuando uno escucha hablar de las neuronas, los neurotransmisores, las sinapsis, se encuentra con tres elementos o recursos básicos para explicar cómo afecta a nuestro cerebro el consumo de las diferentes drogas. En todo esto tiene mucho que ver una sustancia llamada serotonina que inhibe nuestro propio cerebro, regulando una cantidad enorme de conductas nuestras, el sueño, la alimentación, el placer , el bienestar. Dependiendo de nuestras conductas la serotonina se libera en el cerebro a través de la sangre y riega las neuronas por medio de los neurotransmisores en forma de sinapsis. La sinapsis no es más que las descargas eléctricas (por el sodio y potasio básicamente) y químicas que permiten la comunicación entre las diferentes neuronas.



Santiago Ramón y Cajal, (1852-1.934) a quien le debemos que sus descubrimientos fueran la base de la moderna neurobiología.


















Pues bien, la serotonina, en mayor o menor medida es un elemento esencial que permite nuestra evolución como especie. Efectivamente, hay estudios que demuestran que cuanto mayor capacidad tenemos de generar grandes cantidades de serotonina más posibilidades tenemos de adaptarnos a nuevas situaciones ambientales, aunque este asunto lo dejaremos para otra ocasión, ya que también tiene que ver con el consumo de drogas por parte de nuestros primitivos hasta hoy para ir superando etapas difíciles durante la evolución ante los desafíos del entorno planetario.


Si tomamos, por ser concretos, drogas de éxtasis, repetidas veces, estamos alterando gravemente la función de los neurotransmisores ocupados de inhibir y liberar la serotonina a los diferentes receptores del cerebro que necesitan de esta. Cuando la excitación producida por los estímulos externos de consumo de droga degenera los neurotransmisores encargados de la función correcta del cerebro, es como si “reventara” el neurotrasmisor, o se exprimiera excesivamente. La falta de serotonina , por ejemplo se está estudiando cada vez más, está asociada a los estados de ansiedad, a ciertas depresiones, a psicosis, a estados paranoicos, a trastornos alimentarios, a alteraciones del sueño, a trastornos sexuales, a la fibromialgia, al ritmo cardíaco. Está comprobado que la luz, por ejemplo, activa la serotonina, de ahí que en verano estimule la actividad sexual, y el ánimo. En cambio en otoño-invierno, estamos más propensos por falta de serotonina a las depresiones. Por ello muchas medicaciones son estimulantes del neurotransmisor para que libere la serotonina y nos haga sentirnos mejor, pero no se debe abusar de ellos, para no atrofiar la función serotoniana de manera natural.

Estoy cada día más convencido que si tuviéramos la información precisa nos pensaríamos más hacer uso de drogas, que afectan también a otros neurotrasmisores liberadores de otras sustancias como las endorfinas, las dopaminas, responsables con su carencia de algunos casos de esquizofrenia.

Me aterra pensar cómo con total inconsciencia muchos preadolescentes, adolescentes y jóvenes consumen diferentes tipos de drogas para buscar un mayor placer, sin saber las consecuencias a veces irreversibles. Siempre me gusta insistir en ello, nuestro cerebro es tan perfecto que es capaz de liberar por sí mismo sustancias más fuertes que la propia morfina, sin tener que recurrir a ninguna droga, como es el caso de las endorfinas que genera espontáneamente nuestro propio sistema neurológico.

Pero por lo visto hay que estudiar una carrera universitaria para que de una vez por todas nos expliquen estas cosas. Esto ha sido sólo un breviario. Quizás, y no es la primera vez que escucho esta teoría, la sociedad de hoy necesite del consumo de estas drogas para adaptarse a las exigencias externas del entorno, pero un animal siempre lo hace de manera moderada y por necesidad, y es más que discutible que muchos de nuestros jóvenes y no tan jóvenes consuman estas sustancias para dar un salto evolutivo.


Manuel J. Márquez Moy, miembro de la Sociedad Española de Biología Evolutiva (SESBE)

miércoles, julio 18, 2007

"EL GRITO EN LA PARED"

