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martes, enero 24, 2012

LA CONSEJERÍA DE CULTURA PRESENTA EL ATLAS DEL PATRIMONIO INMATERIAL DE ANDALUCÍA

Elaborado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), recoge hasta el momento más de 1450 expresiones del patrimonio inmaterial andaluz




El consejero de Cultura, Paulino Plata, ha presentado esta mañana en la sede del Teatro Cajasol de Sevilla el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía, un proyecto que registra, documenta y difunde el patrimonio cultural andaluz más vivo y dinámico, el inmaterial, para sensibilizar a la sociedad y a los colectivos implicados. El proyecto ha identificado las principales señas de identidad de los distintos colectivos que conforman Andalucía: rituales festivos (641), alimentación y cocinas (174), modos de expresión (250), oficios y saberes (406).

El consejero de Cultura, Paulino Plata, indicó que se trata de un proyecto “crucial no sólo para la valoración del patrimonio, sino también para su pervivencia y transmisión a las generaciones futuras”. Plata agregó que “Andalucía es pionera incluso en el ámbito internacional al desarrollar una visión integradora y global del patrimonio inmaterial de una región” y destacó que esta iniciativa “es un elemento diferenciador para nuestros municipios, lo que supone un activo para su economía y su desarrollo”.

El Atlas se encuentra en 2012 en su tercera fase de investigación, si bien es un proyecto que permanecerá vivo y abierto para poder seguir incorporando expresiones vivas del patrimonio inmaterial de Andalucía.

Desde 2009 que comenzara el registro, se han entrevistado a más de 4.200 in-formantes de 400 municipios andaluces, recorriéndose para ello 400.000 kilómetros del territorio andaluz. Durante el proceso, se han generado más de 16.500 fotografías, 1.400 registros audiovisuales y 600 archivos sonoros.

El ámbito geográfico de actuación es el territorio de la Comunidad Autónoma andaluza, compuesto por 771 municipios agrupados en 62 comarcas.

Debido a la envergadura del proyecto y a la necesidad de coordinar esfuerzos, el IAPH cuenta con la colaboración de otras instituciones interesadas en el conoci-miento y salvaguardia del patrimonio inmaterial: Instituto Andaluz del Flamenco, Centro de Estudios Andaluces, Instituto de Patrimonio Cultural Español, Dirección General de Bienes Culturales, Grupos de Desarrollo Rural de Andalucía, universidades andaluzas e informantes y protagonistas del patrimonio inmaterial identificado.

El Atlas incorpora la Red de Informantes y Registradores del Patrimonio Inmaterial de Andalucía. Esta red entronca con la filosofía de Unesco, que en su Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (2003) indica que cada Estado Parte tratará de lograr una participación lo más amplia posible de las comunidades, los grupos y, si procede, los individuos que crean, mantienen y transmiten ese patrimonio y de asociarlos activamente a la gestión del mismo.

En esta línea, la sociedad civil, asociaciones y Grupos de Desarrollo Rural, participan activamente en las actividades de documentación y salvaguardia del patrimonio inmaterial de sus territorios.

Registro audiovisual de expresiones vivas del patrimonio cultural


El proyecto cuenta con una vertiente audiovisual muy importante al tratarse de expresiones vivas y dinámicas para las que el registro en video constituye una de las mejores fórmulas para documentar y difundir estas manifestaciones culturales. Los videos están disponibles en el canal en YouTube del IAPH: http://www.youtube.com/playlist?list=PLF6007E45607B2DC8&feature=plcp

El Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía es posible gracias al esfuerzo del equipo multidisciplinar de antropólogos y antropólogas, especialistas en geografía, técnicas gráficas y audiovisuales que han participado en su elaboración, amplificando las voces y memorias de miles de personas anónimas de nuestra comunidad.

CÁDIZ

El Atlas recoge los siguientes datos referidos a Cádiz:

“Cádiz, en el extremo suroccidental de Andalucía, ejerce de puente entre el continente europeo y el africano, entre el mediterráneo y el Atlántico. Sierra, costa y campiña, definen diversos procesos de adaptación y muestran saberes y oficios encaminados al aprovechamiento de sus recursos naturales. Las actividades pesqueras, agrícolas y ganaderas, definen un patrimonio inmaterial relacionado con formas de vida.

