Luisa Isabel en una de las tantas entrevistas que mantuvimos en TV
Nunca me imaginé teniendo que escribir el obituario de mi madrina en tantos campos, de una maestra y amiga. Mi primer contacto con ella fue en los años 80, cuando me dispuse con 14 años a visitar el Archivo Ducal para recoger datos sobre la historia de la Algaida, un pinar de Sanlúcar. Me atendió muy amablemente dejándome consultar el Indice de los archivos, que todavía estaba casi terminándolo, tras muchos años de clasificación. Se había dejado las pestañas mirando legajos y más legajos- más de seis mil- para recomponer todo un Archivo, uno de los más importantes de Europa. Tras muchas consultas y experiencias con el paso de los años no fue hasta 1.993 cuando afianzamos una buena amistad. Había que entenderla, su vida no había sido nada fácil, y echamos horas y horas en su despacho en el Palacio Ducal.
Entonces estaba ella de contertulia en el Programa “La Radio de Julia” con Julia Otero en Onda Cero hasta que terminaron después de unos años por censurarla. Algunos pensaban que utilizaba con demasiada ligereza la censura que había sobre ella, pero con el tiempo pude comprobar que era totalmente cierto. Había una clara intención de requerirle a través de las más variopintas operaciones el Archivo Ducal. Esto lo entendieron muchos historiadores e investigadores que veían cómo los legajos del archivo descomponía la Historia Oficial de España, Francia, Bélgica, Holanda, Portugal, Italia y América.
Comenzamos a realizar una serie de programas de TV que atraían al gran público por su didactismo y su denuncia social.
Entonces estaba ella de contertulia en el Programa “La Radio de Julia” con Julia Otero en Onda Cero hasta que terminaron después de unos años por censurarla. Algunos pensaban que utilizaba con demasiada ligereza la censura que había sobre ella, pero con el tiempo pude comprobar que era totalmente cierto. Había una clara intención de requerirle a través de las más variopintas operaciones el Archivo Ducal. Esto lo entendieron muchos historiadores e investigadores que veían cómo los legajos del archivo descomponía la Historia Oficial de España, Francia, Bélgica, Holanda, Portugal, Italia y América.
Comenzamos a realizar una serie de programas de TV que atraían al gran público por su didactismo y su denuncia social.
Persona con una preparación exquisita en todas las materias inimaginables, su especial debilidad era el Arte y la Cultura en general, dedicándose en sus inicios a la novela, y posteriormente al ensayo.
Nunca militó en ningún partido político, como se le atribuye, ni siquiera en el Partido Comunista. El calificativo de “Duquesa Roja” le era indiferente, pero se lo adjudicaron por su lucha activa contra el franquismo, que le obligaron a autoexiliarse, hasta que aprovechó una de las amnistías, que la condujeron de nuevo a España, pero el Tribunal de Orden Público (T.O.P) la encarceló durante nueve meses, por la publicación de la novela "La Huelga" y manifestarse contra la bomba de Palomares.
Nunca militó en ningún partido político, como se le atribuye, ni siquiera en el Partido Comunista. El calificativo de “Duquesa Roja” le era indiferente, pero se lo adjudicaron por su lucha activa contra el franquismo, que le obligaron a autoexiliarse, hasta que aprovechó una de las amnistías, que la condujeron de nuevo a España, pero el Tribunal de Orden Público (T.O.P) la encarceló durante nueve meses, por la publicación de la novela "La Huelga" y manifestarse contra la bomba de Palomares.
Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura había nacido el 18 de Agosto de 1.936, casi de manera accidental, ya que sus padres tuvieron que cruzar el país hasta Estoril al estallar la Guerra Civil Española. Heredó de su padre Joaquín Álvarez de Toledo en los años 50 el título de Duquesa de Medina Sidonia y otros títulos nobiliarios, siendo tres veces Grande de España. Admirába mucho a su madre, Carmen Maura, por su labor social y sus dotes artísticas como pintora. Luisa Isabel no renunció a la aristocracia por respeto a su familia, aunque siempre declaró su republicanismo, y tuvo una actitud rebelde hacia la clase nobiliaria, ya que ella rechazaba la vida del sarao y se negó a ser mujer florero. Luisa Isabel se inclinó por la investigación y el estudio casi sin pausa.