EL LENGUAJE DE MUCHOS ADOLESCENTES Y JÓVENES


Como muchas veces he afirmado los jóvenes que andan por nuestras calles durante el día o la noche, no son extraterrestres que hayan llegado de algún lugar perdido en el Universo. Evidentemente son nuestros hijos, sobrinos o nietos. Más maduros, menos, con mayores y menores inquietudes.
Después de muchos años tratando con jóvenes, con esos “locos bajitos”, uno llega a la conclusión de algo para mí especialmente fundamental. La incomunicación emocional. No es un problema exclusivo de nuestras generaciones más pequeñas, sino algo tristemente generalizado. La soledad interior que impera en la sociedad actual está a la orden del día y eso nos lleva a adquirir conductas insospechadas. No me gustaría que se confundiera la introspección, inseguridad, dudas que asaltan digamos que por propia biología a los adolescentes. A la que yo me refiero es otra que está más arraigada y que si se la añadimos a la normal, imagínense la situación de carga emocional a la que se someten hoy día nuestros jóvenes. Digo “normal” basándome en Carlos Castilla del Pino, colaborador del Programa “Las Huellas de la Memoria”, que en su libro “Teoría de los sentimientos”, clasificaba las conductas humanas como “normales”, “anormales” y “patológicas”. El problema es que lo "normal" está acarreando muchas consecuencias patológicas: infartos, brotes psicóticos, esquizofrenias.


El prestigioso Psiquiatra y Humanista Carlos Castilla del Pino



















Un adolescente en otro tiempo y contexto social diferente, si miramos atrás, podía verse envuelto en esa etapa que todos la hemos resumido sencillamente como “la edad del pavo”. Unos la sobrellevaban mejor o peor, la prolongaba o la acortaba, era cuestión de su propia biología y del entorno social. Si tenía buenos confidentes, quizás la superaba sin muchos problemas, y si se aislaba y no encontraba apoyos emocionales en la pandilla o en sus hermanos o familia próxima se le hacía más difícil. De cualquier modo es una etapa clave, donde hay que aprender y saber estar cerca.















(Pinchar sobre la foto)


Hoy, y es a lo que me quiero referir, esa “edad del pavo” la viven muchos jóvenes con un estrés emocional añadido muy severo. Las razones pueden ser muy variadas. Desde la propia genética, hasta las relaciones con los ambientes donde se desenvuelve su vida. El entorno familiar, el entorno del centro educativo, el de la pandilla de barrio. Si el entorno familiar falla, porque los padres andan muy ocupados en otros menesteres, porque estos padres tienen una cultura demasiado primaria que le impida entender a los hijos, si se ven por ello desmotivados en el centro docente, y la pandilla es donde se sienten acogidos porque los entienden y hablan su mismo lenguaje, en cuanto a problemas de relaciones sexuales con sus ligues o parejas, sus ídolos musicales, sus aficiones, los jóvenes valoraran mucho más a sus compañeros con los que salen.

¿Cuándo llega esa incomunicación emocional?. Cuando no somos conscientes que los adolescentes jóvenes están hablándonos en otro lenguaje. El lenguaje no verbal, donde predominan más los gestos, los adornos tipo piercing, cortes de pelo llamativos, ropas extravagantes o de marca, gritos, portazos. Conectar con ese lenguaje es una empresa harto difícil que lleva a la desesperación a muchos padres. Cambios repentinos de hábitos, absentismo escolar, viajes que preparan de forma improvisada. Eso desconcierta a unos padres que notan como si sus hijos se lo hubiesen cambiado.

A donde yo quiero llegar es que el mundo de los jóvenes es complejo. La edad de la niñez prácticamente ha desaparecido y ha quedado reducida a pocos años, pues desde los 12 años ya entran en una espiral de ambientes y costumbres propias de jóvenes de 16 años.


Aunque insisto fuertemente en ello. Es su manera de comunicar cosas, conceptos que son muy difíciles de entender y conectar con ellos a veces se convierte en toda una odisea. Los patrones se repiten entre unos y otros, aunque cada uno su conducta la utiliza para comunicar cosas diferentes, dependiendo la realidad social en la que viven.
El Periodista Tico Medina, por ejemplo, le llamaba a los grafitis: “el grito en la pared”.

Bien, quiero terminar este bosquejo con lo siguiente. ¿Por qué beben nuestros hijos?, ¿por qué fuman desde tan jóvenes?, ¿por qué se quieren recoger tarde?, ¿por qué muchos, no todos, llegan a tomar sustancias tóxicas además del alcohol, como cocaína, pastillas de diseño, hachís?.

Todo tiene su explicación. La función social de las pandillas es todo un rito iniciático, si lo comparamos con las culturas indígenas. El paso de niño a adolescente y a la primera juventud es normalmente una etapa convulsa, y es más fácil aparentemente superarla con colegas que están pasando por el mismo proceso evolutivo en su desarrollo de la personalidad y en ese proceso biológico, que hacerlo a solas. Entonces la pandilla siempre ha sido un asidero mutuo entre el joven y la pandilla.

¿Qué ocurre hoy generalmente?. Que antes los elementos presentes en esas etapas, en generaciones atrás eran distintas. Por regla general la droga se asociaba a barrios marginales. Hoy esa droga de diferente naturaleza está presente en todos los ambientes, para que los jóvenes la tomen o la rechacen. En definitiva el acceso a situaciones y sustancias es hoy fácil.

