viernes, mayo 15, 2009

MUERE CARLOS CASTILLA DEL PINO, EL CIENTÍFICO QUE HUMANIZÓ LA PSIQUIATRÍA



Carlos Castilla del Pino, psiquiatra y académico de la Lengua

El psiquiatra Carlos Castilla del Pino, de 86 años, falleció ésta madrugada del 15 de mayo en Córdoba, a causa de un proceso cancerígeno, han informado fuentes de la familia.

El prestigioso psiquiatra murió en el Hospital San Juan de Dios de la capital cordobesa sobre las dos de la madrugada, han agregado las fuentes.
Está previsto que a partir del mediodía sea trasladado al tanatorio de Las Quemadas, donde se instalará la capilla ardiente.



Nacido en San Roque (Cádiz) en 1922, Castilla del Pino, académico de la Lengua, donde ocupaba el sillón "Q", es autor de numerosos ensayos e investigaciones relacionados con la neuropsiquiatría, además de dos novelas -'Discurso de Onofre' (1977) y 'La alacena tapiada' (1991)- y ha intervenido en importantes congresos nacionales e internacionales de psiquiatría hasta fechas recientes.
Cursó en Madrid la carrera de Medicina, y sus comienzos estuvieron vinculados al doctor López-Ibor y los Departamentos de Neuropsiquiatría, en el Hospital Provincial de Madrid, y de Neuropatología, en el Instituto Cajal.



Sin embargo, fue en Córdoba donde desarrolló la mayor parte de su carrera. Desde 1949 y hasta su jubilación, en 1987, fue jefe de los Servicios Provinciales de Psiquiatría e Higiene Mental de esa ciudad y por sus consultas han pasado más de cien mil pacientes.
Durante el franquismo, entre 1936 y 1975, el científico fue conocido como el "psiquiatra rojo", por haber sido el adalid en España de un movimiento clínico e intelectual que luchó por humanizar el tratamiento del enfermo mental.



Por motivos políticos no pudo obtener en 1960 la cátedra de Psiquiatría y tuvo que esperar hasta 1983 para que le concedieran la cátedra extraordinaria de Psiquiatría y Dinámica Social en la Facultad de Medicina de Córdoba.
Militó en el PCE hasta 1980 y en 1993 fue uno de los firmantes de un manifiesto en favor de Felipe González y, en 1996, de otro contra la inclusión de José Barrionuevo como candidato en las elecciones generales de ese año.



En los últimos años desempeñó su labor investigadora en la Fundación Aula Castilla del Pino, creada en 1993 con el objetivo de promocionar la psiquiatría y asumir las funciones del Instituto de Investigación Psicopatológica.
Castilla del Pino es autor de numerosos ensayos, entre ellos "Un estudio sobre la depresión. Fundamentos de Antropología dialéctica", 'Dialéctica de la persona, dialéctica de la situación', 'La alienación de la mujer', 'La culpa', 'Sexualidad y represión', 'Introducción al masoquismo', 'Teoría de la alucinación' y 'El delirio, un error necesario', galardonado con el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, 1998.



Cuatro veces candidato al Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (1988, 1989, 1990 y 1991) y doctor "honoris causa" por varias Universidades españolas y extranjeras, el ensayista ha sido distinguido con los Premios Comillas de Biografía, Autobiografía y Memorias (1996) por "Pretérito imperfecto"; el Internacional de Ensayo Jovellanos (1998) por "El delirio, un error necesario"; el María Zambrano de Cultura (2000); y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid (2002). Además es Hijo Predilecto de Andalucía (1.985). Su último libro más celebrado por la crítica fue la segunda parte de su autobiografía " Casa del Olivo".




Castilla del Pino y "Las Huellas de la Memoria"


Clickear en el documento para ampliar

Yo realmente le descubrí como Psiquiatra leyendo "Teoría de los sentimientos" en el año 2.001, uno de sus libros de ensayo bastante completo. Fue en el año 2.005 cuando hablé por primera vez con Carlos Castilla del Pino. Por las mañanas iba todavía a "su dispensario" de Córdoba, y tenía casi siempre la misma hora de llegada a su casa antes del almuerzo. Hablamos sobre lo que intentábamos hacer sobre las reacciones emocionales de un ser humano que vive condicionado por una cultura concreta, como la de Sanlúcar de Barrameda y Doñana, ante diferentes estímulos, fueran las casas natales de los vecinos de la ciudad, los monumentos, ante otros conciudadanos, ante las propias historias personales o la biografía de nuestra localidad gaditana. Se interesó por el proyecto, aunque me advirtió que no podría realizar muchos viajes.




Le advertí que en eso no había problemas, ya que lo que necesitaba de su sapiencia lo podíamos compartir por correo o por teléfono, y que cuando estuvieran maduras las investigaciones, pues le invitaríamos a que pasara un par de días con su señora con nosotros en el Palacio Ducal de Medina Sidonia y organizar alguna actividad pública.


Durante este tiempo me ayudó a interpretar conceptos, ideas, y me invitaba a desarrollarlas por mí mismo, según mis propias observaciones de la realidad, para que diera rienda suelta a mis pensamientos, siempre motivando. Me dijo que yo "tenía un viejo dentro", alentándome a seguir hacia adelante.




Esta madrugada, -tengo costumbre de acostarme con la radio encendida- me enteré de su desenlace final. Es la naturaleza humana, y así funciona. Aun así, siempre sientes un vacío ante personas que estaban en su plenitud como humanista. Nuestro pésame a su señora y a su familia y amigos.
Enlace: Castilla del Pino participará en las "Huellas de la Memoria" Febrero, 2.006 (La Fundación Eduardo Domínguez Lobato ya no tiene nada que ver con el Programa de Investigación)




Efe/Manuel J. Márquez Moy


No hay comentarios:

Publicar un comentario