Podríamos destacar muchísimos aspectos de su vida, pero su lucha en sus último treinta años consistió en conservar el Patrimonio Cultural del Palacio Ducal de Medina Sidonia y el Archivo, que tuvo que trasladarlo desde Madrid hasta que se afincó definitivamente en Sanlúcar en 1.976, nacionalizándose como española y fijando su residencia en el Palacio, y los veranos en Zahara de los Atunes. A través de diversos convenios frustrados con la Universidad Complutense de Madrid, la Junta de Andalucía y la UNED, intentó conservar todo el patrimonio, hasta que finalmente consiguió poco a poco buscar recursos para autofinanciarse a través de la Fundación Casa de Medina Sidonia que ella misma Presidía.
Falleció este viernes 7 de Marzo, dejando en uno de sus últimos artículos referidos al último debate de Rajoy-Zapatero, un hasta luego, anunciando su neumonía, que la tenía “más pa´llá que pa´cá”, textualmente, y pidiendo disculpas, porque hasta al menos tres meses no podría volver a escribir.
Se caracterizaba por ser mujer de fuerte carácter ante las injusticias sociales y la corrupción, siendo todo un ejemplo de lucha denodada por la libertad de expresión, ya que consideraba que el sistema democrático que vivíamos era bastante inquisitorial, según sus propias palabras.
Una de sus mayores enseñanzas para mi fue el día que se refirió a la diferenciación entre ser gente y persona. “Cuando eres persona, y tú ya lo eres, -me decía- comienzas a ser consciente de cómo funciona esta sociedad, y eso es grato pero muy duro porque te sentirás solo en muchas ocasiones”. Y con los años lo fui comprendiendo.
Luisa Isabel con la ex Ministra de Cultura Carmen Calvo en una visita el pasado año al Archivo Ducal de Medina Sidonia.
Ella lamentaba que no hubiésemos entrado en una auténtica Democracia, sino en una Monarquía Parlamentaria, al igual que en la época de Alfonso XIII. Trabajó mucho para despertar el sentido crítico en la gente, para que analizaran y asociaran ideas y sacaran sus propias conclusiones, convencida que así se evitaría el aborregamiento que interesaba al poder.
Su popularidad la alcanzó también por su teoría demostrada con documentación de la época que el descubrimiento de América por Colón fue un camelo, ya que esa ruta se conocía desde mucho antes de 1.492. Destacan sus publicaciones de novelas “La base”, “La cacería”, “La Huelga”, “Presente infinito”, y ensayos de Historia como “Africa versus América”, “Alonso Pérez de Guzmán, General de la Invencible” o “Historia de una Conjura”.
Su popularidad la alcanzó también por su teoría demostrada con documentación de la época que el descubrimiento de América por Colón fue un camelo, ya que esa ruta se conocía desde mucho antes de 1.492. Destacan sus publicaciones de novelas “La base”, “La cacería”, “La Huelga”, “Presente infinito”, y ensayos de Historia como “Africa versus América”, “Alonso Pérez de Guzmán, General de la Invencible” o “Historia de una Conjura”.
En su juventud fue una destacada amazonas, participando en numerosas competiciones.
Nos ha dejado una de las personas más inteligentes de este país, precisamente el día de un atentado de ETA (el problema vasco lo conocía bastante bien) y el de la aparición muerta de la niña Mari Luz, un asunto, el de las desapariciones de jóvenes y niños, que denunciaba constantemente.
Hoy sábado yacía en su féretro, con un libro entre sus manos, el libro que le acompañó durante toda su vida, su libro de cabecera, que era casi terapéutico para cuando los ánimos lo requería, las "Obras Completas de Manuel y Antonio Machado", regalo de su abuelo, Gabriel Maura Gamazo (hijo del cinco veces Presidente del Gobierno Antonio Maura), que tanto influyó en su formación. En el fondo era así de sencilla.
Manuel J. Márquez Moy
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