Y termino, las leyes son importantes y hay que controlar la llamada movida o botellonas desde las autoridades, pero todo esto debe de ir acompañado de una mayor y mejor educación por parte de todos. Adultos y jóvenes. Y como la vida cada día es más exigente en todo, en responsabilidades, muchos -es comprensible- que sucumban por el sobreesfuerzo de hipotecas, horas laborales, o paro prolongado. Así que esto es un síntoma de que las raíces del sistema fallan en cuanto a la educación en su más amplio sentido.

Y lo que estamos viviendo, con que si el ruido, el consumismo desaforado, la agresividad creciente, el consumo exagerado de sustancias adictivas y drogas por la población en general, no sólo jóvenes, es el síntoma de que por algún lado tiene que salir tanta vida vertiginosa. Por esta razón veo como un progreso en este sentido la asignatura tan debatida de “Educación para la Ciudadanía”, de que se necesita un código de valores que devuelva a la sociedad un sentido de lo justo e injusto, lo bueno y lo malo, lo necesario y lo complementario. Abandonamos y desertamos hace un tempo de los valores católicos que imperaban en la sociedad, con toda la legitimidad del mundo, pero no hemos sustituido esos valores por otro código que nos permita vivir en sociedad de manera más o menos armoniosa, que no se preocupe solamente de lo estético, sino de lo ético. Queda mucho trabajo por delante.

Manuel J. Márquez Moy (Coordinador del Programa de Investigación “Las Huellas de la Memoria”)

lunes, julio 16, 2007

ME PASA ALGO




La otra noche, sobre las dos, fuí a dar una vuelta al paseo marítimo. Quería observar cosas. La conducta de muchos jóvenes que andaban por todos lados. Aquí y allá. La mayoría formaban pequeños corros con botellas de alcohol y refresco a sus pies, mientras charlaban en una noche de sábado templada. Otros lo hacían junto a un coche con música estridente, y otros también con la música a unos decibelios aceptables. Había una pareja andando de Polícías Nacionales. La circulación era un tanto caótica. Adelantamientos indebidos y algunos con buen comportamiento con sus ciclomotores. Más al fondo había dos parejas de Policías Locales. Se quejaban del caos. Paraban una y otra vez a coches que circulaban con la "discoteca incorporada". Pero según me comentaban, se sentían desbordados. Con un solo coche y atentos por si surgía algún caso urgente en otro extremo de la ciudad.



Algunos apelaban al cumplimiento de la Ley con los botellódromos correspondientes. Ya he hablado en muchos casos de que esa no es solución, es un parche, un "no sabemos qué hacer con esto" y los metemos como borregos en un establo. Evidentemente hay coincidencias en la conducta que percibimos. Todos haciendo botellona. Pero la realidad de cada uno de ellos es todo un mundo. Coinciden quizás en la edad, en situaciones comúnes, aunque cada uno las expresa como puede y con quien puede. No siempre confían en la pandilla y ni siquiera en sus padres, nada raro. Algunos incluso se esfuerzan lo inimaginable para no ser marginados por el grupo: beben sin querer, consumen en muchos casos, no todos, sustancias tóxicas sin querer, mantienen relaciones sexuales por miedo a ser rechazados por sus iguales. No todos son agresivos y violentos, en definitiva, son jóvenes y eso es lo único que les une desde mi punto de vista. Para ejemplarizar lo que afirmo, tras muchos años andando con jóvenes adolescentes y analizando sus costumbres y conductas transcribo hoy una carta, donde por razones de guardar la intimidad, no hace falta decir el nombre de su autora. Joven de 15 años, con dudas. Problemas matrimoniales de sus padres. Hice la labor de tutor suyo con el consentimiento de la madre, porque ya estaba en un alto riesgo de consumo de drogas. Había empezado con el hachís, sin que ella sospechara de que yo lo sabía y había empezado a coquetear con la cocaína. Para mí la carta cuando me la entregó fue estremecedora. Os la dejo de ejemplo de cómo puede llegar a pensar una joven de 15 años, que si no encuentra apoyo emocional positivo, pues tristemente lo hará en otros apoyos nocivos. Mi nombre ha sido sustituído por el pseudónimo de "Eduardo". Para completar algunos datos contextuales, la joven estuvo a punto de quedar embarazada por tres veces. Y sin el conocimiento de sus padres había viajado varios fines de semana a Cádiz y Puerto de Santa Mª en un coche con presuntos amigos de juerga hasta el amanecer. Sé que todo es muy discutible, por lo del los deechos y deberes, pero quisiera en otro artículo analizar esos aspectos con mayor profundidad.





















