Nueva lista de los "Enemigos de Internet"
Web 2.0 versus Control 2.0
La lucha por la libertad de información es cada vez más frecuente en Internet. La tendencia general es que un número cada vez mayor de países refuerce el control, frente a un crecimiento de la capacidad de movilización de los internautas, siempre más creativos y solidarios.
Internet, espacio de intercambios y movilizaciónEn los países autoritarios, donde los medios de comunicación tradicionales son controlados por el régimen, Internet ofrece un espacio único de discusión y de intercambio de información, también funciona como motor de la contestación y la movilización. Internet es una especie de crisol en el que sociedades civiles asfixiadas renacen y se desarrollan.
Los nuevos medios de comunicación y sobre todo las redes sociales, han puesto a disposición de la población herramientas de colaboración que permiten cuestionar el orden social. La juventud se los ha apropiado. Facebook se ha convertido en el lugar de reencuentro de los militantes que no pueden salir a la calle. Un simple vídeo en YouTube –de Neda en Irán o de la marcha de color azafrán de los monjes birmanos– puede bastar para mostrar al mundo entero los abusos de los gobiernos. Una simple llave USB puede permitir la difusión de información prohibida, como sucede en Cuba, donde éstas se han convertido en las samidzats locales.
Los intereses económicos y la defensa de la libertad de circulación de la información a veces van acompañados. En algunos países son las empresas quienes han tenido un mejor acceso a Internet y a los nuevos medios de comunicación, en ocasiones con repercusiones positivas para el resto de la población. Siendo un obstáculo para los intercambios económicos, la censura de la Web debería figurar en la agenda de la Organización Mundial del Comercio. A varios miembros de ésta, incluidos China y Vietnam, se les debería obligar a abrir sus redes de Internet antes de unirse a la aldea global del comercio mundial.
Retomar el control
La época en la que Internet y los nuevos medios de comunicación constituían un campo reservado a los disidentes y opositores ha terminado. La emergencia de las nuevas tecnologías y la aparición de un nuevo escenario de debate público tomaron desprevenidos a los dirigentes de algunos países. La toma de consciencia fue brutal cuando las “Revoluciones de colores” se convirtieron en “Revoluciones Twitter”. Ya no es cuestión de ceder el control del ciberespacio a las voces discordantes. Censura de contenidos políticos o sociales gracias a las últimas herramientas tecnológicas, arrestos e intimidaciones de internautas, vigilancia omnipresente y fichaje destinados a poner en peligro el anonimato de los internautas: los gobiernos represivos han pasado a los hechos. En 2009 unos sesenta países ejercieron algún tipo de censura de la Web, el doble que el año anterior. La World Wide Web se está quedando cada vez más pequeña frente a la creación de intranets nacionales, con un contenido “validado” por las autoridades: UzNet, Chinternet, TurkmenNet, etc. Poco les importa a los dirigentes si cada vez más disidentes son víctimas de una segregación numérica. La Web 2.0 se enfrenta al Control 2.0.
Unos cuantos países, como Corea del Norte, Birmania o Turkmenistán, pueden permitirse un aislamiento total de la World Wide Web. La falta de desarrollo de la infraestructura les sirve de pretexto. Sin embargo, el mercado negro de las telecomunicaciones prospera, por ejemplo en Cuba o en la frontera entre China y Corea del Norte.
Los internautas pagan las consecuencias de esta creciente represión. Por primera vez desde la creación de Internet, cerca de 120 blogueros, internautas y ciberdisidentes se encuentran detrás de las rejas por expresarse libremente en línea. Las mayores cárceles del mundo para los internautas son China, que encabeza la lista con 72 detenidos, seguida de Vietnam e Irán, que en los últimos meses emprendieron brutales oleadas de arrestos.
Otras naciones que no tienen estrategias de control o represión del Net han detenido a internautas durante los últimos meses. En Marruecos, un bloguero y un dueño de cibercafé fueron encarcelados por autoridades locales. Habrían evocado la represión de una manifestación que terminó mal. En Azerbaiyán, el gobierno tiene en la mira a Adnan Hadjizade y a Emin Milli, dos blogueros que denunciaron la corrupción de las autoridades y se burlaron de ellas en un vídeo emitido en YouTube. Cuatro periodistas en línea también están detrás de las rejas en Yémen. Aún es demasiado pronto para saber si esos arrestos son casos aislados o si se trata de una toma de control de los nuevos medios de comunicación.
Cada vez más Estados crean legislaciones represivas y empiezan a aplicarlas. Es el caso de Jordania, Kazajstán, Afganistán e Iraq. Las democracias occidentales no escapan de esta lógica de regulación del Net. En nombre de la lucha contra la pornografía infantil o por el respeto del derecho de la propiedad intelectual, leyes y decretos fueron adoptados o están revisándose en Australia, Francia, Italia y Gran Bretaña. A nivel internacional, el acuerdo ACTA, destinado a luchar contra la falsificación, se negocia de manera confidencial, sin consultar a las ONG ni a la sociedad civil. Podría instaurarse medidas que potencialmente atentan contra la libertad, como la instauración de un sistema de filtrado no sometido a una decisión de justicia.
