domingo, agosto 07, 2022

LOS INCENDIOS FORESTALES SE APAGAN EN INVIERNO

 

Andamos todos desolados cuando España arde casi de punta a punta con numerosos incendios forestales. Es cierto que cada uno tiene su característica propia, según la orografía del terreno y las condiciones meteorológicas que se den en cada momento del su desarrollo. Tras muchas experiencias con incendios forestales extinguiéndolos de manera activa como voluntario en la zona de Doñana, con manguera en mano echando agua a presión en los recovecos del monte y tras hablar durante años con  agentes forestales y gente que vivía de los montes uno aprendió normas básicas.  Cuando los incendios forestales queman nuestros montes en España   hay que tener en cuenta que son vitales los diez, quince primeros minutos para que lleguen los dispositivos contraincendios, después vienen las complicaciones y se extiende el fuego irremediablemente.

Lo que repetimos muchas veces los que andamos en estos asuntos ecológicos de que los incendios forestales se apagan en invierno quiere decir que en invierno es cuando hay que limpiar la maleza  de los montes, no se refiere al sotobosque que le da biodiversidad a los montes. Utilizo la expresión montes, aunque puede ser extensiva a bosques variados de España, los mediterráneos y los atlánticos, los primeros más adaptados a tiempos de severas sequías desde tiempos inmemoriales, de ahí que haya incluso especies vegetales que desarrollaron mecanismos resistentes a los incendios que de forma natural se sucedían en tiempos pretéritos y los segundos, los atlánticos, más propios de la antes llamada España húmeda. Pero sea en un lugar u otro con los años, la maleza, herbáceas, que con la sequía se secan y se convierten en inmenso combustible para cuando se sucede un incendio en verano, hay que ir limpiándola y quitándola, además de abrir los llamados cortafuegos, imprescindibles espacios abiertos o claros entre masas de bosques espesas para aliviar cuando el incendio hace su aparición para que tenga lugares donde se pueda frenar el fuego. Pero hoy día llega el verano y ni se ha limpiado la maleza ni se han abierto los cortafuegos, sino que cuando el incendio está encima se trata de hacer ambas cosas de forma desesperada por lo que los bomberos no dan a basto ya que o se centran en el virulento fuego o en abrir esos cortafuegos y la laboriosa tarea de limpiar de maleza seca la zona y eso ante  altísimas temperaturas a las que están expuestos Otra cuestión amplia a tratar es la influencia del cambio climático y los incendios forestales. Pero eso lo trataremos en otro momento.

 

Por otro lado hay que tener preparado un exhaustivo plan contra incendios forestales para cada municipio, Comunidad Autónoma  y uno Nacional que recoja puntos de agua que se puedan aprovechar y planifique la coordinación entre todos los recursos humanos y características de cada terreno, suelo, especies vegetales matorrales y arbóreas en cada lugar del monte. Hay que señalar que hoy día se habla mucho de que nuestros montes están despoblados, abandonados, no ya solo por la posible dejadez de ciertas  administraciones públicas, sino porque antes había mucha gente que vivían de nuestros montes, piñeros, resineros, colmeneros leñadores, ganaderos, carboneros, y un largo etcétera de personas que vivían de los montes y ellos eran los mejores vigilantes que tenían, porque procuraban tener todo en orden, en condiciones en los montes para hacer uso y aprovechar lo que los bosques les proporcionaban. Hoy,  bien porque fueron expulsándolos al llegar la estricta protección por medio de Parques Nacionales o Naturales. Espacios Protegidos al fin y al cabo, o porque por quedarse sin sus trabajos tradicionales contribuyeron a la  hoy llamada España vaciada. 


Un momento de un incendio forestal a ras de suelo                                                                                   


Y para finalizar es cierto que muchos incendios se producen de manera intencionada, por negligencias, despistes, tormentas secas por un rayo, pero la característica principal de los intencionados se  nota cuando hay varios focos. Pero no se me olvida que en una ocasión conversando con un antiguo furtivo me mostró de manera práctica que una colilla mal apagada no es lo que produce realmente un incendio forestal, aunque no hay que dejar de recomendarlo que no se fume en estas zonas, además de todas las que se hacen de manera habitual cada año. Aun así hay que agradecer el enorme trabajo que realizan todos los bomberos, agentes, UmE y todos los que participan en la extinción de los fuegos forestales, pilotos de avionetas, helicópteros, autoridades . Es importante la coordinación entre las administraciones públicas y realizar una efectiva gestión forestal de nuestros montes y no esperar a que los incendios los tengamos encima con llamas incontrolables.


Manuel J. Márquez Moy, Especialista en Educación Ambiental

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