Dos imágenes del pasado fin de semana en el Paseo Marítimo
Carta testimonial (Documento Huellas "Adolescentes")
"ME PASA ALGO. Hoy, ayer, mañana....todos estos días son muy raros. Hay algo que falla, me agobio, no sé qué hacer, no pienso...no consigo escuchar mi interior.
- La pelea de mi hermano ha sido grave, mucho. Esta familia baja, baja y baja, no hay fondo, pienso que esto es peor que lo que pasó ayer, pero mañana pasa algo peor de lo que pasó hoy.
- Tengo novio, ¿novio?. Es alguien a quien empiezo a querer, parece buen chico y que está bien conmigo. ¿Ha borrado a Antonio?. Sí, por fin. Ahora no pienso en él, sólo me trae malos recuerdos y una preocupación, no profunda, si no más bien superficial, quizá sea mejor estar lejos de él, lo es.
- Me acaba de llegar un mensaje de EDUARDO, otra vez miedo de lo que me diga, pero ¡¡parece que tengo miedo a todo!!, a que me descubra que no soy tierna, ni dulce, ni buena...todo eso sólo me lo levantan sus ojos, cuando los miro me transformo, me hace feliz aunque a veces peleemos, los dos sabemos que hay “algo”, que tenemos que estar juntos...

Eduardo y yo....es raro todo esto, él sigue unos conceptos de amistad muy raros. Yo quiero ser su amiga, hablar con él, verlo, saber qué está haciendo en algún momento, que me aconseje, que CONFÏE EN MI, que no se parezca a mis padres.

Tengo 15 años, y él 33 creo, y él ya sabe lo que es vivir, ya tiene “sus palos daos”,
Pero yo empiezo a florecer ahora; creo que me quiere demasiado y por eso se preocupa tanto, pero a veces agobia un poco. Soy sincera pero no del todo, no me abro lo bastante; con nadie lo hago, casi nadie sabe lo que llevo dentro, ni siquiera yo.

Eduardo me quiere y sé que él me ayuda, me gustan sus charlas, me hacen pensar....
Yo quiero ser de una manera, y no lo consigo. Hago cosas, o pienso cosas, y después digo: “Pero esto a qué viene?”. Kiero estar tranquila, pero me pngo muy nerviosa, Kiero ser amiga, pero no lo demuestro, kiero decir algo y no sé hablar, kiero conocer a mi corazón, a mi alma, a mi interior, pero ellos no me kieren, me cierran las puertas. Una vez escuché que hay que conocerse a sí mismo para conocer a los demás.
-El mundo; es muy raro, a “mi gente” les caigo bien, creo. ¿Y mis amigas?. No tengo, sólo 2 ó 3. ¿Por qué no puedo hacer amigos? ¿Por qué soy orgullosa? ¿Por qué soy como soy?. Voy a tener que poner cartelitos por todas partes para recordar cómo quiero ser; yo lo pienso y después vuelvo a las andadas.
Últimamente lo hago todo, aprovecho al máximo el tiempo, ¿cómo se va a acabar el tiempo?. Tengo que tranquilizarme, un poco. Kiero vivir sola, encerrarme en mi cuarto con mi música y mi tabaco. Yo sola. Sin nadie que me haga ni feliz, ni daño alguno. Yo sola. SOLA.
Pero no puedo hacer eso, ¿o sí? ¿cómo?.
Hoy me he dado cuenta de una pequeña cosa: yo salgo por la tarde, pero cuando llego a mi casa pienso que me debería haber quedado aquí. ¿por qué?. No tengo ni idea. Mañana es el concierto de OT y hoy te he echado de menos."






Se pueden sacar muchas conclusiones de esta carta, pero por ahora sólo me gustaría que se pensara un poco en que cada joven que está en esa botellona tan molesta para todos, la responsabilidad no es únicamente de un numeroso grupo que adquieren los mismos comportamientos, pero con distintos sentimientos. Y que también hay terrazas en las que otros muchos toman sus copas tranquilamente. El problema principal que yo veo es que en otros tiempos las sustancias tóxicas que hoy circulan en estos entornos antes quedaba sólo relegada a ambientes más marginales, y hoy se han generalizado ante toda la población. Basta que la autoestima, los apoyos emocionales falten para que el riesgo de convertirse en adictos a estas sustancias sea un hecho.