Los países escandinavos toman un camino distinto. En Finlandia, el decreto nº 732/2009, que entrará en vigor el 1 de julio de 2010, convierte el acceso a Internet en un derecho fundamental de todos los ciudadanos. Conforme a dicho texto, cada ciudadano deberá beneficiarse de una conexión de por lo menos 1 megabit. En 2010, deberá ser como mínimo de 100 megabits. Por su parte, el Parlamento islandés examina actualmente una propuesta de ley ambiciosa, “Icelandic Modern Media Initiative” (IMMI), destinada a proteger las libertades en la Internet, garantizando así la transparencia y la independencia de la información. En caso de adoptarla, Islandia se convertiría en un paraíso cibernético para blogueros y los periodistas que trabajan en la red.
La respuesta de los internautasLa ciberguerra entre internautas y autoridades represivas se basa en la eficacia de las armas puestas a disposición de cada uno: sistemas de filtrado y vigilancia cada vez más competentes contra la encriptación de los e-mails, así como proxies y herramientas para evadir la censura cada vez más sofisticados (Tor, los VPN, Psiphon, UltraReach, etc.). Estas tecnologías se han desarrollado gracias a la solidaridad de internautas del mundo entero. Miles de iraníes usan, por ejemplo, proxies destinados a los internautas chinos.
Las presiones internacionales también cuentan. Los intereses geoestratégicos de las grandes potencias también se expresan en la Web. En enero de 2010 Estados Unidos elevó la libertad de expresión en Internet a la categoría de prioridad, por encima de su política exterior. Queda ver cómo el país aplicará esa estrategia en sus relaciones exteriores y cuál será la reacción de los países concernidos.
Aislados, los internautas, los disidentes y los blogueros son vulnerables. Por lo tanto, empiezan a reunirse en asociaciones o en función de las luchas que desean emprender. Así nacieron una asociación de blogueros rusos y otra de marroquíes, grupos de internautas bielorrusos que lanzan campañas contra las decisiones del gobierno, otro de blogueros egipcios movilizados contra la tortura o el coste de la vida, y también internautas chinos que organizan cibermovimientos a favor de los manifestantes iraníes en Twitter. Ya sean causas nacionales o mundiales, sus luchas tienen resonancia y definirán el rostro que Internet tendrá mañana. La resistencia se organiza.
Los enemigos de Internet 2010
La lista de los enemigos de Internet establecida por Reporteros sin Fronteras reúne de nuevo este año a los principales países que violan de la libertad de expresión en la Web: Arabia Saudí, Birmania, China, Corea del Norte, Cuba, Egipto, Irán, Uzbekistán, Siria, Túnez, Turkmenistán, Vietnam.
Algunos de estos países buscan impedir a toda costa que sus ciudadanos tengan acceso a Internet : Birmania, Corea del Norte, Cuba y Turkmenistán. En otros, los obstáculos técnicos y financieros se conjugan con el control de Estado y la existencia de un Intranet muy limitado. Cortes de la Red o disminución de la velocidad son moneda corriente en épocas de disturbios. Arabia Saudí y Uzbekistán optan por un filtrado masivo e incitan a sus internautas a la autocensura. China, Egipto, Túnez y Vietnam apuestan por una estrategia de desarrollo de infraestructura con un objetivo económico, pero controlando siempre de cerca el contenido político y social (los sistemas de filtrado chinos y tunecinos son cada vez más sofisticados), mostrando así una gran intolerancia de las voces críticas. La grave crisis interna vivida por Irán desde hace meses hace caer en su trampa a los internautas y a los nuevos medios de comunicación, convertidos a su vez en enemigos del régimen.
Entre los “países bajo vigilancia” se encuentran algunas democracias. Australia, por la próxima implantación de un sistema avanzado de filtrado de la Web, y Corea del Sur, donde leyes muy estrictas controlan a los internautas, cuestionando su anonimato e incitando a la autocensura.
Turquía y Rusia también están en la lista de “países bajo vigilancia”. En Rusia, después del control ejercido por el Kremlin sobre la mayoría de los medios de comunicación, la Internet se ha convertido en el espacio más libre de intercambio de información. Mas su independencia está amenazada por arrestos y persecuciones a blogueros, así como por bloqueos de sitios “extremistas” que no siempre lo son. La propaganda del régimen está cada vez más presente en la Red. Existe un verdadero riesgo de que la Internet se convierta en una herramienta de control político.
En Turquía, los temas tabús giran principalmente en torno a Ataturk, el ejército, la cuestión de las minorías (kurda y armenia principalmente) y la dignidad de la Nación. Por esa razón, miles de sitios como YouTube, están bloqueados, lo que suscita protestas. Los blogueros e internautas que se expresan libremente sobre esos temas se exponen a represalias, sobre todo judiciales.
Otros países, entre los que se encuentran los Emiratos Árabes Unidos, Bielorrusia y Tailandia, siguen en la lista de los “países bajo vigilancia”; deberán progresar para no estar en la de “Enemigos de Internet”: Tailandia, por abusos relacionados con el crimen de ofensa, los Emiratos Árabes Unidos a causa de la consolidación del filtrado. Por su parte, el presidente bielorruso acaba de firmar en decreto que regula la Web y atenta contra la libertad, y que entrará en vigor en el verano, unos meses antes de las elecciones.
Reporteros Sin Fronteras