Se hace difícil resumir en pocas palabras el manoseo y la prostitución que se hace con el medio ambiente por parte principalmente de políticos y ciertos empresarios. Lo primero que hay que observar es que la ciudadanía en general en un porcentaje bastante alto, por desgracia, no termina de concebir lo que es el medio ambiente y la importancia que tiene. Si esto fuera así se traduciría en hechos constatables de preocupación no sólo de café y congreso, sino en el hábito diario. Es cierto que muchos colaboran con el Planeta en hacerlo más habitable, aunque no sepan muy bien incluso la relevancia de sus conductas depositando basura en contenedores selectivos para papel y cartón, y para otros residuos.
La Administración se supone que tiene que ir por delante de la ciudadanía aportando e “inyectando” educación ambiental en todos los tejidos sociales de diferentes maneras. Lo que ocurre que la Administración está a veces llena de personas que son las que deciden, que tampoco tienen ni idea de por qué el medio ambiente es importante y qué es el medio ambiente. Y no digamos de algunos técnicos.
Hace escaso tiempo que se aprobó en Sanlúcar la “Agenda Local 21”, algo que fuera del círculo de personas que lo han elaborado, no se tiene ni idea de que eso exista. Como la Naturaleza no espera, hay que actuar. Pero esa Agenda Local 21, se ha hecho con una poquísima participación, se ha ido aprobando, hasta que estamos en el proceso de Ejecución. La Delegada de Medio Ambiente, creyendo que es el mejor criterio, va escogiendo de aquí y de allá proyectos que se incluyen en esta Agenda Local 21 y va realizándolos sin más.
La Fundación Doñana 21, que es otra organización fantasma nos viene con los etiquetados a las empresas que cumplen unos requisitos, además de financiar otras cuestiones en toda la comarca de Doñana.
Se agradece que haya organismos que se ocupan de estos asuntos. Lo que más me indigna de todas estas pijotadas es que gastan un dinero que son auténticas fortunas y cada día estamos peor en calidad ambiental. Ya no sólo son los Pinares de la Algaida, que se lo están comiendo como una sopa con tanto tener que justificar presupuestos, y tampoco digamos las Marismas. El medio ambiente de Sanlúcar de Barrameda se ha empobrecido y deteriorado en pocos años y que es para llevar a los responsables políticos y autoridades por omisión del deber a los tribunales. Me alegra ver que haya gente que se preocupe por los vertidos de Uralita, (amianto) de la que todavía está llena Sanlúcar, incluso tuberías.
El Sr. Juan Marín, Delegado de Juventud y Deportes, nos presenta hace poco un taller de Educación Ambiental “para concienciar sobre la importancia de la Algaida”. ¿De qué importancia está hablando?. ¿De la superficie de la Algaida? ¿Del Pinar de Pino piñonero? ¿De la interacción entre currucas cabecinegras y sabinas y jaguarzales? ¿Del nivel freático? ¿Se piensa cuando se actúa en Sanlúcar en las interrelaciones del carril-bici con la colonia de milanos negros? ¿o qué importancia tienen los milanos negros en la cadena trófica?.
El medio ambiente tiene una dimensión mayor que la que intuímos. No es solamente nuestra relación con el entorno. Ya se han hecho centenares de cursos en 15 años que no han llevado a ninguna parte. Ya basta de tantas puntaditas y ya es hora de acoger el medio ambiente con la importancia que se merece, no porque vista más, sino porque es una necesidad urgente y vamos más que tarde. Entender el medio ambiente es entendernos con nosotros mismos y eso es una tarea larga y agradable, que no conoce limitaciones de inauguraciones vacías y de tiempos impuestos por legislaturas.
Manuel J. Márquez Moy, Monitor de Eduación Ambiental especialista en Interpretación del Paisaje.
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