Entre la maleza, aunque no se vea, siguen los bancos donde ya no se sienta nadie
No me gustaría que ésta fuera una denuncia pública más. Reconozco que me gusta investigar solares abandonados y parques, sólo por cuestión relacionada con la botánica. Pero mis inquietudes particulares en este caso las dejo a un lado. Que el Parque de las Piletas esté abandonado quizás no sea una noticia novedosa, ya que lleva años sobreviviendo a una presión ambiental humana terrible. Lo que más me preocupa de esta situación, y lo digo con total sinceridad, es que nuestros responsables políticos no tienen una pizca de vergüenza.
Hace unos años que se montó una Escuela-Taller que costó un pastón de dinero público. Aquí la cuestión ya no es si gobernaba el PP ó el PSOE. Lo que ocurre es que al PP lo único que está demostrando es cómo puede fagocitarse al PSOE, en tribunales ó como sea, utilizando cualquier artimaña. Al PSOE lo único que le preocupa es no perder su fortaleza, su plaza, que parece el Castillo de Santiago cuando andaba en ruinas.
No tengo ni zorra idea dónde el Sr. Juan Marín (CIS) puso hace unos meses la primera piedra del Parque de Ocio de “Las Piletas” con palabras tan grandilocuentes- algo que me sigue oliendo a más humo- ni el trajín que se traen con la compra-venta de terrenos en el área de las Piletas.
El caso es que el desarrollismo le va comiendo terreno a Sanlúcar de Barrameda, si no es por la Algaida, es por Las Piletas. Es muy triste ver cómo especulan con tu ciudad, cómo mercadean con ella nuestros gobernantes, y la gran impotencia que siente uno. Ni los sanluqueños somos ya capaces de movilizarnos por nada y a mí cada día me fallan ya más a menudo las fuerzas. Ni la dorada Évora pre-tartésica, ni el Alto de las Cuevas, ni el Acantilado del Espíritu Santo, ni el Casco Histórico-Artístico, ni el patrimonio inmaterial del mundo rural me da la dramática impresión que se salvará de tantísima mediocridad de nuestros mandatarios políticos locales y de una oposición inexistente.
Así que me da vergüenza de cuando veo a nuestra Alcaldesa hablando de una Asociación Comarcal de Desarrollo Rural, podrida estratagema para reclamar subvenciones para una Costa Noroeste que sigue viviendo subsidiada, sumisa a los mendrugos envueltos ahora en el envoltorio de una sostenibilidad tergiversada y adulterada del poder político. No sé todavía, ni sabremos qué ciudad quiere Irene García, aparte de levantar calles, para incentivar la economía del municipio y el paro creciente.
Está visto que Irene García aspira sólo a mandar en un partido, que podía haber sido PSOE ó PP ó PA, -véte tú a saber- y no a gobernar una ciudad que cada día está más caótica. No sólo por los levantamientos de las calles del Plan de Fondo Estatal, sino por la dejadez y abandono de tantas cosas.
No me gustaría que ésta fuera una denuncia pública más. Reconozco que me gusta investigar solares abandonados y parques, sólo por cuestión relacionada con la botánica. Pero mis inquietudes particulares en este caso las dejo a un lado. Que el Parque de las Piletas esté abandonado quizás no sea una noticia novedosa, ya que lleva años sobreviviendo a una presión ambiental humana terrible. Lo que más me preocupa de esta situación, y lo digo con total sinceridad, es que nuestros responsables políticos no tienen una pizca de vergüenza.
Hace unos años que se montó una Escuela-Taller que costó un pastón de dinero público. Aquí la cuestión ya no es si gobernaba el PP ó el PSOE. Lo que ocurre es que al PP lo único que está demostrando es cómo puede fagocitarse al PSOE, en tribunales ó como sea, utilizando cualquier artimaña. Al PSOE lo único que le preocupa es no perder su fortaleza, su plaza, que parece el Castillo de Santiago cuando andaba en ruinas.
No tengo ni zorra idea dónde el Sr. Juan Marín (CIS) puso hace unos meses la primera piedra del Parque de Ocio de “Las Piletas” con palabras tan grandilocuentes- algo que me sigue oliendo a más humo- ni el trajín que se traen con la compra-venta de terrenos en el área de las Piletas.
El caso es que el desarrollismo le va comiendo terreno a Sanlúcar de Barrameda, si no es por la Algaida, es por Las Piletas. Es muy triste ver cómo especulan con tu ciudad, cómo mercadean con ella nuestros gobernantes, y la gran impotencia que siente uno. Ni los sanluqueños somos ya capaces de movilizarnos por nada y a mí cada día me fallan ya más a menudo las fuerzas. Ni la dorada Évora pre-tartésica, ni el Alto de las Cuevas, ni el Acantilado del Espíritu Santo, ni el Casco Histórico-Artístico, ni el patrimonio inmaterial del mundo rural me da la dramática impresión que se salvará de tantísima mediocridad de nuestros mandatarios políticos locales y de una oposición inexistente.
Así que me da vergüenza de cuando veo a nuestra Alcaldesa hablando de una Asociación Comarcal de Desarrollo Rural, podrida estratagema para reclamar subvenciones para una Costa Noroeste que sigue viviendo subsidiada, sumisa a los mendrugos envueltos ahora en el envoltorio de una sostenibilidad tergiversada y adulterada del poder político. No sé todavía, ni sabremos qué ciudad quiere Irene García, aparte de levantar calles, para incentivar la economía del municipio y el paro creciente.
Está visto que Irene García aspira sólo a mandar en un partido, que podía haber sido PSOE ó PP ó PA, -véte tú a saber- y no a gobernar una ciudad que cada día está más caótica. No sólo por los levantamientos de las calles del Plan de Fondo Estatal, sino por la dejadez y abandono de tantas cosas.
Volviendo al Parque de las Piletas, no sé si el abandono tiene que ver con alguna presunta especulación, si pretenden estrangularla con tanto hormigón, pero el veraneo en esta ciudad siempre estuvo ligado a los manantiales de este Parque, un manantial que aún corre, pero lleno de la contaminación de una ciudad que agoniza.
Manuel J. Márquez Moy
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