VIRGINIA MAESTRO, EL NUEVO FENÓMENO MUSICAL, MUSA DE LOS PEDIGÜEÑOS por Manuel J. Márquez Moy

Una fotografía, ya característica de Virginia Maestro , antes de ser Labuat

Llegó como si nada al concurso de la televisión privada española de Telecinco. Sorprendió a propios y extraños con su forma de ser, excéntrica y difícil de encasillar -ay, esa mala costumbre nuestra-. La misma Productora del Programa “Operación Triunfo” se quedó descolocada ante una joven que venía de Sevilla sacando a relucir esa otra expresión de las noches urbanas nacida de los antros y la marginación, del abandono, de las calles desaliñadas con olor a podredumbre y a soledad, a vagamundos y suicidas. Sí, hay un submundo en nuestras ciudades que nace con la noche y se acuesta con el día. Y de ahí salen expresiones que no siempre suenan a flamenco, a desposeídos. También esos submundos tienen una cultura marginal que germina de fracasos y derrotas, donde nace el blues, el soul y los gritos en la pared.

Virginia Maestro quizás también escucha a Camarón, pero ella también cuenta esa otra intrahistoria que normalmente escondemos en las alcantarillas como colillas.

No echen cuenta de Operación Triunfo, porque ése mundo que sale por la pantalla sí es falso e hipócrita. Sólo que Virginia Maestro llegó ahí y conectó con una audiencia que para estas cosas suele ser inteligente. Notan que hay alguien que entre publicidad y publicidad te deja embelesado por su voz personalísima, porque se sale de los cánones, de lo reiterativo, de la vulgaridad disfrazada de Goya; las emociones no entienden de raza, de clases sociales, es un lenguaje universal. Y cuando una emoción es sincera rara vez deja a nadie indiferente.
Y ahí anda “la niña azul” como la bautizó un maestro zen, trayendo por fin aire fresco al panorama musical. Es pura alma desnuda, sonrisa azul de cielo y musa de los pedigüeños. A veces parece que tiene toda la Vida en la mirada.

Un buen maestro de la música, me dijo que a los artistas y a los genios se les descubren cuando aún no han sido reconocidos públicamente. Hoy, y ha costado su tiempo y trabajo, he visto la genialidad de una artista, que ni sé si llenará estadios o garitos, si estará en las listas de los discos más vendidos, pero Virginia Maestro, sin temor a equivocarme es la voz musical que todos llevamos dentro, donde nos reconocemos, pero que sólo pocos privilegiados son capaces de hacerla sonar con melodiosa paz de sueño.

Virginia Maestro es uno de esos raros genios que aparece cada veinte años.

Manuel J. Márquez Moy, Director de la Aventura Humana