El miércoles en el Pleno, tanto la oposición como el Equipo de Gobierno desconocían los diferentes trabajos que se vienen realizando desde 1.996 principalmente sobre la ampliación del Puerto de Sevilla y la construcción de la nueva esclusa que se estrenó precisamente ayer mismo. El Dictamen que han realizado unos 10 científicos se muestra desfavorable a que se realice ningún dragado de las características que propone y espera impacientemente la Autoridad Portuaria de Sevilla.
El Dictamen se finalizó hace unos días y no pinta nada bien el desastre que causaría tratar de dragar el río, más otros veinte de mantenimiento por año, ni a 6 metros de profundidad, donde ya tienen dificultades graves, ni por supuesto a los 8 metros que pretenden en algunas zonas de la desembocadura. Tanta sostenibilidad que se ha puesto de moda en la casta política, más en el lenguaje que en la práctica, se desmorona en este caso. Es totalmente “insostenible” tanta carga para el Guadalquivir, y se han ido precipitando los acontecimientos en el Puerto de Sevilla, llegando ya a convenios incluso con cruceros y compañías navieras, que no van a poder entrar por el río hasta Sevilla.
Ahora falta la resolución del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Si el Puerto ha apostado por su proyecto con millones de euros, la economía de la desembocadura para el Golfo de Cádiz no tiene precio.
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