La ciudadanía se encuentra como lánguida. La actividad veraniega prácticamente ya ha finalizado, aunque hasta el 21 de Septiembre no lo haga en el calendario. Hay un no se qué, tedioso, de hastío que parece inundar a los ciudadanos. Existe demasiada desilusión. El bochorno veraniego de agosto parece que romperá en un otoño lluvioso. Y como últimamente viene ocurriendo se predice, condicionado por los extremos, ora calor intenso, ora lluvia a cántaros.
Las vendimias ya no son como las de antes. La manzanilla no vive tampoco sus mejores tiempos. Apenas se aprecia actividad política en cuanto a gestión, que es lo que ilusionaría un poco a la gente. Siguen las escaramuzas partidistas de unos y otros. Parece mentira, pero con tanto por hacer y el déficit público subiendo, el desempleo también, el Gobierno nos tiene mareados con tanto gesto improvisado, y las portadas de los periódicos disputándose las gripes y las crisis.
El Real Madrid y el F.C. Barcelona tiene a media España paralizada y la otra media se distrae con Belén Esteban y Pipi Estrada.
Si se fijan no es el tópico típico. Hay jóvenes que preparan sus cursos, robándole los último arrumacos a la playa o a la plazoleta, pero este año más que nunca el fútbol y los corazones de invierno de Cayetana de Alba, copan el interés de la ciudadanía.
De todos modos es un buen tiempo para la reflexión seguida de la actuación. Me explico. Cada uno reflexiona más en esta época del año sobre su vida personal, los aprietos económicos, el pasado-que pensándolo ahora quizás sí fue mejor-, y en un futuro incierto. Hay que dinamizar la vida social. Hay que aprovechar los recursos y exigir a nuestras instituciones, si al menos no crea empleo, que lo incentive.
La cosa está muy seria y hay que buscar alternativas a la abulia, a la modorra. Sanlúcar de Barrameda no se puede permitir por más tiempo dejarse llevar por este ambiente mortecino que ha anulado cualquier atisbo de reivindicación de derechos laborales, de que se administren bien los servicios públicos de la ciudad, que se abra de una vez la biblioteca del Barrio Alto, que se devuelva a su sitio la Reja de la Escalerilla de los Perros. Pero ni yo mismo me creo lo que acabo de escribir. Joder con el Ayuntamiento!!!!!.
Las vendimias ya no son como las de antes. La manzanilla no vive tampoco sus mejores tiempos. Apenas se aprecia actividad política en cuanto a gestión, que es lo que ilusionaría un poco a la gente. Siguen las escaramuzas partidistas de unos y otros. Parece mentira, pero con tanto por hacer y el déficit público subiendo, el desempleo también, el Gobierno nos tiene mareados con tanto gesto improvisado, y las portadas de los periódicos disputándose las gripes y las crisis.
El Real Madrid y el F.C. Barcelona tiene a media España paralizada y la otra media se distrae con Belén Esteban y Pipi Estrada.
Si se fijan no es el tópico típico. Hay jóvenes que preparan sus cursos, robándole los último arrumacos a la playa o a la plazoleta, pero este año más que nunca el fútbol y los corazones de invierno de Cayetana de Alba, copan el interés de la ciudadanía.
De todos modos es un buen tiempo para la reflexión seguida de la actuación. Me explico. Cada uno reflexiona más en esta época del año sobre su vida personal, los aprietos económicos, el pasado-que pensándolo ahora quizás sí fue mejor-, y en un futuro incierto. Hay que dinamizar la vida social. Hay que aprovechar los recursos y exigir a nuestras instituciones, si al menos no crea empleo, que lo incentive.
La cosa está muy seria y hay que buscar alternativas a la abulia, a la modorra. Sanlúcar de Barrameda no se puede permitir por más tiempo dejarse llevar por este ambiente mortecino que ha anulado cualquier atisbo de reivindicación de derechos laborales, de que se administren bien los servicios públicos de la ciudad, que se abra de una vez la biblioteca del Barrio Alto, que se devuelva a su sitio la Reja de la Escalerilla de los Perros. Pero ni yo mismo me creo lo que acabo de escribir. Joder con el Ayuntamiento!!!!!.
Manuel J. Márquez Moy
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