BIBIANA AÍDO, ¿POLÍTICAMENTE INCORRECTA?

La hoy Ministra de Igualdad Bibiana Aído en 2.004, cuando aún era Delegada Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía en Cádiz, durante una de nuestras entrevistas.

Llevaba unas semanas queriendo escribir sobre Bibiana Aído, la Ministra de Igualdad, que tanta polvareda ha levantado en estos últimos días. En un anterior artículo que le dediqué afirmaba que iba a ser una joven que iba a “enamorar” con su compromiso y valentía. No trato de justificar para nada a Bibiana, pero para nada creo que esté en la cuerda floja y que se considere un error por parte de Zapatero de incluirla en su gabinete.
Un diputado socialista, que se ha mantenido en el anonimato, explicaba ayer que en política no se puede o no se debe decir todo lo que se piensa. La verdad es que discrepo con estas declaraciones. Ese quizás es el error, por llamarlo de alguna manera, de Bibiana Aído. Muchas llamadas y correos he recibido de colegas en las que con sorna me advierten con aquello de “!!vaya la que está liando tu amiga Bibiana!!”. Lo que sí estoy seguro es que Bibiana es una militante del inconformismo. Es consciente de las muchas taras o incluso patrones que sutilmente maneja esta sociedad. Y a eso de la Igualdad es que se le necesita dar cuerpo. Yo recuerdo en mis principios dentro del ecologismo en 1.981, que pocos entendían aquello de luchar por la protección de espacios y especies. El ecologismo terminó convenciendo que el Medio Ambiente se merecía una dedicación exclusiva dentro de los gobiernos locales, regionales y nacionales. Se cometieron muchos errores y aún se cometen por parte de nuestros gestores públicos y privados. Además, también se planteó como una disciplina que debía ser transversal a todas, porque tocaba aspectos urbanísticos, culturales, educativos, turísticos, económicos, tecnológicos.

Bibiana se ha encontrado con un Ministerio nuevo, donde los cimientos hay que crearlos, donde hay que definir las competencias, porque está visto que cualquier declaración trastoca perfiles culturales, religiosos, lingüísticos. Es cierto que no ha estado muy acertada su forma de enfocar algunas cuestiones, pero el trasfondo no me negarán que no es “pecata minuta”. Son patrones que hay que abordar si se quieren solucionar problemas como el maltrato o la violencia de género. Yo aún así confío en que Bibiana aprenderá a seguir cuestionando esta sociedad con algo más de tacto en las formas, pero en el fondo seguirá siendo fiel a sí misma y a su compromiso socialista, con lo que seguirá luchando contra las injusticias sociales, a pesar de las críticas que ahora despierta en la población.

Manuel J. Márquez Moy