Con Plácido conversando ante una de las jaulas donde se recuperan varias especies de aves.
Plácido lo tenía muy claro desde niño, aunque el nacer en plena Marisma de Doñana muy probablemente le condicionó para tener interés por el medio natural que le rodeaba. Proveniente de una familia de generaciones de guardas del hoy Parque de Doñana, Plácido aprendió pronto a vivir y adaptarse a un medio hostil para la mayoría de la ciudadanía que hoy recorre las tierras de marismas, dunas, y matorral a través de pasarelas y otras comodidades, incluidos los todoterrenos.
Ambos paseando por Cañada de los Pájaros
Plácido tuvo la fortuna de conocer el Coto de Doñana todavía en su mejor época contemporánea, casi selvática, enigmática y ajena a la tecnocracia que también ha ido metiendo su zarpa con eso que llaman hoy “gestión natural” del entorno.
Su familia estaba vinculada a Sanlúcar de Barrameda, y aún lo está. De hecho, toda la prole de "Los Clarita" pertenece principalmente a Sanlúcar de Barrameda, aunque criados en las Nuevas. Pero no es esto una biografía de Plácido, quien con tanto empeño, y con su mujer Maribel Adrian, fueron capaces de crear el sueño de sus vidas. Estar rodeados de aves acuáticas y contribuir a la recuperación en el medio natural de especies que estaban en un serio peligro de extinción. Empezaron con la Focha moruna o cornuda (Foluca cristata), y continuaron con otras especies difíciles de criar en cautividad, casos de la gaviota picofina, la cerceta pardilla, garcilla cangrejera, y otras tantas.
La Focha cornuda o moruna, la primera especie que Plácido logró criar en cautividad para después reintroducirla en diferente medios acuáticos de nuestra geografía.
Pero la característica principal de Plácido ha sido siempre su gran capacidad para la etología. Conoce el comportamiento de las aves acuáticas como pocos, pero ha preferido alejarse del mundanal ruido, de las reuniones de oficinas, de la infinita burocracia, para centrarse en observar el comportamiento de los ánsares, en reconocer en vuelo a un ejemplar concreto-no una especie-, en percibir la ausencia en una invernada de un ejemplar de cigüeñuela o garza real, en hablar y entender el lenguaje de las aves. A veces me quedo observándole y no sé cómo sería en el día a día el nobel austríaco y padre de la Etología Konrad Lorenz, pero por lo que he leído de su biografía no se aleja mucho del quehacer del biólogo sanluqueño. La Reserva Natural Concertada “Cañada de los Pájaros” en Puebla del Río (Sevilla) ha sido su vida desde el año 86. Recuerdo aquellos primeros tiempos de dificultades, donde le echábamos una mano como podíamos. Recuerdo noches en un sofá rodeado de crías de lechuza y de calamones. De cómo llegó a convertir y rehabilitar una antigua gravera abandonada en todo un paisaje cromático. Es tímido, puede aparentar una actitud huraña, pero es un hombre lleno de cariño hacia los suyos. A él le debo todo lo mucho o poco que soy, porque no hay mejor aprendizaje que el espontáneo. Me advertía hace pocos días que le atraía como nunca la arboleda, el silencio de las ramas o el murmullo al atardecer bajo las especies que ha ido plantando en la Cañada.
Tuvo el apoyo de mucha gente, algunos referentes comúnes se nos han ido cayendo, pero recordamos con cariño el coraje y la humildad de Tono Valverde, otro gran científico al que se le ha hecho poca justicia en este país tan dado a menospreciar a los grandes investigadores heterodoxos.
Recuerdo cuando Plácido se interesó por hacerse con la gestión de la Laguna de Tarelo, pues hubiera sido un excelente proyecto para Sanlúcar de Barrameda. Pero la Cañada le absorbía por completo, además de sus anillamientos de los flamencos de Fuente de Piedra (Málaga). Muchos han intentado que se haga cargo del Parque Nacional de Doñana, donde no duraría ni un rato porque ese mundo no es el suyo, el de las hipocresías, puñaladas traperas y otras condiciones humanas que degradan la honradez. Su calidad humana le ha hecho tener grandes amigos en todos los lugares del Planeta. Y Sanlúcar de Barrameda tiene una deuda con la primera persona que fue capaz con escasísimos medios de criar en cautividad la focha cornuda, cosa que la Administración con grandes presupuestos nunca fue capaz. Y quien enseñó a muchos sanluqueños a querer y a preocuparnos hasta por los erizos.
Para los interesados en visitar la Reserva Natural “Cañada de los Pájaros” pueden consultar la web: Reserva Natural Concertada "Cañada de los Pájaros"
Plácido con Maribel junto al Profesor José Antonio Valverde, en uno de los días especiales de liberación de ejemplares criados en cautividad en "Cañada de los Pájaros"
Manuel J. Márquez Moy
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