Manuel J. Márquez Moy (Coordinador del Programa de Investigación "Las Huellas de la Memoria")

domingo, julio 15, 2007

(IN)CULTURA CIENTÍFICA, 25 AÑOS DESPUÉS

Considero la máxima de que en el mundo de los gustos no hay nada escrito. Pero Manuel Toharia hace una reflexión a mi entender necesaria. Ya le he dedicado palabras en esta revista a J. J. Benítez. Pero no deja de ser cierto que nuestro país que nunca ha tenido muy buena propaganda por su labor científica, por falta de apoyo, no de eficacia y modernidad, vaya dándosele el sitio que le corresponde en cuanto a la divulgación de sus enormes progresos. No se trata de demonizar las denominadas ciencias ocultas, aunque éstas jueguen su papel, pero no que adquieran un mayor protagonismo y predicamento que la ciencia racional, no oficialista. Manuel Toharia tiene la suficiente autoridad moral para denunciarlo, y por ser claro en mi caso, que estemos más al día de las apariciones marianas, que de los avances genéticos de los propios científicos, españoles o extranjeros, es esperpéntico y propio de una gran incultura en este contexto.












Manuel Toharia, entre otras muchas cosas, es Presidente de la Asociación Española de Periodismo Científico



No ha ocurrido con la cultura científica lo que le sucedió a los mosqueteros de Alejandro Dumas, veinte años después de aquellas trepidantes aventuras en contra del sibilino Cardenal Mazarino y a favor de las infidelidades de toda una reina de Francia. Si D’Artagnan, dos decenios después de su iniciación como guerrero a las órdenes del Rey, era ya el Capitán de los mosqueteros, y sus otros compañeros se habían asentado en su mundo, progresando en sus respectivas carreras, en cambio la cultura científica no ha ido tan bien servida tras esos dos mismos decenios de aquella incipiente revolución de la política científica española que fue la Ley de la Ciencia. Hoy podemos observar, con cierto desasosiego, que en ese tiempo las esperanzas de una neta mejoría en el sistema investigador español quedaron en parte frenadas, y en algún caso incluso frustradas, mientras que sólo cabe otorgarle el suspenso más notorio precisamente a todo aquello que tiene que ver con el interés de los ciudadanos por el hecho científico. A la promoción de la cultura científica.
Desde luego, en un país con escasa tradición investigadora, que además fue en gran parte arrasada durante el excesivamente largo periodo de la dictadura franquista, no era fácil que prendiera la llama de una renovación completa de las actitudes sociales en torno a la ciencia y sus desarrollos. Aquella Ley de la Ciencia de hace veinte años sí sentó las bases de esa renovación, y eso es algo que nadie discute hoy día. Pero los sucesivos gobiernos posteriores tuvieron escaso interés no ya en que ardiera esa llama recién encendida sino siquiera en que se conservaran algunos de sus rescoldos más brillantes. Por supuesto, las razones económicas primaban; pero también la escasa apuesta de las empresas por una investigación que seguía asumiéndose como exclusiva competencia de la administración pública. Podríamos decir que en estos veinte años todavía ha seguido predominando en el mundo empresarial español del sector privado–con muy horosas excepciones, todo hay que decirlo- aquel confuso sentimiento de los intelectuales del 98 en torno al “que inventen ellos”; en este caso, los científicos pagados por el erario público. Y si no, los de fuera del país.
Ramón Sánchez Ocaña en una imagen retrospectiva cuando adquirió popularidad por su programa "Más vale prevenir"

En este panorama de quiero y no puedo, de generosas aportaciones teóricas no muy abundantemente apoyadas por el erario público y aun menos por la contabilidad de las empresas, no es de extrañar que floreciera quizá más que nunca la incultura científica de la población.




