Buzos que colaboraron hace años para investigar los fondos del Estuario hacia la zona de Chipiona. Y a la dcha. en 1.994 tratando ya entonces de los peligros que acechaban a la desembocadura del Guadalquivir con José Carlos García Gómez.
Dos páginas de dos de los informes que redactaron los expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Clickear sobre los documentos para ampliarlos y leer algo de sus contenidos.
Para mi no caben otras expresiones distintas a la de cinismo, demagogia, indiferencia, hipocresía, a la actitud de la Administración Pública. Cuando muchos se alarman con el cambio climático que progresivamente lo tenemos encima, en un porcentaje bastante alto forzado por el ser humano y en otro tanto porque el Planeta evoluciona de manera natural, no entiendo las razones que les llevan a despreocuparse por la manipulación y las graves agresiones que se están realizando contra el río Guadalquivir. Yo puedo entender que para la economía de Sevilla es importante la entrada de barcos de mayor calado en su Puerto, pero no a costa de dinamitar los recursos de las ciudades ribereñas del Estuario del Guadalquivir.
Nos tratan como a parias o indígenas hipotecando nuestros recursos para que otros con más privilegios se desarrollen. Y creo que ya está bien de tanto servilismo por parte de los diferentes gobiernos municipales que no han sabido ni querido defender nuestros intereses por no enfrentarse o no gestionar en condiciones estas cuestiones con la Junta de Andalucía y el Gobierno Central.
No es de recibo que nos creen una Reserva de Pesca con diferentes catalogaciones de Protección, si ahora llegan unos dragados, que como ya hemos indicado, se tratan de veinte. Veinte dragados, uno por año, desde la Piedra de Salmedina (Chipiona) hacia río arriba.
El Instituto Oceanográfico, ya me advirtió hace dos años de las pérdidas que habían constatado de ciertas especies en nuestra desembocadura, en variedad y en número.
Nos tratan como a parias o indígenas hipotecando nuestros recursos para que otros con más privilegios se desarrollen. Y creo que ya está bien de tanto servilismo por parte de los diferentes gobiernos municipales que no han sabido ni querido defender nuestros intereses por no enfrentarse o no gestionar en condiciones estas cuestiones con la Junta de Andalucía y el Gobierno Central.
No es de recibo que nos creen una Reserva de Pesca con diferentes catalogaciones de Protección, si ahora llegan unos dragados, que como ya hemos indicado, se tratan de veinte. Veinte dragados, uno por año, desde la Piedra de Salmedina (Chipiona) hacia río arriba.
El Instituto Oceanográfico, ya me advirtió hace dos años de las pérdidas que habían constatado de ciertas especies en nuestra desembocadura, en variedad y en número.
José Carlos García Gómez es Premio Andalucía de Medio Ambiente 1.996, Premio Nacional de Medio Ambiente 1.997, y Premio Internacional de Medio Ambiente Marino por la UNESCO 1.998. Ha descrito nuevas especies para la ciencia, y ha recorrido además de la Antártida, el Pacífico y Sudáfrica. Lo curioso es que este linense, Director del Laboratorio de Fisiología Marina de la Universidad de Sevilla empezó sus trabajos en las aguas de la Bahía de Algeciras. Conoce bastante bien nuestra zona y se echa las manos a la cabeza con lo que ocurre con el Guadalquivir.
El Fisiólogo Marino, José Carlos García Gómez, Premio Nacional de Medio Ambiente, que ha viajado con el Hespérides hasta la Antártida para estudiar los cambios poblacionales, se quedó de piedra cuando en su día le pasé los 13 Informes emitidos por la Comisión de Expertos para el estudio de las consecuencias de Aznalcóllar. Hicimos juntos varios programas para la TV para ir aclarando detalles.
Tanto revuelo durante seis años aproximadamente por uno de los mayores desastres ecológicos de Europa, ha desaparecido de los medios. Y no estoy hablando de conspiraciones. Quizás también ha sido por desidia. El caso es que cada vez que alguien muere de cáncer en estas áreas del Guadalquivir, muchos se acuerdan de Aznalcóllar. Con ello no estoy asociando causa –efecto, pero hasta que no se investigue lo suficiente ese argumento seguirá planeando sobre nuestras cabezas. Tantos metales pesados no han podido desaparecer en pocos años. Y estoy siendo todo lo riguroso que puedo. No hago afirmaciones al uso, ni gratuitas.
Tanto revuelo durante seis años aproximadamente por uno de los mayores desastres ecológicos de Europa, ha desaparecido de los medios. Y no estoy hablando de conspiraciones. Quizás también ha sido por desidia. El caso es que cada vez que alguien muere de cáncer en estas áreas del Guadalquivir, muchos se acuerdan de Aznalcóllar. Con ello no estoy asociando causa –efecto, pero hasta que no se investigue lo suficiente ese argumento seguirá planeando sobre nuestras cabezas. Tantos metales pesados no han podido desaparecer en pocos años. Y estoy siendo todo lo riguroso que puedo. No hago afirmaciones al uso, ni gratuitas.
Dos páginas de dos de los informes que redactaron los expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Clickear sobre los documentos para ampliarlos y leer algo de sus contenidos.
Tenemos que saber qué pasó con aquellos Informes que se hicieron. Los conservo todos y fueron científicos con probada solvencia los que lo redactaron tras los pertinentes análisis. ¿Se dejaron de hacer?. Insisto en que Miguel Ferrer, Director de la Estación Biológica por aquel entonces, me comentaba ayer mismo “ sabes que estoy vetado en muchos lugares desde que hice declaraciones sobre lo que se sabía. Y aquél Comité de Expertos se disolvió sin mayores explicaciones, cuando todavía quedaba mucho por hacer. A mí me quitaron de en medio como Director de la Estación Biológica, como tú sabes, aunque sigo trabajando en Doñana como Profesor de Investigación, y me sustituyó Fernando Hiraldo. Pero estoy muy preocupado por el tema, ya que indicadores básicos como las mismas rapaces con las que trabajo en el entorno de Doñana tienen comportamientos extraños, además de haber observado muchas aves con malformaciones"
Durante temporadas recorrí a pie y con un todo-terreno toda la Cuenca del Guadiamar, desde la misma balsa que se rompió hasta todos los lugares donde llegaron los vertidos, dentro y fuera de Doñana. Habían cientos de científicos de todas las especialidades investigando en la zona. Debo de agradecer públicamente a Luis García Garrido, entonces Viceconsejero de Medio Ambiente, todas las facilidades para acceder a los lugares más recónditos.
Habría que escribir un libro sobre todo lo que pasó en ese periodo de seis años desde la rotura de la balsa. Pero desde entonces, desde el año 2.001 hay un silencio que no es normal.
Habría que escribir un libro sobre todo lo que pasó en ese periodo de seis años desde la rotura de la balsa. Pero desde entonces, desde el año 2.001 hay un silencio que no es normal.
José Carlos García Gómez, como colaborador del Programa de Investigación “Las Huellas de la Memoria” sigue aportando datos que ya iremos concretando. Y ya veremos con los dragados las repercusiones que irán teniendo en la configuración del paisaje y sus efectos sobre el medio y las especies. Y después nos quejamos del cambio climático cuando seguimos depredando sin pudor medios que no imaginamos su función termorreguladora.
Manuel J. Márquez Moy
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