El periodismo en Palestina suma todos los obstáculos posibles
Según nos comunica nuestro compañero Rafael Jiménez Claudín, la información que llega de toda la zona de conflicto, incluída Palestina y la propia Israel es totalmente sesgada y poco creíble, ya que la libertad de prensa es prácticamente imposible, y responde claramente a lo que los órganos de poder quieren que se cuente. "El ejercicio del periodismo en Palestina suma todos los obstáculos que en otros países se producen aislados. Es un periodismo muy politizado y de trinchera, en el que cada medio, sometido a un poder político de Al Fatah o de Hamas, cuenta su verdad, y los periodistas que trabajan en ese medio no tienen más opciones que seguir la línea editorial porque el periodismo independiente es prácticamente inexistente.".
Según nos comunica nuestro compañero Rafael Jiménez Claudín, la información que llega de toda la zona de conflicto, incluída Palestina y la propia Israel es totalmente sesgada y poco creíble, ya que la libertad de prensa es prácticamente imposible, y responde claramente a lo que los órganos de poder quieren que se cuente. "El ejercicio del periodismo en Palestina suma todos los obstáculos que en otros países se producen aislados. Es un periodismo muy politizado y de trinchera, en el que cada medio, sometido a un poder político de Al Fatah o de Hamas, cuenta su verdad, y los periodistas que trabajan en ese medio no tienen más opciones que seguir la línea editorial porque el periodismo independiente es prácticamente inexistente.".
El Reportero y Periodista Rafael Jiménez Claudín deja entrever que la realidad de lo que está ocurriendo en el terreno es mucho más dramática y trágica de lo que se cuenta de uno y otro lado, por lo que hay que agudizar bastante el sentido crítico de lo que nos llega a través de muchos medios, sobre todo, los próximos al poder político.
"Un periodista palestino tiene que enfrentar, diariamente, a su redactor jefe y a su editor dentro de la redacción, al peligro de los pistoleros de las otras fracciones fuera de la redacción, y junto a los periodistas palestinos enemigos en su propio territorio, al ejército israelí.
Esta situación hace que la información que sale de los territorios palestinos al exterior sea poco fiable por la falta de fuentes independientes."
A su vez, los periodistas israelíes tienen prohibido entrar en los territorios palestinos por el peligro de atentados y secuestros, por lo que tampoco pueden ofrecer información contrastada de lo que ocurre.
En este escenario de enfrentamientos sobre el terreno, el trabajo de los corresponsales extranjeros tanto en Israel como en los territorios palestinos sufre los mismos problemas de los periodistas locales, agravados por el peligro de sufrir atentados o ser secuestrados.
Tienen que trabajar muy condicionados por las versiones oficiales y tomar imágenes que en su mayor parte están prefabricadas por los servicios de propaganda de cada parte.
Esta situación ha quedado reflejada en la clasificación mundial de la libertad de prensa que elabora Reporteros Sin Fronteras. Lo que está claro es que si no sabemos la realidad y nos llega distorsionada es para preocuparse. En primer lugar porque cada día que pasa el déficit democrático en el mundo es mayor, y en segundo lugar porque se está vulnerando gravemente los derechos internacionales. Es obvio también que esteos hechos no ocurren lamentablemente sólo en este conflicto, ya que cada vez es más difícil poder informar con pluralidad desde los lugares en conflicto.
"Un periodista palestino tiene que enfrentar, diariamente, a su redactor jefe y a su editor dentro de la redacción, al peligro de los pistoleros de las otras fracciones fuera de la redacción, y junto a los periodistas palestinos enemigos en su propio territorio, al ejército israelí.
Esta situación hace que la información que sale de los territorios palestinos al exterior sea poco fiable por la falta de fuentes independientes."
A su vez, los periodistas israelíes tienen prohibido entrar en los territorios palestinos por el peligro de atentados y secuestros, por lo que tampoco pueden ofrecer información contrastada de lo que ocurre.
En este escenario de enfrentamientos sobre el terreno, el trabajo de los corresponsales extranjeros tanto en Israel como en los territorios palestinos sufre los mismos problemas de los periodistas locales, agravados por el peligro de sufrir atentados o ser secuestrados.
Tienen que trabajar muy condicionados por las versiones oficiales y tomar imágenes que en su mayor parte están prefabricadas por los servicios de propaganda de cada parte.
Esta situación ha quedado reflejada en la clasificación mundial de la libertad de prensa que elabora Reporteros Sin Fronteras. Lo que está claro es que si no sabemos la realidad y nos llega distorsionada es para preocuparse. En primer lugar porque cada día que pasa el déficit democrático en el mundo es mayor, y en segundo lugar porque se está vulnerando gravemente los derechos internacionales. Es obvio también que esteos hechos no ocurren lamentablemente sólo en este conflicto, ya que cada vez es más difícil poder informar con pluralidad desde los lugares en conflicto.
Una familia palestina a la luz de las velas
En 2008, Israel aparece en el puesto 46 en su propio territorio, debido a las presiones sobre los periodistas de los poderes judicial y político. Y desciende hasta el puesto 149 en los territorios palestinos, ya que sus obligaciones internacionales como fuerza ocupante incluyen la libertad de prensa.
Como se puede apreciar por los datos aportados, el ejercicio del periodismo en los territorios palestinos es manifiestamente mejorable.
Más información en esta revista digital de La Aventura Humana: "El trasfondo del conflicto palestino-israelí" por Antonio Piñero
Rafael Jiménez Claudín-P-ES/Manuel J. Márquez Moy
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