EXCLUSIVA "LA AVENTURA HUMANA"
Creo que lo importante en estos momentos donde hay tanta incertidumbre sobre la economía, es leer mucho, contrastar, y ser transparente. El Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Sanlúcar entiendo que quiera celebrar cualquier mínima mejora en la Economía. Pero ni con Auditorías y Planes de Economía ó de Saneamiento raquíticos no vamos a ningún lado. A los ciudadanos, también lo digo por el Gobierno Central de Zapatero hay que contarles la verdad, y más en situaciones tan desesperadas. La valoración de descenso del paro tenemos casi que tomarlo a broma. Ya he dicho en muchas ocasiones que la lectura de la economía no puede basarse en cuestiones anecdóticas de estos meses de verano. No se puede seguir tratando de trapichear a golpe de talonario de la Caja Única de la Tesorería del Estado con más plan E, por muy contenta que esté nuestra Alcaldesa y otros miles de alcaldes de España.
José Barea afirma que antes en su oficina Presupuestaria del Gobierno había 10 personas y ahora hay más de 40
El Profesor Barea Tejeiro (1923- Málaga) es una persona muy respetable, que no busca votos ni depende su vida de elecciones. En esta entrevista que por gentileza de la Revista "Empresa" ofrecemos, el Profesor José Barea da en las claves de lo que se necesita realizar y vamos a dejarnos de maniobras que realmente no crean empleo, un yacimiento asentado sobre una base sólida que desarrolle productividad para la ciudad y para el exterior. Atendamos realmente a cuestiones que faciliten estas medidas en diferentes campos estructurales de desarrollo de la investigación-parece que tenemos complejo en Sanlúcar-, en aprovechar la juventud que ha finalizado sus estudios y quieren trabajar, en reforzar la formación y la educación general de la población, desde niños a mayores. Y dejemos de estar pendiente únicamente de subsidios que ha hecho mucho daño por la dependencia que ha creado durante demasiados años. Ya es hora de que se nos enseñe a manejar "la caña de pescar"-metafóricamente hablando- y no tapar más nuestras vergüenzas a base de subsidios.
Con una memoria tan prodigiosa como su dilatada trayectoria profesional, José Barea, -a sus 85 años sigue dirigiendo investigaciones económicas en España y colaborando con la UE- no duda en abrir a EMPRESA las puertas de su casa para hacer balance de la crisis. Lejos de ver «brotes verdes», asegura que lo único que percibe en la actualidad es un túnel, largo y muy oscuro. «Soy pesimista, pero también realista», asegura.
¿Estamos al principio del fin de la crisis como dice el Gobierno?
Hace unos meses el Gobierno veía brotes verdes en la economía, pero lo único que se percibe ahora es un túnel largo y oscuro. La UE asegura que España será el último país en salir de la recesión y urge a adoptar medidas que permitan encaminarse hacia un nuevo modelo productivo. Hemos perdido el sector de la construcción, que aportaba un 11% al PIB más los efectos multiplicadores que llevaba consigo, y ahora hay que sustituirlo, buscar otros sectores productivos de mayor valor añadido.
Pero lograr un muevo modelo productivo lleva su tiempo. Pero si no se empieza... Hay que invertir más en educación, innovación, investigación, emprender una correcta reforma del mercado laboral, de las competencias de las comunidades autónomas... Resulta paradójico que España forme parte de un mercado único, y en nuestro país tengamos diecisiete mercadillos, los de las diecisiete comunidades. Es necesario también emprender una reforma para ser competitivos frente al exterior porque el principal problema que tiene España es su falta de competitividad y, por ello, no exportamos y si no exportamos, no se puede acabar con el paro.
¿Qué sectores deberían tomar el relevo a la construcción?
Los relacionados con la tecnología, en los que hay que hacer investigación. La cuestión no es gastar más en investigación, sino gastar bien y de manera coordinada entre administración, empresa y universidades. Hay proyectos que son repetitivos en tres o cuatro comunidades y es absurdo.
El Gobierno, sin embargo, parece paralizado.
Desde que empezó la crisis, hace dos años, yo advertí de que la situación requería un cambio de modelo productivo basado en productos de mayor valor añadido. ¿Por qué antes no era necesario? Porque la construcción estaba en auge, empleaba mucha mano de obra y el clima también ayudaba atrayendo al turista extranjero a invertir en vivienda en nuestro país. El sector se ha hundido, y ahora hay que mejorar los sistemas productivos y por eso nuestra crisis es más aguda que en otros países. Tardaremos en salir, pero saldremos si hacemos las reformas para que el modelo productivo cambie.
¿Cuándo cree que comenzará a crecer nuestra economía?
