martes, diciembre 23, 2008

JANUS, SATURNALES, ESCLAVOS, JESUCRISTO, PAPA NOEL Y MADOFF









Representación del dios Janus (Jano) con los dos rostros.








Por estas fechas siempre aparecen artículos que tratan de revisar la historia, de que nos equivocamos, que a quien hay que venerar es al Sol Invictus, al Solsticio de Invierno, aproximadamente el 21 de Diciembre donde se consideraba el día del nacimiento del Sol y donde progresivamente se alargan suavemente ya los días y empieza a acortar la duración de las noches. Fiestas campesinas de hace miles de años, paganas, donde por estos días se celebraba el final de la siembra y se esperaba una buena cosecha. En Egipto hacían un tanto de lo mismo, en Roma a Baco y las Saturnales, también llamadas en Europa de la época precristiana, “fiesta de los esclavos”, donde por unos días, aproximadamente una semana se cambiaban las tornas, el mundo al revés; aunque cada uno lo cuenta según las fuentes, la cuestión radicaba en un revuelto de bacanales, orgías, regalos, excesos, donde los esclavos se les permitían tener un protagonismo por unos días, con liberaciones, mascaradas, bromas y juegos con sus “dueños” y jefes.(Más o menos lo que se hace hoy en los carnavales, donde se permiten hacer coplas, sin cierta censura, hacia los poderes públicos y autoridades).

Pero tampoco olvidamos a Janus, Jano en español, que era el dios de los dos rostros, el viejo, el que dejaba las cosas atrás, y el otro rostro que simbolizaba el futuro, el nuevo año, el dios de la puerta entre el pasado y el futuro (Enero procede del latin Ianuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó en Enero). Este dios romano también se veneraba para despedir los años o ciclos, ya que el primer mes romano era Marzo, hasta que se instauró el calendario gregoriano, en bautizos, aquello que fuera a significar una renovación más o menos.

Y llegó la Iglesia Católica Apostólica Romana que “secuestra” la figura de Jesús de Nazaret y lo metaforiza en Jesucristo, como símbolo del Dios monoteísta hecho hombre que nos han predicado hasta hoy. Manipulando, tergiversando, confundiendo, amedrentando, con su inqusición, en nombre de un Jesús de Nazaret muy distinto al que nos ha dejado la historia. Entonces, intentaron acabar con todas aquellas fiestas paganas, con Baco, Jano, las Saturnales romanas, Mitra mesopotámico, y a partir de entonces, siglo arriba , siglo abajo en la Alta Edad Media, el 25 de Diciembre había que dejarlo para celebrar el nacimiento de Jesucristo. Así que nada de Solsticio de Invierno, ni cosechas, ni gaitas. Jesús de Nazaret nació en primavera, pero si hay que cambiar la historia, pues damos el cambiazo y nace el 25 de Diciembre -así lo arregló la Iglesia Católica-. Y para que no se cabreara mucho el pueblo pagano de media Europa, pues se siguió consintiendo el 28 de Diciembre para gastar bromas y el 31 para beber, comer y excesos para la carne, con lo que hoy conocemos la Nochevieja y los cotillones. Lo que en la Iglesia Católica le llaman los cofrades las potencias o el sol que alumbra alrededor de la cabeza de Jesucristo fue adoptado precisamente de las Saturnales y otras fiestas paganas donde era el Sol el protagonista.





Representación del Sol Invictus (El Sol Victorioso) primitivo, que después adoptaría la Iglesia Católica para representar a Jesucristo.

















Y como el pueblo seguía demandando sus carnavales, en vez de realizarlos en fechas sagradas del catolicismo, lo desplazaron en el calendario más adelante, antes del Miércoles de Ceniza, que marcaba el punto final para tanto sexo y excesos de todo tipo, y se daba el pistoletazo de salida para la Cuaresma, cuarenta días de abstención, de limpieza de todo pecado cometido durante la fiesta de la Carne, ya que ahora tocaba el turno al Espíritu




















Con Papá Noel quizás empieza la Navidad mercantilista
























Bernard Madoff, uno de los mayores estafadores de la Historia Contemporánea, que le ha puesto una guinda al fatídico año 2.008.






En fin, para terminar, que entre tanta tradición oral y escrita, fuentes históricas, aquí celebra uno todo esto como le viene en gana, con toda su legitimidad, vaya eso por delante, con Papa Noel, Santa Claus, los Magos, que no eran tres ni Reyes, pero no importa y viviendo, eso sí, peligrosamente, porque Bernard Madoff se ha convertido en el símbolo de la decadencia, de la corrupción, de un mundo que huye a ninguna parte y que por mucho que se empeñen, el ser humano, la sociedad, no se conforma con un Dios único, por eso que en este año que viene de tragedia, drama, apocalíptico, crítico, los dioses que hemos vuelto a crear en medio de tanta opulencia nos coja confesados.




Manuel J. Márquez Moy

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