La famosa Cuesta de Belén que conducía a la antigua ermita. (arriba) . En la talla de la Virgen de Belén o de la Merced destaca el cabello que simula ser natural, el mentón y la corona.
No descubro nada si digo que nuestra ciudad está llena de una riquísima historia con mayúsculas. Es admirable los numerosos detalles que fueron impregnando el desarrollo urbanístico desde la época romana hasta la actualidad, sin olvidarnos de otros núcleos poblacionales de orígenes árabes y tartésicos, en todo el término municipal.
Una de las historias que siempre me apasionaron desde muy niño fue el saber que la Cuesta de Belén debía su nombre a la ermita que hubo justamente donde hoy se encuentra el Auditorio de la Merced. Me encantaría poder contar los grandes entresijos del origen de todo, es decir, por qué una ermita dedicada a la advocación de Belén, y el paso que por ella tuvieron en un principio los Mínimos de San Francisco de Paula, que fueron a parar al Convento de la Victoria y posteriormente los Mercedarios Descalzos, traídos por el VIII Duque don Manuel para que se instalaran en este recodo de la barranca y construir iglesia y convento para ellos en 1.616-1625, donde quedaría integrada la antigua ermita de Belén.
La Virgen se conserva actualmente en su camarín en el Palacio Ducal de Medina Sidonia de Sanlúcar de Barrameda
Había una callejuela, no la actual de Almonte, que descendía desde la ermita hasta la Plazuela de Madre de Dios. En la población , cuando aún estaba murada, había también en este lugar una torre llamada precisamente “la de la Cuesta”. Pero lo que llama mi atención es la imagen de Ntra. Sra. De Belén. Es difícil de atribuir su autoría. Parece ser que sus orígenes se remontan al siglo XVI, y era una talla para vestir, como se dice en la jerga cofrade. Se conserva en el Palacio Ducal de Medina Sidonia. En una mano tiene un escapulario, donde se ve el escudo de la orden de los mercedarios descalzos, y en la otra sujeta a un Jesús niño amamantando del pecho de su madre. Los mercedarios descalzos le atribuyeron la advocación de Ntra. Sra. De la Merced.
Son muchas las cosas que podríamos contar con respecto a la ermita y esta Virgen, en sus aspectos artísticos, históricos, teológicos, pero sólo quería dar a conocer algún apunte de esta pàra mí apasionante historia. La Virgen se trasladó al Palacio junto a otros muchos enseres de la Iglesia de la Merced cuando se cerró al culto en los años 50-60, del pasado siglo XX.