martes, marzo 11, 2008

“PREMIO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN”



Luisa Isabel presentando en un acto celebrado en el Palacio Ducal a uno de sus filósofos favoritos, Eduardo Subirats.









Esta tarde he asistido al Pleno Extraordinario que ha dado lugar a que se tramite el expediente favorable por unanimidad de declarar “Hija Adoptiva” de Sanlúcar de Barrameda a Luisa I. Álvarez de Toledo y Maura.

Entre las ideas que han barajado algunos concejales han destacado el que alguna calle o avenida o la Calzada del Ejército lleve su nombre, el de algún premio literario, de teatro, aunque al final se ha divagado sobre todo ello pensando que lo mejor sería que se decidiera en el seno de la propia Fundación Casa de Medina Sidonia, donde está representado el Ayuntamiento.

Si hay algo que ha caracterizado a Luisa Isabel ha sido su eterna lucha por la dignidad humana, por los derechos humanos y la libertad de expresión por encima de todo. Así que mi propuesta sería, crear un premio “a la libertad de expresión” a nivel literario, periodístico y artístico. Creo que sería de una satisfacción tremenda para ella, pues es lo que valoraba sobremanera y lo que hizo que valorásemos su valentía y coherencia durante toda su trayectoria. No dudaba en hacer un análisis afinado y perspicaz de cualquier situación política, social o cultural. Si luchó por la democracia y los derechos fundamentales en su juventud, no fue una fiebre pasajera, sino que mantuvo ese sentido crítico hasta el día de su muerte. No terminó acomodándose con los años, para nada. Exigente consigo mismo y con los demás, cultivó con los años la habilidad necesaria para denunciar, para poner en entredicho ciertos fundamentos insostenibles, ya que no sólo fue el caso del descubrimiento de América el capítulo de la Historia que hizo tambalearse como historia oficial.
Los dos en la serie de TV "La Noche de los Tiempos". Todos los programas que hicimos durante más de 12 años fueron siempre en riguroso directo.
Era la demostración que no se iba a censurar nada, como le ocurrió en programas "enlatados" en otras Televisiones.

Cuestionó, con pruebas fehacientes, sabiendo relacionar, asociar ideas de aquí y de allá, conceptos para formular y desbaratar lo políticamente correcto, lo oficial, lo asumido de manera colectiva sobre algo que se sustentaba en bases erróneas, en definitiva, no es que le gustara ser incómoda, sino que no era de las que miraban para otro lado, no mantuvo una actitud servil para agradar a nadie, no soportaba a los aduladores, a los arrivistas, por eso el círculo de sus amistades era más pequeño de lo que muchos llegaron a imaginar. Pero entendía que vivía en sociedad y cuando menos se lo esperaba un interlocutor impertinente y pedante, allá soltaba su derechazo con un argumento demoledor e irónico que descolocaba al más pintado.

Me repetía muchas veces, que si hubiera más personas con ese compromiso con la libertad de expresión, no sería ella la única que se llevaría los palos, sino que se lo podría repartir con más personas. Otra cuestión que no se cansó de denunciar era el dirigismo intelectual promovido por los poderosos que impedían que pensáramos por nosotros mismos.

Por ello, apunto hacia esa dirección. Crear un premio de prestigio con su nombre a la labor en defensa y la promoción de la libertad de expresión en las disciplinas citadas anteriormente.
-Enlace con una de las tantas entrevistas en las que hablamos de la libertad de expresión: http://aventura-humana.blogspot.com/2006/11/la-duquesa-de-medina-sidonia-revisa-un.html


Manuel J. Márquez Moy

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