El escritor y divulgador Iker Jiménez
















Desde luego, es forzoso reconocer que no todo ha ido rematadamente mal en cuestiones culturales. Ni en la tradicional cultura artísticoliteraria, ni siquiera en la tecnocientífica. De la primera no corresponde hablar aquí, aunque se han hecho muchos más gestos de cara a la galería y en apoyo de unas élites siempre minoritarias, que en apoyo de una cultura de la ciudadanía más próxima a sus intereses y anhelos.
En cuanto a la cultura científica, desde luego ha sido escasamente apoyada por las autoridades del Estado central, aunque en cambio algunas administraciones locales y autonómicas sí han hecho, al menos en parte, sus deberes. Podemos analizar con cierto detalle la situación, y lo vamos a hacer centrándonos en tres campos que resultan no sólo muy significativos sino incluso paradigmáticos: los medios de comunicación de titularidad pública, y esencialmente Televisión Española y los canales autonómicos; los centros de ciencia interactivos; y la proliferación de las seudociencias, que parecen invadir ya casi todos los ámbitos de la vida ciudadana.
Con la llegada de la democracia, los periódicos de titularidad pública pasaron a manos privadas o desaparecieron, y las revistas y otras publicaciones oficiales –de Ministerios o de otros organismos públicos- quedaron reducidas a su mínima expresión, más como plasmación de resultados que como elementos puramente informativos. En cambio, se mantuvo el sistema mastodóntico, y ahora vemos que absolutamente ruinoso, de una radio y una televisión de titularidad estatal. No es anecdótico que el grupo RTVE, que era boyante y con pingües beneficios al final de la dictadura y en los primeros años de la democracia, se convirtiera en un pesado lastre económico cuando se tuvo que enfrentar a la competencia directa de las televisiones privadas. Hoy, el grupo RTVE afronta una deuda acumulada de 1,3 billones de las antiguas pesetas, una cifra que es sencillamente inasumible y que produce mareo por su desmesura.
Mantener una radio y una televisión de titularidad estatal podría tener su justificación, precisamente en un mercado dominado por los intereses económicos –audiencia y publicidad, los dos factores esenciales de la economía del mercado libre de la televisión- siempre que su programación atendiera a valores que no necesariamente cubre la televisión comercial. Por ejemplo, la enseñanza para enfermos, o bien la programación cultural, generalmente minoritaria. Incluso, por qué no, una programación de entretenimiento puro pero sin intereses comerciales más o menos ocultos tras ella.
Pero si la televisión y la radio públicas –nacional, autonómicas, incluso locales cuando dependen de los ayuntamientos- entran en el mercado publicitario, sería absurdo que compitieran con los sistemas privados, cuyos intereses comerciales priman sobre la vocación de servicio. Y así se da la paradoja de que la radiotelevisión pública presenta una oferta de programación que compite directamente con las privadas, incluso, lamentablemente, en aquellos programas de menor calidad y, en ciertos casos, claramente criticables por su baja calidad moral o profesional. Aunque el término sea abusivo, y seguramente injusto, lo de la “telebasura” no deja de tener su justificación...
Naturalmente, ante semejante panorama, la presencia de programas culturales, y especialmente los que tienen que ver con la cultura científica, en radio y televisión fue y sigue siendo casi simbólica, y siempre en horarios lamentables. Antes, cuando sólo había en España una televisión pública, las cosas no iban mucho mejor, pero al menos hubo intentos valiosos de hacer de la ciencia un elemento divulgador para todos los públicos. Programas de naturaleza, como los de Félix Rodríguez de la Fuente, de salud, como los de Ramón Sánchez Ocaña, o la mismísima serie Cosmos de Carl Sagan, competían en horarios estelares con otros programas más tradicionales pero no más exitosos.
Otros programas menos “vistosos” eran relegados a horarios infantiles -¿por qué siempre que se habla de ciencia en televisión se piensa en los más jóvenes, como si los adultos no necesitaran saber ya nada más?- o bien a altas horas de la madrugada, tal y como parodiaban en diversas ocasiones los geniales componentes de Les Luthiers. Hubo intentos –”Horizontes” de Ramón Sánchez Ocaña, “Alcores” dirigido por quien firma estas líneas, “A ciencia cierta” de Esteban Sánchez Ocaña, y varios otros después- pero, luego, con la llegada de las privadas y las autonómicas, el panorama fue a peor. En la catalana TV3 tuvo gran éxito, y duró unos cuantos años en antena, un excelente programa divulgativo, “Jocs de ciència”. Pero poco más. En Canal Sur estuvo en antena, eso si en horario infantil, “Alcores”, programa de actualidad y divulgación científica de una hora semanal, que se emitió durante casi tres años. En Telemadrid estuvo “Viva la ciencia”, y luego “Ponte verde”...
