Muchas horas de conversaciones, en cualquier lugar de la calle donde siempre iba cargado de mandados y bolsas, tras su paso por el Mercado de Abastos. A veces allí en Capuchinos, en la cocina, en estos tiempos con sus gazpachos. Campechano, hablaba y le saludaba todo el mundo. Rafael era parte del paisanaje de Sanlúcar de Barrameda, y se llevó muchos años aquí, desde principios de los setenta. La última vez que le ví fue en La Calzada de la Duquesa, y andaba algo dolido por circunstancias de la Vida. Había venido a pasar unas semanas, hasta que volvió a Montilla, su tierra. Dios le bendiga.
Manuel J. Márquez Moy
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