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lunes, mayo 28, 2007

EL PP PIERDE LAS ELECCIONES POR ANTIPÁTICOS

(A D. Miguel Parro Albarrán, hombre de principios como pocos)

Trasladándolo a este concepto, y con toda las metáforas que quieran ustedes introducirle al titular, dicen que lo peor de ser antipáticos es serlo y parecerlo. En la antipatía va incluída una gestión caótica del erario público, una crispación casi constante y asuntos demasiado turbios para una población ya muy castigada con denuncias ante la Fiscalía Anticorrupción de por medio, no sólo de los partidos políticos sino del propio Defensor del Pueblo Andaluz, y bastantes casos judiciales por cuestiones políticas y económicas.






La próxima alcaldesa de Sanlúcar Irene García, atiende las numerosas llamadas al final del escrutinio cuando ya eran inamovibles los 11 concejales conseguidos por el PSOE. Al fondo Manuel Vital Gordillo (último alcalde en alcanzar también 11 concejales) conversa con Luis García Garrido.







Desde que se constituyeron las mesas electorales con la amanecida, ya se notaba en el ambiente el nerviosismo de ciertos interventores pertenecientes a algunos partidos de los que se presentaban a estos comicios municipales. Alguien del PP, que se suponía experimentada en estas lides, apelaba a que sus papeletas tenían más derecho que otras a estar en un lugar privilegiado de la cabina porque su partido tenía representatividad municipal y no otros.! Menudo esperpento!. Alguno de AS sacaba de quicio a la Presidenta de la Mesa por la posición de sus respectivas papeletas. En definitiva, desde las 8.30 de la mañana hasta ya avanzada la tarde la gente se lanzaba a las calles participando más que en las últimas elecciones municipales. Todos hacían sus cábalas. En fin, la izquierda moderada daba todo un vuelco electoral al PP.

La antipatía que había alimentado el equipo de gobierno en la legislatura, y más desde la desaparición de la cara amable del PP, Juan Rodríguez Romero, situaron a Laura Seco y su equipo en una situación incómoda, cosa que se venía venir incluso Pedro Gómez. La antipatía que despertaba día a día entre una gran parte de la población, con sonrisas postizas los concejales gobernantes y una campaña desmesurada y derrochadora para tapar presuntas vergüenzas no fueron suficientes. Sólo el apoyo de sus incondicionales funcionarios de empleos, y ni tan siquiera de los históricos de la derecha sanluqueña más rancia, pudieron salvar la debacle de los populares por una gestión pésima y llena de maquillaje y prepotencia en asuntos básicos para la ciudad que no llegaron a saber resolver con suficiente capacidad.





Al otro lado estaba un grupo de partidos que esperaban la confianza de los sanluqueños para cambiar de aires el tufo contaminante del Palacio Municipal. Muchos tenían sus dudas, pero no quedaba otra alternativa que una joven Irene García (PSOE) que había demostrado capacidad de gestión en Diputación principalmente y había volcado horas interminables en escuchar a los ciudadanos de todas las opciones después de salir airosa de las convulsiones internas de su propio partido demostrando también una transmisión innata. Ese camino de recorrer hasta el camino más hondo ya se lo conocía un Prats andalucista avasallador que sabía que su mejor aval era su populismo.




La Mesa del Censo situada en el Ayuntamiento para las reclamaciones el día de la jornada electoral.








Al PSA, es decir a Rafael Terán, el político honrado, por aclamación popular, tuvo que ser sacrificado por el voto útil hacia el PSOE. Algunos afirman que se equivocó de Partido, o quizás no es un político al uso. Demasiado honrado. Las contradicciones de esta vida.

Juan Marín es el eterno sospechoso por sus coqueteos con varios partidos, pero le acompañan en la lista gente que garantizaba una mayor confianza en este grupo de Independiente, quizás el partido más beneficiado de los descontentos con el PP.

Para finalizar, ahora toca un más difícil todavía cuando se abran las puertas y ventanas del Palacio y las gerencias, a ver cuanto tiempo se tarda en ventilar de aire fresco tanto olor podrido, no en Dinamarca, que diría Hamlet, sino nada más y nada menos que en Sanlúcar de Barrameda.


Manuel J. Márquez Moy






1 comentario:

  1. Anónimo2:35 p. m.

    Muy buen articulo Moy, en el pueblo se respira ya otro ambiente de optimismo, gracias sanlucar.

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