Y poco a poco todos esos intentos fueron desapareciendo, y hoy apenas sobrevive en la televisión pública el programa de Punset, “Redes”, y algún pequeño intento en alguna televisión autonómica. Incluso el intento de Atlantia, hace año y medio, fue un fiasco: en la Primera Cadena de TVE lo emitían de madrugada, mientras que a las 8 de la tarde ponían un programa de una hora de... ¡¡¡Rappel!!!
De las privadas, mejor no hablar. Asumen que “la ciencia no vende”, y no se molestan siquiera en imaginar lo que podría ser un programa televisivo triunfador al estilo dela revista MUY INTERESANTE, que es el paradigma de éxito editorial que cualquier economista desearía administrar, en el campo de la publicaciones mensuales.
La radio pública tiene algunos intentos meritorios, sobre todo Radio Nacional en alguno de sus canales. Pero su programación es bastante calcada, en esencia, de la de las radios privadas. y en éstas escasean los programas de ciencia –en la SER hay uno de un cuarto de hora semanal,los domingos a las 7,30 de la mañana-. Mientras, otros programas deformativos culturalmente y gravemente antieducativos son anunciados a bombo y platillo y emitidos dos veces por semana, con todo lujo de medios a su disposición; por ejemplo, en la misma cadena SER, el programa Milenio Tres, que si no fuera por lo lamentable de sus propuestas, podría ser considerado como un excelente programa... de humor.
Por cierto, buen ejemplo de lo que las televisiones privadas fomentan es el de una de las más recientes, además perteneciente a un grupo editor serio y habitualmente bien conceptuado por su apoyo a la cultura y la información veraz, el grupo PRISA. La cadena Cuatro también publicita un programa similar al de la SER, con el mismo presentador-director, sobre misterios bobalicones y casas encantadas, como si fuera el paradigma de lo que la gente debiera saber. Todo un oprobio para una empresa que se caracteriza habitualmente por una línea editorial seria y coherente.
Hay quien afirma que lo que no sale por la tele, sencillamente no existe. Quizá sea un poco exagerado, pero es obvio que el poder de los medios audiovisuales es enorme, y que no se puede establecer una política de apoyo a la cultura científica si no se cuenta, implícita o explícitamente, con la televisión. Y no en horarios indecentes y en canales de tercera división, sino en las televisiones de titularidad pública y en horarios consecuentes, al menos de “second time” (o sea, antes o después de los horarios de máxima audiencia). En cambio, proliferan en todas las emisoras programas de supuesto periodismo de investigación en torno a la vida de los famosos, incluídos los famosos delincuentes o los delincuentes famosos, según que hayan sido lo uno o lo otro antes o después. Y abundan los programas dedicados al mundo de lo “desconocido”, o sea lo fantasioso disfrazado de realidad. Y programas alarmistas y escasamente favorecedores de la concordia nacional... Mientras brillan por su ausencia los programas que difunden cultura asequible para la mayoría de la población.
No queremos con esto decir que la televisión sea la culpable de la incultura y la desinformación en torno a la ciencia, pero sí que no contribuye en casi nada a mejorar la situación. Y que resulta incomprensible que, tras veinte años de aquella esperanzadora Ley de la Ciencia, no haya habido ningún apoyo decidido por parte de las televisiones públicas a que en sus programaciones se incluyan abundantes elementos educativos, divulgativos y formativos, realizados con amenidad, dirigidos a todos lo públicos y, consecuentemente, emitidos en buenos horarios. Salvo la honrosa excepción de La 2, siempre minoritaria a pesar de su calidad muy superior a la media.
Tampoco ha habido por parte de las autoridades estatales un apoyo claro a los centros de ciencia interactivos, a pesar de que la experiencia de otros países mostraba su pujanza a la hora de servir de acicate para la curiosidad de los ciudadanos, fuera cual fuese su edad y su nivel cultural. Estos centros pueden además ser utilizados como complemento sumamente útil de la enseñanza reglada. No hay que olvidar que el primer centro interactivo del mundo exclusivamente destinado a este tipo de museología novedosa, informal y divergente fue el Exploratorium de San Francisco, obra de un profesor de física, Frank Oppenheimer, preocupado por la enseñanza efectiva y divertida de las ciencias a todos aquellos que no iban luego a estudiar ciencias ni a ejercer como científicos en su vida profesional. O sea, la enseñanza de la cultura científica.
Menos mal que algunas autoridades políticas, locales o autonómicas, sí vieron la posibilidad de conseguir algunos logros de tipo cultural a través de este tipo de centros. Destaca al respecto la iniciativa del Ayuntamiento de La Coruña, que antes incluso de la Ley de la Ciencia cuyo cuarto lustro celebramos ahora, ya abría sus puertas, siguiendo el pionero ejemplo de la Caixa de Barcelona, que en la programación cultural de sus Obra Social había incluído un año antes un museo interactivo de ciencia, el Museu de la Ciència. Hoy, la capital coruñesa dispone de tres museos científicos, y se ha convertido en referente de la divulgación científica a través de esta poderosa herramienta, y con el apoyo exclusivo del ayuntamiento de la ciudad. Gracias, todo hay que deecirlo, al impulso personal de dos amigos de infancia, el uno alcalde –Francisco Vázquez, hoy Embajador de España ante la Santa Sede- y el otro científico y profesor –Ramón Núñez, que fue el fundador, y primer (y hasta ahora único) director de los museos científicos coruñeses-.
