José Carlos García Rodríguez
El pasado viernes tuvo lugar el tradicional pregón de la Manzanilla, vino que da nombre a la Feria de Sanlúcar. Este año los actos previos a la Feria se han celebrado en Bodegas La Guita, del grupo Estevez. El Ateneo de Sanlúcar de Barrameda es la entidad encargada de organizar cada año el “Pregón de la Manzanilla”, con la colaboración del Ayuntamiento. En esta edición, el Ateneo ha escogido al sanluqueño José Carlos García Rodríguez, como pregonero de la fiesta de más relevancia de Sanlúcar. El pregonero de 2010 es enólogo, periodista y escritor.
La Alcaldesa, Irene García, estuvo presente en el Pregón junto al delegado municipal de Fiestas, Jesús Villegas y otros miembros del Equipo de Gobierno. García pudo felicitar personalmente a José Carlos García Rodríguez, por su pregón, que estuvo centrado en los recuerdos, la nostalgia y la confianza en un futuro esperanzador para nuestro vino.
Manuel Reyes, Presidente del Ateneo resumió la tradición del Pregón de la Manzanilla y elogió a la presentadora del pregonero, Rosario Pérez Barbadillo. Por su parte, José Antonio Cuvillo, subdirector general del Grupo Estevez, dio la bienvenida a los asistentes, como anfitrión del acto.
Tras hacer alusión a las satisfacciones personales que le han deparado sus numerosos escritos sobre la manzanilla a lo largo de más de cuarenta años, José Carlos García dijo que “cuando me cupo el altísimo honor de crear la actual bandera de nuestra ciudad, consideré obligado incluir el color oro de nuestro vino en las franjas inferiores de este pabellón para que proclamase, en su ondear al soplo de los cuatro vientos, lo que mejor define nuestra personalidad como pueblo: la manzanilla”.
García Rodríguez se refirió a sus primeros recuerdos de infancia de los que dijo que eran recuerdos de “unas vendimias que anunciaban el otoñaje en unos tiempos en que Sanlúcar entera se impregnaba con el aroma del mosto naciente”. Aludió el pregonero al cultivo de nuestras vides para asegurar que “no era ni más ni menos que la sublime perfección viticultora, el más precioso monumento que ha dado la agricultura española”. E hizo referencia al “misterio umbroso, sosegado y solemne de las bodegas, perfumando por ventanas y celosías el ambiente de las plácidas calles sanluqueñas, entonces todavía liberadas de la nueva invasión arquitectónica”. Unos recuerdos que el pregonero rememoró “como un cielo que perdimos”.
Continuando con su disertación, García Rodríguez habló de tradición vitivinicultora de Sanlúcar, remontándose a la época romana para ir descendiendo hasta hacer referencia a los vinos que se elaboraban en nuestra ciudad antes de aparecer la manzanilla, destacando entre ellos “el vino carlón, definido como vino tinto de Sanlúcar de Barrameda por la lexicógrafa María Moliner, según consta en su acreditadísimo Diccionario del Uso del Español”, y el malvasía de Sanlúcar, cuyo nombre llegaría a incorporarse en la armas concedidas a la ciudad y su provincia por ser, por entonces, el vino más representativo y exportado”.
Tras aludir a la forma casi prodigiosa en que surge la manzanilla, el pregonero dijo que “sin negar la casualidad de su origen, hemos de admitir que el nacimiento de la manzanilla se produce en el momento exacto, con la justedad de lo oportuno, como reivindicando el optimismo y la sonrisa ante tanta ruindad política, catástrofes nacionales y desesperaciones como fuimos castigados en la turbulenta transición del siglo XVIII al XIX”. Se refirió, asimismo, al entusiasmo con que Cádiz acogió a nuestro vino a finales del siglo XVIII para afirmar que en un ambiente gaditano de esperanza libertadora, la manzanilla sería la inexcusable compañía de los diputados doceañistas que redactaron el articulado de nuestra primera Constitución, de la que dijo que “la lucidez de su redacción fue debida, sin duda, a nuestro vino”.
El desarrollo comercial de la manzanilla a lo largo del siglo XIX, así como su incorporación como elemento fundamental de las ferias andaluzas, fueron también descritos por el pregonero, al igual que su época dorada que se prolongó hasta los años 30 en que “entre pitos, flautas, desidias, tópicos denigrantes y sambenitos interesados, la manzanilla, incapaz de soportar tan injustos desprecios y tan miserables descalificaciones, casi se nos queda en un vino testimonial”.
La última parte del pregón la dedicó García Rodríguez al reciente resurgimiento de nuestro vino y a la institucionalización de la Feria de la Manzanilla, “nacida, quizá, -dijo el pregonero-, en desagravio por tanto desvarío, y que se ha convertido en la máxima expresión del calendario festivo sanluqueño, en la que la presencia activa de la manzanilla ejerce como catalizador social para mostrar la forma de vida de todo un pueblo”.
Tras afirmar que “hoy, la manzanilla, por propio derecho, goza de la generalizada consideración de arquetipo universal en vinos para situarse en lo más alto de la enología mundial,” José Carlos García invitó a su auditorio a aristocratizar a nuestros visitantes brindando con ellos con la esencia y el fervor de nuestra feria que es la manzanilla, “compendio de todas las herencias que nos han hecho ser como somos”. El pregonero concluyó con un brindis, deseando una muy feliz Feria de la Manzanilla 2010.
Recordamos que la Feria de la Manzanilla se celebrará del 2 al 6 de junio y que el encendido del alumbrado será el próximo día 1 de junio a las 23.00 h.
Redacción "La Aventura Humana"
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