Después de seis días de combates por el control de la capital económica de Costa de Marfil, Reporteros Sin Fronteras ofrece una primera evaluación sobre la situación de la prensa durante la batalla de Abiyán.
Se han cumplido todos los elementos de una guerra de comunicación, que ha tenido lugar de forma paralela a los combates. La televisión y la radio nacionales, utilizadas con fines de propagandísticos, fueron bombardeadas y, con el tiempo, el clima de inseguridad ha hecho muy peligrosa la cobertura de los acontecimientos. Además, ha alimentado la propagación de rumores y de información difícilmente verificable.
La radio y televisión estatal, en el ojo del huracán
Anteriormente controladas por el gobierno de Laurent Gbagbo, la Radio y la Televisión nacional se convirtieron en un objetivo estratégico desde el primer momento de la ofensiva lanzada por las fuerzas republicanas de Costa de Marfil (FRCI), fieles a Alassane Ouattara, el 31 de marzo.
Los enfrentamientos entre las FRCI, por un lado, y las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS, leales a Laurent Gbagbo), por otro, han dañado las instalaciones y los equipos de la cadena de televisión y la emisora de radio, lo que ha impedido que retransmitan desde la sede ubicada en el distrito de Cocody. La señal de la cadena estuvo cortada desde la noche del 31 de marzo al 1 de abril y se reanudó este último día por la tarde
La RTI retransmitió desde una unidad móvil y difundió mensajes de propaganda que llamaban a las "instituciones de la república" y a los jóvenes patriotas a movilizarse para defender Laurent Gbagbo, a la vez que denunciaban la intención de Francia de cometer un "genocidio" en Costa de Marfil.
El 4 de abril por la tarde, la televisión y la radio, junto con el Palacio Presidencial y la residencia de Laurent Gbagbo, fueron objetivo de los bombardeos de los helicópteros franceses y la ONUCI . Al día siguiente, durante una audiencia ante la Asamblea Nacional, en París, el ministro francés de Defensa, Gerard Longuet, reconoció que uno de los objetivos de los bombardeos había destruido gran parte de las antenas de la RTI.
“Pedimos al gobierno francés que dé, sin demora, una explicación de sus ataques. Según el derecho internacional, un medio de comunicación, aun sirviendo como una herramienta de propaganda del enemigo, no puede constituir un objetivo militar legítimo. Está protegido, como cualquier edificio civil”.
Reporteros Sin Fronteras es consciente de que la RTI se ha utilizado, no como un medio de servicio público, sino como una herramienta de propaganda influyente y peligrosa. La organización ha acusado varias veces a RTI, en 2004 por ejemplo, comparándola con un "medio del odio".
Los mensajes de los últimos cuatro meses, y más de esta última semana, fueron muy preocupantes. El 6 de abril, la página web del canal difundió un vídeo muy violento contra la población civil bajo el lema: "Holocausto, alerta de genocidio en Costa de Marfil - Más de 1.200 civiles quemados en Duékoué por los partidarios de Ouattara". Esta información es verificable.
¿Cómo informar a la altura de los combates?
Debido al toque de queda y a la violencia diaria, la mayoría de los periodistas de Abiyán no han podido salir a la calle esta semana. Muchos han trabajado por teléfono.
El 31 de marzo, día de la entrada de las FRCI en Abiyán, un vehículo de un periodista del diario francés Le Monde fue tiroteado con fusiles Kalashnikov, en la Carretera Longitudinal del Norte. Dos días después, un equipo de la televisión francesa vio cómo ametrallaban su coche. Otros periodistas han permanecido ocultos en sus oficinas o han encontrado refugio en el campamento militar francés de Port-Bouet. Una veintena de periodistas occidentales permanecen en el Hotel Novotel, en el barrio de Plateau, escenario de una crisis de rehenes el 4 de abril.
Como consecuencia del caos, la prensa no puede funcionar normalmente. Las últimas ediciones de los periódicos de Abiyán datan del jueves, 31 de marzo, el primer día de la ofensiva sobre la ciudad. El viernes, 1 de abril, el periódico Fraternité Matin llegó a imprimirse, pero no fue distribuido. Desde entonces, no hay nada en los quioscos.
A las dificultades a las que se enfrentan los medios de comunicación, se han sumando las amenazas que han recibido varios periodistas.
Los periodistas, objetivo de ambos bandos
Tras la batalla de Abiyán del pasado fin de semana, en la ciudad ha empezado a circular una "lista negra" de personas. Varios periodistas han recibido amenazas de muerte anónimas.
Muchos periodistas de Costa de Marfil han pasado a la clandestinidad, temerosos de ser víctimas de una caza de brujas.
"La psicosis se ha apoderado de la profesión", concluye Reporteros Sin Fronteras.
Manuel J. Márquez Moy, miembro de RSF