jueves, noviembre 11, 2010

LOS PERIODISTAS EXTRANJEROS SON "PERSONA NON GRATA" EN EL SÁHARA OCCIDENTAL, POR LO QUE EXISTE UN APAGÓN INFORMATIVO

Desde ayer algunos periodistas han conseguido llegar a Aaiún (Sáhara Occidental) y están contrastando informaciones sobre el terreno de los conflictos.


El 8 de noviembre de 2010 el ejército marroquí irrumpió en el campamento de saharauis de Agdaym Izik. Unas 12.000 personas vivían en este campamento de tiendas, construido cerca de la ciudad de El Aaiún el 10 de octubre de 2010, para reivindicar pacíficamente su derecho al acceso a ciertos beneficios sociales. Por otra parte, el 9 de noviembre de 2010, representantes de la compañía gubernamental Real Air Marruecos (RAM), impidieron a una decena de corresponsales extranjeros embarcar hacia la ciudad de El Aaiún en el aeropuerto de Casablanca.

Según nuestras fuentes, la intervención policíaca en el campamento de saharauis dejó varias decenas de muertos y un centenar de heridos.

Según la prefectura de El Aaiún, la infraestructura del campo habría sido completamente destruida. Desde hace varios días se prohíbe acceder al sitio a todo observador extranjero. La prensa internacional, interesada en el tema del Sáhara Occidental, es el blanco directo de las autoridades marroquíes.

Reporteros sin Fronteras condena con firmeza la prohibición impuesta a los periodistas extranjeros de visitar el campamento de El Aaiún para informar sobre la situación de los saharauis. La organización exige que se eliminen todas las medidas destinadas a impedir que los periodistas visiten este campamento para llevar a cabo su trabajo. Disponiendo del estatuto avanzado de socio para la democracia ante el Consejo de Europa y como candidato a su integración, Marruecos no puede prohibir el derecho a la imagen ni el acceso a la información.

Dos periodistas españoles salvados por poco de la vindicta popular


El 5 de noviembre de 2010 siete periodistas españoles fueron agredidos por militantes promarroquíes en un Tribunal de Casablanca, donde se hallaban para cubrir un juicio contra siete activistas independentistas saharauis, supuestamente del “grupo de Tamek”. Dos de ellos, Eduardo Marín, de la radiodifusora SER, y Antonio Parreño, del canal TVE, fueron golpeados a puñetazos y patadas.

“Durante los ocho años que he trabajado en Marruecos, nunca había visto una violencia de esta magnitud, literalmente fuera de control. En apariencia, daba la impresión de estar organizado, pero se les salió de las manos. Distinguíamos a personas vestidas como abogados que parecían dar instrucciones a la policía y otros tenían pinta de policías vestidos de civil. Algunos abogados nos insultaban en español […] La pasividad de la policía me sorprendió. Algunos agentes incluso se reían. Los policías no intervinieron de inmediato, hasta que los golpes comenzaron a volverse peligrosos”, declaró a Reporteros sin Fronteras Luis de Vega, corresponsal del diario español ABC.

Les impidieron abordar hacia El Aaiún

Al diputado europeo Willy Meyer, junto con tres periodistas españoles del periódico Canarias 7, se les impidió desembarcar en el aeropuerto de Casablanca, cuando se dirigían al campamento de saharauis de El Aaiún, el domingo 8 de noviembre de 2010. A su llegada, las autoridades aeroportuarias les dieron a entender que no podían entrar en territorio marroquí.

Asimismo, a once corresponsales de periódicos españoles se les impidió visitar Laaiún por vía aérea, el 8 de noviembre 2010. En el momento de embarcar, los representantes de la Royal Air Maroc (RAM), compañía aérea gubernamental, les anunciaron que sus reservaciones habían sido anuladas.

El 25 de octubre pasado, en Casablanca, la RAM impidió que siete periodistas españoles abordaran el avión, pese a que estaban acreditados por el Ministerio de Comunicación como corresponsales de medios de comunicación extranjeros.

Los periodistas (dos corresponsales de TVE, televisora pública española; dos de TV3, cadena televisiva catalana; uno de la radio SER; uno del diario El Mundo y, finalmente, uno de la agencia informativa EFE) tenían la intención de visitar El Aaiún para cubrir la dramática muerte de un adolescente, ocurrida la víspera, a una quincena de kilómetros de la ciudad. Nayem El Gareh, de 14 años de edad, fue asesinado por los disparos de las fuerzas armadas marroquíes cuando atravesaba una barrera de control cercana al gran campamento de Agdaym Izik. Varias personas de su familia fueron heridas por los mismos disparos.

Seis de los corresponsales fueron notificados en el aeropuerto Mohammed V de que su reservación “había sido anulada por alguien”, sin ninguna otra explicación. Las agencias de turismo que les vendieron los boletos les informaron después que la anulación había sido realizada por un agente de la compañía RAM, por la que ellos debían viajar.

Al séptimo periodista, quien había podido obtener normalmente su carta de embarque, policías uniformados le solicitaron, al pasar el control de seguridad, permanecer para una verificación. Ésta nunca se realizó, mas él debió permanecer en Casablanca ese día.

Los agentes de la RAM indicaron a los periodistas que no había ningún vuelo disponible Casablanca-Laaiún antes del próximo jueves, 28 de octubre. En realidad, más tarde pudieron reservar sus billetes para el vuelo del día siguiente, 26 de octubre, pero debieron comprar de nuevo los pasajes. Curiosamente, los agentes del mostrador de la RAM no pudieron otorgar a los viajeros, como estos habían reclamado, un documento que probara que no habían podido embarcar.

Una vez en El Aaiún, los siete periodistas fueron seguidos por policías vestidos de civil y se les impidió entrar al campamento de Agdaym Izik a “falta de una autorización del Ministerio del Interior”. En general, los corresponsales extranjeros señalan que cubrir la región sur de Marruecos (el Sáhara) se vuelve cada vez más difícil debido a las diversas restricciones oficiales y oficiosas.

La organización recuerda que el Ministerio de Comunicación anunció el cierre de las oficinas de la cadena qatarí de información Al Jazeera, así como la suspensión de las acreditaciones de sus periodistas (http://es.rsf.org/marruecos-cierre-abusivo-de-las-oficinas-de-09-11-2010,38787.html).

Desde julio pasado, los periodistas de televisión deben sistemáticamente solicitar la autorización para filmar fuera de Rabat. Rara vez reciben respuesta a sus solicitudes.

Manuel J. Márquez Moy (Reporteros Sin Fronteras)

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