Pocos días antes de su muerte Luisa Isabel Álvarez de Toledo dejó escrito su último artículo -incluído el último paréntesis de despedida-, referido al primer debate en directo de Rajoy-Zapatero. Como ya adelantó el representante y amigo Jesús Barba, portavoz de la familia y miembro de la Fundación Casa de Medina Sidonia, ella tenía simpatía por José Luis Rodríguez Zapatero, aunque nunca dudaba en decir "las verdades del barquero" cuando creía menester sin tapujo alguno ante cualquier político, fuera de la tendencia que fuera. Como dato anecdótico, hacía referencia en este artículo a Ana de Palacio, famila lejana suya, la cuál estuvo presente el día del funeral. El Ayuntamiento ha declarado tres días de luto oficial.
Debatir es exponer opiniones argumentadas, generalmente opuestas o divergentes de las que mantiene el oponente. En el debate cabe el proyecto realizable, pero también la utopía. Por imposible que sea, la voluntad de conseguir el fin, no permite alcanzar el 100%, pero sí un progreso, en la dirección marcada. El debate no es un batalla, ni un partido de fútbol. No hay vencedores ni vencidos. En el debate pueden participar marrulleros. Son los que aislando el efecto de la causa, se apoyan en medias verdades, que dan por resultado argumentos falsos, o los que esgrimen mentiras sin paliativos, como base de la teoría o la argumentación. La provocación es medio eficaz de hacer perder la "apariencia de razón" al contrario, aunque la tenga sobrada y de peso, al hacerle perder la calma.
Con independencia de la inexactitud de las cifras, manejadas por Rajoy y Zapatero en el primer debate, de lo que ninguno de los dos es culpable, pues las facilitan asesores, las restricciones impuestas, al hacerlo excesivamente rígido y envarado, impidieron, cuando menos a Zapatero, expresarse directamente y con toda claridad. A final, si se hubiesen fijado bien, hubiesen observado que estaba "tascando el freno", no acobardado. Razones tenía sobradas.
Rajoy empezó por achacar al gobierno socialista caos económico, provocado por la política desatinada de Bush, que como bien recordamos, fue apoyada por el PP con celo singular. Todavía recuerdo el mal rato que pasé, escuchando decir a Ana Palacio, a la que admiro, que la guerra haría bajar el precio del petróleo, cuando era obvio que lo disparataría. De Estado Unidos nos viene inflación, descapitalización debida al crédito fácil y amenaza de recesión, que nos cuelga. No es Zapatero el culpable de la quiebra de las inmobiliarias. Que nos íbamos a encontrar donde estamos, si los constructores no se medían, se sabía en tiempo de Aznar. Demasiado bien estamos escapando. Después de esto, se limitó a repetir los reproches, acusaciones y descalificaciones, que a través de la prensa y radios de derechas, se vienen repitiendo desde que subió al poder. Sucesión de afirmaciones, nunca argumentadas, lo cual no le impidió cerrar paréntesis periódico, afirmando haberlas "demostrado", sin haber demostrado absolutamente nada.
Fue juego sucio, efectivo y conocido. Lo inventó el creador del Opus Dei, y lo enseña a través de versículos de "Camino". Al informado no le confunde. Pero al desinformado, sí.
La mirada de Zapatero era clara, limpia. A veces despedía chispas, que reprimía. Hubiese sido bueno que hablase de sus fines. Como hace Obama, descubriendo que Hilary es pura ambición. Personal y política. Pero el guión no lo permitía. De la mirada y los gesto de Rajoy, juzguen Vds. mismos.
Por cierto. Ahora promete pleno empleo, sin explicar cómo se las apañará para conseguirlo. Recuerdo que en la España de 1939 a 1962, en que empezó el auge, hubo pleno empleo. Incluso a los parados los repartían entre los grandes propietarios. Trabajaban de sol a sol, cuando no más. Y muchos los hacían por la comida. Es atavismo del capital, añorar los buenos tiempos del trabajo esclavo.
(Seguí el debate y escribo esto, aprovechando una clara. Llevo 3 semanas con neumonía. Ya estoy más "p' acá" que "p' allá". Pero tardaré más de 3 meses en estar a pleno rendimiento. Lo siento).
La mirada de Zapatero era clara, limpia. A veces despedía chispas, que reprimía. Hubiese sido bueno que hablase de sus fines. Como hace Obama, descubriendo que Hilary es pura ambición. Personal y política. Pero el guión no lo permitía. De la mirada y los gesto de Rajoy, juzguen Vds. mismos.
Por cierto. Ahora promete pleno empleo, sin explicar cómo se las apañará para conseguirlo. Recuerdo que en la España de 1939 a 1962, en que empezó el auge, hubo pleno empleo. Incluso a los parados los repartían entre los grandes propietarios. Trabajaban de sol a sol, cuando no más. Y muchos los hacían por la comida. Es atavismo del capital, añorar los buenos tiempos del trabajo esclavo.
(Seguí el debate y escribo esto, aprovechando una clara. Llevo 3 semanas con neumonía. Ya estoy más "p' acá" que "p' allá". Pero tardaré más de 3 meses en estar a pleno rendimiento. Lo siento).
Luisa I. Álvarez de Toledo y Maura (XXI Duquesa de Medina Sidonia)
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