Los oficios relacionados con el trabajo en la viña y todo el ciclo productivo vinculado a esta actividad y saberes relacionados, como la tonelería, son fundamentales en la campiña de Jerez, en Sanlúcar de Barrameda, en el Puerto de Santa María y en otros municipios de la Bahía. La actividad forestal del descorche, también conocida como la “saca del corcho”, la cría de caballos y toros de lidia, o el esquileo de las ovejas, que en algunos casos todavía se hace a tijeras, son actividades destacadas en la zona campiñesa. El trabajo del cuero destaca en localidades como Benaocaz o Ubrique, la alfarería en Grazalema, la actividad salinera, tanto en interior (Prado del Rey) como en la costa, o todos los saberes vinculados a la pesca, el marisqueo tradicional. La almadraba de buche sustituyó a la antigua almadraba de tiro. En la Janda, Chancas, Cortijos, Molinos de viento o agua, muelles, mercados, pósitos, huertas, haciendas, chozas, norias, son muestras del patrimonio inmueble relacionado con actividades productivas tradicionales. Los hornos de pan (Horno Ladrillera (1935),el Horno Sán-chez (1950), el Horno Ramírez (1970), el Horno Romero (1985), el Horno de Ambro-sio Olmedo (1992), Horno Gallardo, el Horno Camino y el Horno Calderón) son mues-tra de la actividad cerealística, harinera y panadera de la Janda. Destacan también las artesanías de la palma y la cerámica, las Hazas de Suerte, el lenguaje ligado a la pesca y almadrabas y la ganadería extensiva.

Por otro lado, es importante señalar la manera en que los diferentes colectivos se manifiestan a través de sus rituales festivos. El carnaval, la semana santa o las rome-rías tienen relevancia por su extensión territorial y por la diversidad de manifestacio-nes, dentro de las cuales pueden mencionarse como ejemplos la Semana Santa de Arcos de la Frontera, con el “toro del aleluya”, los carnavales de Bornos, Puerto Se-rrano, Trebujena y Cádiz, o las romerías en honor a San Isidro en Prado del Rey, la de San José en San José del Valle, o del Castañar en Gibalbín. El corpus de Zahara de la Sierra o el Gastor, son ejemplos de organización colectiva y de transformación de espacios a través de diferentes ornamentos vegetales que construyen arquitectu-ras efímeras. Sin embargo, en la época estival, serán las fiestas en honor a la Virgen del Carmen, las que tienen un mayor protagonismo, tanto en el interior (Grazalema) como en la costa con las procesiones marineras (Barbate, Conil…). Estrechamente relacionadas con las actividades productivas, se encuentran ya en el mes de septiem-bre las Fiestas de la Vendimia en Jerez de la Frontera, o las fiestas del mosto en las Tablas, el Polila y Añina.

Respecto a la tradición oral y modos de expresión significativos de esta provincia, es importante tener en cuenta la relación de esta con determinadas celebraciones, tal y como sucede con las coplas de carnaval, los villancicos y las zambombas, o la saeta dentro de la semana santa. A estas expresiones debemos unir las canciones de co-lumpios que aún se entonan en lugares como Arcos de la Frontera o Ubrique, el baile del Chacarrá en Tarifa, la relevancia del flamenco en toda la provincia, destacando Jerez, Cádiz y los puertos; o la representación de las “luchas de moros y cristianos” en Benamahoma.

La gastronomía gaditana tiene su base principalmente en los productos tradicionales del entorno, y abarca una extensa variedad de platos basados por un lado en produc-tos de la huerta, legumbres y cereales, y por otro en los productos del mar (pescados y mariscos). A ello debemos unir también el uso de la carne de ganado porcino y va-cuno principalmente, y aquellos procedentes de la caza mayor, especialmente de ve-nado y jabalí.

La elaboración de quesos en la zona de Sierra, los preparados de pescado en adobo, guisados o en sopas, al horno o a la plancha en la costa, la elaboración y crianza de vinos en la campiña, o la preparación de los hornazos en determinadas celebraciones de la provincia, ponen de manifiesto un patrimonio cultural rico en saberes y sabores”.

Redacción "La Aventura Humana" 

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