Hemos pasado de un crecimiento del 3% a una caída del PIB del 4% y de un déficit del 4 al 10% del PIB. El crecimiento fuerte, el necesario para generar empleo, tardará mucho, habrá altibajos, crecimientos de medio punto... Japón estuvo diez años en recesión y hasta que no dio un giro a su economía no consiguió salir. Mientras no se tomen las medidas adecuadas en España seguiremos con la economía en el sótano.
La crisis está afectando a todos los países, pero la principal diferencia de España respecto a las economías europeas es la destrucción de empleo y el fuerte aumento del paro.
Y el paro seguirá aumentado en nuestro país. Hay más de cuatro millones de parados, y muchos de ellos, más de un millón, ya están comiendo de la solidaridad de los comedores porque no tienen renta. Su renta es cero, y el consumo está por los suelos, un dato muy preocupante porque constituye el 70% de la demanda interna. ¿Por dónde tenemos que ir? El único camino es exportar, pero no tejidos, calzado... que están producidos por países del Este de manera más económica y a un coste salarial un tercio por debajo de nuestro precio. Nuestro nivel salarial nos ha instalado en productos que tienen que ser de alta tecnología y competitivos.
¿Cómo valora las decisiones de gasto del Gobierno?
De momento, lo único que ha hecho el Gobierno es incentivar la demanda, y las decisiones de gasto. No ha adoptado medidas coordinadas ni ha tenido como objetivo la productividad. Y mientras éste no sea el objetivo, iremos trampeando.
¿Qué opina de la nueva renta que negocia el Ejecutivo con los agentes sociales para aquellos que han agotado el subsidido?
Desde el punto de vista de la equidad es bueno pero, desde la eficiencia, malo porque no se resuelven los problemas incurriendo en más déficit. La Comisión Europea ha recordado a España que en 2012 el déficit público tiene que estar por debajo del 3% del PIB, con lo que debemos empezar un ajuste de gasto muy importante. Y lo que se está haciendo es lo contrario, más gasto.
¿Hacia dónde camina una economía sumida en un déficit del 10% del PIB?
Hacia la deuda. Antes de ingresar en la UE nuestra deuda suponía el 70% del PIB, pero como fue descendiendo y, además, cumplíamos todos los requisitos restantes, pudimos ingresar en la UE. Posteriormente a este ingreso nuestra deuda continuó descendiendo hasta situarse entre el 40- 45% del PIB, pero ahora está desbocada. Hace unos días un alto cargo del Ministerio de Economía aseguraba que podría llegar al 90 ó 100% del PIB. Todos entendemos que la economía tiene que endeudarse, pero en algo productivo, porque ¿cuál es el mayor problema que tiene nuestra economía? la competitividad. Y ¿qué factores de producción ejerce la competitividad? lo que yo les he dicho, la educación, la investigación, la reforma del mercado laboral, reformas en la eliminación de las barreras de la competencia... Mientras no se acometan, no saldremos de la crisis.
¿Hay grandes diferencias, entonces, entre lo que ocurre hoy y lo que ocurrió en la etapa de José María Aznar, en la que usted dirigió la Oficina Presupuestaria y se encargó, con éxito de reducir el déficit?
Cuando fui nombrado director de la Oficina Presupuestaria el déficit público estaba en el 6% del PIB. Entonces se encargó una auditoría a la Intervención General del Estado y, para sorpresa, resultó que había un déficit en el que se había incurrido y que no estaba contabilizado del 1% del PIB, con lo que el déficit se elevó al 7%. Mi misión fue reducir ese déficit hasta el 3% en un año y medio. Se consiguió. Para empezar 200.000 millones se dieron de baja en los créditos y el resto al año siguiente, cuando se hizo el presupuesto. Pero entonces, el presidente (Aznar) se mantuvo firme; dos veces al mes mantenía una reunión con el vicrepresidente Rodrigo Rato, con los tres secretarios de Estado de Economía y Hacienda y conmigo. Se hizo un ajuste fuerte, el que no se ha hecho ahora. Entre las decisiones, por ejemplo, se congeló el sueldo a los funcionarios, que este año han tenido una subida del 4%.
Y todo ese esfuerzo ha tardado poco en dilapidarse.
Vivimos diez años bien y ahora entre el cheque bebé, los 400 euros, el apoyo a determinadas empresas en crisis..., en año y medio se ha dilapidado el esfuerzo.
Usted reclama una reforma laboral ¿por dónde cree que tendría que ir?
Lo primero que habría que hacer es que los convenios dejen de negociarse a nivel de cúpula y lo hagan en ámbito empresarial y ligar los salarios a la productividad. De esta forma, el obrero buscará ser más productivo porque supondrá para él mayor salario. A partir de ahí la empresa negociará con los sindicatos qué parte del aumento de la productividad repercutirá en el salario.
