¿ACOSO Y DERRIBO CONTRA EL EQUIPO DE GOBIERNO DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA?

Al igual que yo no le soy simpático a un número indeterminado de gente, algunos componentes del Equipo de Gobierno de Sanlúcar de Barrameda tampoco son santos de mi devoción. Pero aquí no estamos para valorar el nivel de simpatía de unos y otros. En cuanto al Ayuntamiento de Sanlúcar, de todos es sabido que está al borde de la bancarrota, con pocos recursos y una viabilidad económica bastante oscura. Los políticos en general, lo mismo que ciertas instituciones públicas democráticas tampoco viven sus mejores tiempos, después de algo más de 30 años desde la “Santa Transición”, como decía el maestro Francisco Umbral.

Uno se relaciona desde el punto de vista humano y personal con los miembros de la corporación del Ayuntamiento, sean del PP, IU, AS, PA (y me falta Berenguela que sigue sin aparecer por el Consistorio Municipal y con quien no tengo trato alguno).

La situación que vive nuestro Ayuntamiento me recuerda a una carrera de relevos. Han ido pasando el testigo unos a otros desde José Luis Medina Lapieza, Manuel Vital Gordillo, Agustín Cuevas, Juan Rodríguez Romero, Laura Seco, y cuando ha llegado a Irene García, quien le dio el relevo llegó “ajigá” y con un tubo que estaba ya enmohecido y oxidado.

Entiendo que una oposición política en una corporación municipal tiene que ser responsable, pero no sólo ahora. En todo el periodo democrático ha habido tantos personalismos, tantas disputas, que la ciudadanía ya está cansada, y yo más que hastiado, porque se confunde muchas veces la representatividad que deben ejercer los concejales de un porcentaje del pueblo que ha votado a cada partido con otros intereses particulares.

Se han cometido muchos errores desde que Irene García se hizo con el gobierno de esta ciudad. He sido y seguiré siendo crítico con aquellas cosas que no veo acertadas para la colectividad. Pero he de reconocer que Inmaculada Muñoz, como Delegada de Economía y Hacienda está haciendo un esfuerzo ímprobo, exigiéndose mucho a sí misma y a los que la rodean. Lo mismo podría decir de Mª José Valencia en Diputación, y especialmente de una Alcaldesa, Irene García, que se ha encontrado con problemas que se vienen acumulando desde principios de la democracia.

Sinceramente en la última decisión sobre el traspaso de la recaudación de ERESSAN a la Diputación de Cádiz, asumiendo sus riesgos, porque los hay, Irene García ha tomado una medida necesaria e importante. José Luis Cuevas (AS), repite una y otra vez, que en el tiempo que lleva de gobierno Irene García ha aumentado el déficit en 20 millones de € aproximadamente. Entiendo que el Plan de Saneamiento y la Auditoría tendría que haber sido más riguroso, extenderlo a los organismos autónomos como la Gerencia de Urbanismo y cuidar otros muchos aspectos económicos.

Entiendo además que el Gobierno Local tendría que ser más autocrítico, y he podido observar que públicamente lo han hecho en estos dos años y medio. Aún así pienso que la oposición podría colaborar un poco más en cuestiones que son urgentes para la normalización de la institución municipal.

Como dije el otro día en una tertulia televisiva, una gran parte de responsabilidad en la situación del Ayuntamiento, con más de 100 millones de € de deuda, la tienen los responsables sindicales del Comité de Empresa y la Junta de Personal. Aunque para ser justos, afinaría algo más refiriéndome mejor a ciertos sindicalistas que en los últimos años se han podido quizás extralimitar en sus funciones.

Por otro lado tenemos a ciertas personas de la Junta Directiva de la Federación de Asociaciones de Vecinos que actúan también más como un grupúsculo político partidista que como defensores de los intereses de la ciudadanía.

Eso no exime para nada de la mayor parte de responsabilidad a un equipo de gobierno que tiene que ser más resolutivo en proyectos de envergadura para la ciudad.

Como se dijo el otro día en el Pleno Extraordinario, la cuestión está en la Historia y los números. Revisemos cada uno la historia política y económica de este Ayuntamiento y probablemente entenderemos que la decisión por parte del Equipo de Gobierno de traspasar las competencias de la recaudación municipal a Diputación no es ninguna locura.

Manuel J. Márquez Moy