Desde niño me ha atraído la historia y la arqueología. Asistí de adolescente colaborando en lo que podía con Mª Luisa Lavado en las excavaciones de las Covachas, el Cortijo de Évora siempre ha sido todo un paraíso para mí, gracias a las deferencias que tuvo conmigo siempre Antonio León Manjón, y Mesas de Asta, Doña Blanca y la Sierra de San Cristóbal con Diego Ruiz Mata. En fin, Tartessos, el eterno debate, enriquecedor, sesudo a veces, pero apasionante. Lo que empieza a cansar son las estrategias que muchos buscan con tal de recibir subvenciones para justificar campañas de excavaciones. No sé si hace tres años con la Atlántida en Doñana y ahora este nuevo asunto darán por fin resultados que comprendo que son arduos y difíciles.
El alemán Adolf Schulten, quien a principios del siglo XX recuperó las nuevas investigaciones sobre Tartessos basándose en la literatura clásica y bíblica, sin muchos resultados. (arriba, en la foto)
Parte del Tesorillo en la Algaida en Sanlúcar de Barrameda, totalmente abandonadas por el Ayuntamiento. Concretamente esta imagen pertenece a una antigua fábrica de salazón romana, y según otros a un taller de carpinteros de ribera que estaría situado a orillas de uno de los brazos del Guadalquivir.
De nuevo salen estos día en la prensa nuevas teorías que indican que hubo población protohistórica en las marismas de Doñana, especialmente en las de Hinojos, según revelan los análisis con métodos de último diseño realizados por la Universidad de Huelva, la Fundación Hogar del Empleado (Fuhem) y el CSIC. Desde hace 10 años, dice uno de los investigadores, se está revisando la historia geomorfológica de todo el área, donde siempre se dijo que estuvo ocupada por el mar, y posteriormente por el popular Lago Ligustino, que llegó a tener en época romana 180.000 hectáreas. El francés Menanteau y el lebrijano Gavala quizás son los geólogos que más han aportado en época contemporánea al estudio de la geología de todo esta zona de la desembocadura del Guadalquivir. Comento todo esto porque no es de extrañar que seguramente, y se ha podido constatar sin tantos aparatos que no desestimo en absoluto, que bajo las aguas de Chipiona y Sanlúcar pudo haber seguramente una población protohistórica, gracias a la constatación que hizo Ginés Sáez Hernández comandando un equipo de buceadores, el cual afirmaba que Adolf Schulten no se le ocurrió buscar donde hoy hay agua, sólo en el Cerro del Trigo.
Entre tanto movimiento sedimentario de arcillas, y arenas durante los últimos tres mil o cuatro mil años, no es de extrañar que haya bastantes restos por toda esta zona de Doñana y Sanlúcar. Mientras tanto nuestro "Tesorillo" en la Algaida sigue abandonado a su suerte. Ramón Corzo Sánchez, el que realizó la campaña más profunda y extensa de excavaciones después del jerezano Estéve Guerrero, nunca llegó a publicar su informe y memoria de todo lo encontrado, aunque se aventuró a señalar que debía haber muchos más restos en las diferentes dunas de la Algaida, cosa que nunca se le ha discutido.
Vuelvo con eso al asunto del Patrimonio Histórico, que ya expuse hace unos años. Haciendo un paralelismo con los espacios naturales protegidos, estos tienen sus agentes de Medio Ambiente. El Patrimonio Histórico debe tener también sus Agentes específicamente dedicados a controlar, inspeccionar, y rondar por todo lo que son BICs y sus cascos históricos, con las diferentes casas o edificios catalogados. Controlar cualquier movimiento extraño. Porque para que desde la Delegación Provincial de Cultura de la Junta vengan a "certificar" la muerte de un edificio, daño ya irreparable, no me basta, ni tan siquiera con una multa al constructor o promotor, sin entrar en las actividades mafiosas de políticos y demás tramas urbanísticas o cuando no, se te cuela en el Aula de Investigación Histórica Gerión, trepas o expoliadores que vienen a husmear con nombres y apellidos, a ver cómo pueden sacar información para sus triquiñuelas.
En todo el casco histórico, según la Ley, antes hay que hacer catas arqueológicas, aquí nada de nada, si se encuentran algo de valor para la historiografía de la tierra ya sabemos a dónde van a parar.
Tartessos en Huelva, en Sanlúcar, en Jerez (Mesas de Asta), en Sevilla, una antigua disputa, cuando la metrópolis, si la hubo, puede estar en todo el área del Bajo Guadalquivir, eso no quita evidentemente que se siga investigando, pero sin intereses políticos, que al final llegamos a lo mismo.
Cartel que anuncia la importancia del área arqueológica del Tesorillo, abandonadas, donde según Ramón Corzo pudo estar uno de los antiguos templos de Lux Dubiae, la Luz Dudosa, dedicado a Venus. (arriba en la foto).
Manuel J. Márquez Moy
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