¿Y las indemnizaciones por despido?
El despido en España es muy caro en relación a Europa. Y si tenemos que competir con países que están en la UE no podemos salir nosotros con cosas distintas a los demás. En España hay una relación entre salario y despido muy alta y si tenemos que competir y tenemos una renta más baja, no podemos contar con un despido más alto que el resto de países.
Todo apunta a que el fuerte déficit hará recurrir al Gobierno a nuevas subidas de impuestos en septiembre
Con una economía en recesión si encima suben los impuestos lo que se consigue es triturar la demanda interna y retrasar aún más la salida de la crisis.
Desde el ala más a la izquierda del PSOE se reclaman subidas del IRPF para las rentas más altas.
Pues aquí no invertirá nadie.
La caída de los cotizantes ha vuelto a poner de actualidad el debate sobre el futuro de las pensiones.
Este Gobierno, desde un principio, aseguró que no era necesario hacer ninguna reforma, que había superávit en las cuentas de la Seguridad Social y no se ha dado cuenta de que la situación de las pensiones depende de la demografía. A partir de 2020 y hasta 2040 se va a producir un crecimiento muy fuerte de los mayores, de los nacidos tras la Guerra Civil. La Comisión Europea ya ha advertido de que en 2050 el volumen de pensiones respecto al PIB será 6 ó 7 puntos superior, una situación insostenible.
¿Qué medidas hay que poner en marcha para asegurar el futuro de las pensiones?
¿Por qué una pensión se calcula con los últimos quince años de cotización, que es cuando el trabajador cobra más? El trabajador está contribuyendo durante todos los años de su vida laboral y deben tenerse en cuenta todos los años de la vida laboral para calcular la pensión. El problema es que en nuestro país las pensiones se han utilizado para captar votos.
Ahora se contribuye menos al sistema y se cobra más.
La vida laboral se ha acortado, antes los jóvenes se ponían a trabajar a los 18 años y ahora de media lo hacen a los 23 años. En cinco años de media se ha retrasado la edad de contribuir y la esperanza de vida se ha alargado cinco años, es decir, cinco años más que cobramos pensión. Si contribuimos menos años y cobramos más, el sistema entrará en quiebra.
¿La solución pasa por tomar toda la vida laboral para calcular la pensión?
En lugar de calcular la pensión por los quince últimos años, sí, hacerlo por todo el periodo contributivo, de forma que el valor final de lo pagado hasta los 65 años sea igual al valor actual de lo que el trabajador va a cobrar. Equilibro financiero, en resumen. Hoy en día hay un desequilibrio financiero que es dos veces el PIB, con matemática actuarial, que está reflejado en el estudio que yo dirigí en 1995 de la Fundación BBV. Hay un déficit oculto que va a terminar saliendo.
¿Es partidario de alargar la edad de jubilación?
Lo primero es lograr equilibro financiero y luego alargar poco a poco la edad de jubilación. El trabajador que quiera jubilarse a los 65 años, que lo haga, pero el máximo de pensión debe conseguirse a los 70.
La Seguridad Social registra actualmente superávit en sus cuentas. ¿Cree que de continuar la caída de afiliados el sistema puede entrar en déficit y tendra que echar mano del Fondo de Reserva?
El concepto que se tiene de este fondo es erróneo. Se piensa que si el sistema entra en déficit dejaría de haberlo porque para esto está el Fondo de Reserva (57.000 millones), una idea equivocada. Este fondo es una reserva que permitiría en caso de déficit no tener que pedir un préstamo a un banco para financiar las pensiones porque este fondo nos permitiría aguantar unos seis o siete meses. Es un medio de financiación del déficit.
El Gobierno está convencido de que este año la Seguridad Social cerrará con superávit.
El efecto de la caída de los cotizantes sobre los ingresos de la Seguridad Social este año va a ser fuerte y como España no recupere el crecimiento, y estoy seguro de que no lo va a hacer, dentro de dos años el sistema entrará en déficit.
¿Es partidario de bajar las cotizaciones a las empresas?
La cotización a la Seguridad Social recae sobre el factor trabajo y eleva su coste, pero ese coste que paga el factor trabajo revierte en pensiones a los que trabajan. No soy partidario de bajar las cotizaciones porque si se detraen recursos de un lado, habrá que ponerlos de otro lado. Una rebaja de cuotas tendrían que pagarlo todos los ciudadanos y sólo favorecería a los que están trabajando. No es lógico desde el punto de vista de la equidad.
Susana Alcelay/Laura Peraita ("Empresa")/Manuel J. Márquez Moy