Sin apoyo alguno de las autoridades estatales, otros museos siguieron la estela del museo barcelonés, perteneciente a una entidad privada (caja de ahorros), y del coruñés (de titularidad municipal). Y hoy existen muchos otros centros de ciencia interactivos, municipales como los de Coruña (como por ejemplo los de Valladolid, Murcia, Logroño y las dos capitales canarias, a través de los Cabildos -en Tenerife, además, con el apoyo del Instituto de Astrofísica-), autonómicos (como los museos de Valencia y Cuenca, o el Planetario de Pamplona), y mixtos, como el Parque de las Ciencias de Granada (en el que participan la Comunidad Autónoma, el Ayuntamiento, el CSIC, la Universidad e incluso dos cajas de ahorro). Es más, la Kutxa de San Sebastián, siguiendo el ejemplo de la Caixa, también montó su “Kutxaespacio”, similar a los dos “Cosmocaixa” que en Madrid y Barcelona han sucedido al pionero Museu de la Ciència barcelonés.
Aunque la Ley de la Ciencia en estos veinte años ha pasado por diversos avatares, y de ningún modo ha sido utilizada para potenciar la cultura científica en televisión ni en los centros de ciencia interactivos, lo cierto es que aquí sí se ha visto el impulso de la sociedad civil. Y a través de Cajas de Ahorro, Ayuntamientos o Autonomías hemos podido observar cómo millones de personas entran cada año a esos centros interactivos recibiendo, mucho o poco, que eso se le deja siempre al albedrío del visitante, un mensaje de inquietud cultural en torno a la ciencia. Invitándole a realizar experimentos por sí mismo, a sentir sensaciones nuevas, a reflexionar, a adquirir espíritu crítico... A aprender, en suma, que en la Naturaleza no existen las asignaturas, que la ciencia como cultura no sólo es bastante fácil y divertida, sino que es una fuente de placer, de adquisición de criterio, de goce incluso de unos elementos tecnológicos que en el mundo de hoy, por desconocimiento, más tememos que aprovechamos.
Finalmente, una breve alusión a las seudociencias. Es difícil pensar que un país es culto, tanto en lo artísticoliterario como sobre todo en lo tecnocientífico, si en él proliferan y gozan incluso de estima social las actitudes de apoyo a las falsas ciencias, a las magias, a todas esas conductas confusas y siempre teñidas de mercantilismo y engaño que podríamos englobar bajo el término “mancias”.
Y muy especialmente, las seudociencias, que se disfrazan con un lenguaje y unas actitudes falsamente científicas -la investigación, la duda, el reconocimiento de lo que ignoramos, el vocabulario supuestamente técnico, etc- para defender posturas fantasiosas, desprovistas de la más mínima credibilidad y rozando lo grotesco: manchas de humedad en una pared que se hacen pasar por mensajes del más allá, ovnis visitantes que seducen y “abducen” a muchas personas que luego nos cuentan sus experiencias en lejanos planetas, fantasías en torno a la aventura espacial –el hombre no llegó a la Luna, fue un montaje de Hollywood; hay bases extraterrestres en Marte y la NASA lo sabe; el hombrecillo de Roswell era un extraterrestre al que le hicieron la autopsia (y no un burdo muñeco de plástico); los círculos en las cosechas de cereales son mágicos y realizados por naves de otras civilizaciones, como las figuras de Nazca y otros lugares antiguos; incluso el delirio de asimilar los libros sagrados a aventuras de astronautas de otros planetas-, experiencias cuasimísticas en torno a las llamadas “paraciencias”, y esencialmente la parapsicología, posibilidad de mover con la mente y a distancia objetos, y demás fantasías que podríamos muy bien llamar, simplemente, bobadas.
Promover la cultura científica es también denunciar esas actitudes, mostrar lo que tienen de engaño, de delirio incluso. Es tarea de los científicos, de los comunicadores... y de las autoridades. Sobre todo, de las autoridades. Otra de las asignaturas pendientes.
Lástima que después de veinte años muchas de las cosas buenas que tuvo aquella Ley de la Ciencia se quedaran a medias, y otras que pudieron haberse desarrollado posteriormente nunca llegaron a ver la luz. Hemos señalado tres aspectos, al que habría que añadir un cuarto, relacionado con el apoyo público a los comunicadores y divulgadores de la ciencia para el gran público –en museos, desde luego, pero también en los medios de comunicación, en la edición de libros y revistas, etc.-, que quizá en un futuro próximo debieran estar en agenda política de nuestras autoridades, tanto europeas, como nacionales, autonómicas e incluso locales.
Ojalás este recordatorio, algo teñido de nostalgia, de una excelente ley que luego evolucionó peor de lo que esperábamos, sirva de nuevo punto de partida para mejorar lo que no se hizo del todo bien, y para potenciar aquello que iba y va por buen camino.






Manuel Toharia, es colaborador del Programa "Las Huellas de la Memoria"